De violencias, vasos medio vacío y medio lleno
Columna Sábado Sudaca
Por @LaFlacadelAmor
Va una opinión muy personal:
¿Cómo estamos? ¿Cómo nos paramos ante la violencia de género? ¿Nos podemos parar o nos caemos? ¿Estamos de pie o miramos todo desde el suelo? Otro 25N –Día mundial de la No Violencia contra las Mujeres- y me agarraron poco optimista.
Hago un análisis interno de lo que significa este día para mí y siempre vuelvo a lo mismo, redundo en mis principios: Cualquier violencia en contra de las mujeres se podrá prevenir y tendrá fin cuando todas y todos trabajemos juntos en contra de ella.
Porque las masculinidades negativas existen, pero también se pueden tornar positivas, sobre todo si se empieza desde casa: enseñándole a los hijos varones a ser independientes, educándolos con perspectiva de género. En casa todas y todos lavamos los platos después de comer, tendemos nuestras camas, ponemos a lavar la ropa sucia, limpiamos nuestros cuartos, nos cocinamos algo… No importa si tenemos pene o vagina.
Tengo un hijo varón de 11 años que intenta aprender a nadar y tiene pánico de ahogarse. Y llora en la clase de natación, pero después de las lágrimas intenta salir a flote como puede, es resiliente. El profesor está sacado de onda, frustrado y bastante horrorizado. Creo que si pudiera le diría: “Maricón, no llores”, pero no puede. Que mi hijo sea varón y llore es para él –hombre- algo inadmisible… Y así vamos por la vida.
Mi hija adolescente tuvo depresión en pandemia. Psicólogo y psiquiatra consultamos y vamos saliendo de todo esto. Día a día me entero cuántas de sus amigas y sobre todo amigos y conocidos pasaron por esta situación. Las chicas hablan más, los varones no. Y son chavos, pero igual no pueden llorar o expresar lo que sienten como las chicas. Así se educa.
Las mujeres se separan de sus maridos y, sin independencia económica, es totalmente difícil salir adelante. Estamos en 2022 y todavía hay mujeres que sufren este tipo de violencia que es la que más traba, inmoviliza, somete. Independizarse patrimonialmente es vital para detener a los agresores económicos, que igual deben mantener a sus hijas e hijos e ir presos si no lo hacen.
La violencia física y emocional debe ser denunciada, chicas… SIEMPRE. El “qué dirán” que se vaya al carajo. No hay entorno que pueda opinar sobre algo malo que te estén haciendo. Nadie puede agredirte, nadie puede tocarte si tu no quieres, el poder del NO es nuestro.
Contra los feminicidios -la violencia suprema contra la mujer- me quedo sin palabras. Que vayan presos los feminicidas, que se pudran en la cárcel. Y si de readaptación social hablamos, no creo mucho en ella en este caso. No entiendo cómo lograrla si estamos mal desde un principio. Creo que nos falta mucho camino por recorrer… Muchísimo.
La violencia institucional -traducida en temas como un presupuesto nacional más escaso para combatir la violencia de género- debería ser sancionada como todas las violencias. Pero siempre no. Si no hay lana, no hay y ya. “Hay que tener austeridad”, dicen. Empezar por penalizar este tipo de violencia si no es cumple sería un gran paso para México.
Anoche cubrí la marcha del 25N en Mérida. Otra vez separatista, de sólo mujeres. Normalmente marchan chicas jóvenes. Siempre miro el vaso medio lleno, pero hoy lo veo medio vacío y me repregunto: ¿Cómo estamos? ¿Cómo nos paramos ante la violencia de género? ¿Estamos de pie y avanzamos para combatirla? ¿Podemos solas? ¿Para dónde vamos?
Me rehúso a terminar esta columna medio bajón. Agradezco infinitamente a las instituciones, sociedades civiles, agrupaciones y colectivas que ayudan a las mujeres que sufren violencia de género. Y aplaudo sobre todo a quienes motivan emprendimientos e independencia económica para que las mujeres salgan adelante, por ellas y sus hijos.
Y vuelvo siempre a lo mismo. Yo, como mujer, trabajo contra la violencia de género desde mi lugar. Educo a una adolescente y a un pre adolescente con perspectiva de género, trato de ser sorora y compasiva y no siempre me sale, pero lo intento de nuevo, hasta que salga.
No sé, fíjate tú –no importa tu género- qué puedes hacer para sumarte. Es una chamba de todas, todos y todes, no perdamos ese foco.
(Las fotos de la imagen principal son de ayer, en la manifestación del 25N)