“Desde Adentro” escarba en dilemas morales y asesinos en potencia
Columna Domingo Sudaca
Por @LaFlacaDelAmor
“Todos somos asesinos, sólo tienes que conocer a la persona adecuada”, dice tranquilo, tajante y sin medias tintas Stanley Tucci en el papel de un preso condenado a muerte. Y la frase te queda rebotando en la cabeza, de una neurona a otra… ¿Será?
De dilemas morales trata la serie “Desde Adentro” (Inside Man), un thriller cortito (son solo cuatro episodios), intenso, bien estructurado, contundente y efectivo, que incomoda y te deja pensando… ¿Será que algunas situaciones límites de la vida nos conviertan en personas asesinas? Ni hace falta que te diga que “Desde Adentro” la rompe en Netflix desde su lanzamiento. Todo el mundo la está viendo.
¿Por qué? Porque además te enfrenta con otros temitas incómodos y borders: ¿Protegerías a una persona que sabes que está envuelta en algo horrible solo porque crees que esa persona es vulnerable? ¿Te dejarías llevar por el encanto y la inteligencia de un asesino confeso? ¿Harías cualquier cosa por proteger a un ser querido? ¿Matarías? Uay… Mieda.
“Desde Adentro” tiene además el mérito de, en sólo cuatro capítulos, entrelazar dos historias distintas y todo está bien logrado. La miniserie británica creada y producida por Steven Moffat (el mismo de Sherlock Holmes) arranca por un lado con un preso en el corredor de la muerte (en EU), quien está totalmente de acuerdo con su condena (asesinó a su esposa) y se dedica, como ex analista de conductas criminales, a recibir a personas que tienen algún problema de índole penal y los ayuda a resolverlo.
Por el otro, en Inglaterra, encontramos a un pastor anglicano (David Tennant) que toma una sucesión de malísimas decisiones cuando accede a guardar un USB que su joven sacristán no quiere que encuentre su madre. El contenido del dispositivo lo pone contra las cuerdas cuando debe enfrentarse a la tutora de matemáticas de su hijo, quien ve que el USB contiene pornografía infantil y claro, todo muta de una forma vertiginosa.
Las historias que parecen diametralmente distintas se entrelazan cuando una periodista que conoció por casualidad a la maestra de matemáticas, viaja a la cárcel donde está el condenado a muerte para entrevistarlo. Ella es el puente entre ambas historias, que fluyen de maravilla.
No puedo contar más porque sería spoiler, pero sólo les digo que toda la situación se va de las manos y eso provoca sorpresas, angustias, vértigo y ahí está el click que logras hacer con los personajes porque sin duda te preguntarás qué harías tú en una situación así. Y volvemos al principio ¿Matarías?
Te la dejo picando…