“Cultura viva” a punto de revivir abrazos
Con gran éxito, el programa estatal “Cabecitas Blancas” va rumbo a su tercera edición y 108 yucatecos de la tercera edad ya se preparan para sus entrevistas en el Consulado de Estados Unidos, a partir del 26 próximo. La funcionaria Juanita López del Indemaya nos platica de reencuentros, despedidas y sobre todo de migración en Yucatán. No te lo pierdas
Rosa María Chan no está ansiosa, está re ansiosa. Pero vamos por partes: Esta mujer de 77 años, oriunda de Tunkás, nunca salió de su municipio, excepto por algunas visitas a Mérida. Madre soltera de siete hijos, hace más de 26 años que no ve a Enrique, uno de sus cinco hijos que vive en Los Ángeles, Estados Unidos. Y es muy probable –crucemos los dedos- que el sueño que acurruca en su alma de abrazar a su “niño grande” otra vez se cumpla muy pronto… Y los nervios y la ansiedad, claro, están a la orden del día.
Y es que Rosa María forma parte de los 108 adultos mayores yucatecos que a fines de este mes tendrán sus entrevistas en el Consulado de Estados Unidos para que puedan viajar a visitar a familiares que residen de manera ilegal en el país vecino.
Como parte del programa “Cabecitas Blancas” que auspicia el Gobierno del Estado a través del Instituto para el Desarrollo de la Cultura Maya (Indemaya), personas de más de 60 años tienen la oportunidad de reencontrarse con sus seres queridos y esta ya es la tercera ocasión que se realizan viajes este año. Si todo sale bien, en octubre Rosa María podrá abrazar otra vez a Enrique y sus hermanos.
Y no sólo Rosa María y los otros 107 adultos mayores están ansiosos y emocionados con el soñado reencuentro. Juanita López, subdirectora de Atención al Migrante del Indemaya es quien, a través de su gestión, trabaja como enlace con el Consulado de Estados Unidos y acompaña en cada paso a estos yucatecos que sueñan hasta despiertos con un abrazo desde hace añares. Y más allá del profesionalismo de Juanita en su gestión, también vive la emoción de los reencuentros en carne propia.
“Mi trabajo es sin duda emocionante y lo vivo con ellos desde el comienzo hasta el fin del proceso, desde las entrevistas en el Consulado, hasta los preparativos para el viaje, la estadía en el aeropuerto y, por supuesto, el momento del reencuentro”, nos cuenta.
Juanita también explica que, desde el comienzo de la actual administración, se realizaron dos viajes al país vecino. En el primero fueron 41 adultos mayores en diciembre y enero pasados y en el segundo 44, en abril y mayo pasados. Las estadías duran 40 días. El próximo viaje será en octubre próximo y planean otro para diciembre y enero.
“Las solicitudes que recibimos son de los hijos que viven en los Estados Unidos con familiares en distintos municipios de Yucatán como Peto, Oxkutzcab, Maní, Hoctún, Tekax, Teabo, Ticul, Motul… Y la lista sigue”, señala. También explica que el programa Cabecitas Blancas es sólo para residentes “ilegales” en el país vecino y que son los yucatecos que radican allí los que deben hacer la solicitud al Indemaya para que puedan viajar, desde aquí, los adultos mayores. Los gastos los cubren los hijos y el Indemaya los acompaña en el proceso completo.
“Analizamos toda la documentación que les solicitamos a los migrantes de su residencia en los Estados Unidos porque deben cumplir ciertos estándares para que mandemos adultos mayores a quedarse con ellos durante 40 días. Si todo está ok, se planean las entrevistas de los viajeros en el Consulado que, en estos casos, se resuelven en el mismo día. En menos de una semana ya tenemos las visas”, detalla la funcionaria y agrega que, en su mayoría, los viajeros son aceptados.
Y ahí comienza a tomar cada vez más forma el sueño y las anécdotas abundan, nos cuenta Juanita. Y es que imagínense que casi todos estos adultos mayores nunca viajaron en avión y mucho menos a otro país y el motivo amerita nervios, ansiedad y el corazón late a mil por hora.
“Un tema es armar la maleta. Muchos quieren llevarse toooodoooo para sus hijos y no se puede. Otra situación que surge es la de la vestimenta. Y es que las mujeres yucatecas que viajan (el 70% son mujeres) lo hacen siempre con sus hipiles y muchas veces las condiciones climáticas cuando llegamos a los Estados Unidos no son ideales para esta vestimenta por el frío… Pero bueno, no logramos que se pongan pantalones”, relata Juanita, resignada.
De acuerdo a un censo del Inegi de 2010, había 180 mil yucatecos viviendo en el extranjero. Juanita está segura que hoy la cifra supera los 200 mil y que el 95% vive en los Estados Unidos y que, la mayoría lo hace de forma ilegal.
“Se da algo muy característico en Yucatán y también en los Estados Unidos. La zona centro de nuestro estado es de migrantes que están en Los Ángeles y los del sur radican en San Francisco y Portland, principalmente. Salen de los municipios para Estados Unidos y las generaciones siguientes –de familiares y hasta vecinos del municipio- siguen estableciéndose en las mismas ciudades del país vecino”, explica la subdirectora de Atención a Migrantes.
También nos cuenta que la gran mayoría de los que residen en Estados Unidos se dedican a la gastronomía al grado de que “Si los yucatecos se van de la Bahía de San Francisco, los restaurantes quiebran todos”, asegura.
Y el sueño de estos migrantes de regresar a Yucatán ¿Existe?, le preguntamos a Juanita y sin dudarlo dice que sí, que siempre.
“El yucateco no se olvida nunca de su raíz, por eso lo que gana lo invierte en Yucatán. Compran casas, terrenos y mandan remesas todo el tiempo. Oxkutzcab, por ejemplo, recibe 40 MDP mensuales de remesas”, detalla. Y el sueño de volver late siempre en los corazones de estos migrantes y algunos lo concretan y otros no, nos cuenta.
“Los que radican en forma legal, van y vienen todo el tiempo y, cuando se jubilan en el país vecino, ya se quedan a vivir aquí. Los que están en forma ilegal invierten en casas, terrenos o un rancho y ayuda a la familia, porque comprar una vivienda en Estados Unidos es muy caro. Algunos logran el sueño de regresar para pasar su vejez aquí, pero no todos”, indica.
Y si la ansiedad del reencuentro después de añares de no verse provoca taquicardia, imagínense lo que son las despedidas…
“Hay adultos mayores que se dan cuenta que, después del viaje, ya no volverán a ver a sus hijos y los mismos hijos también lo saben así que las despedidas son muy emocionantes, con muchos abrazos y lágrimas… Es un momento difícil” relata.
Sin embargo nada ni nadie les quita la felicidad vivida por 40 días… Porque no sólo revivieron lazos de sangres con sus seres queridos después de años, sino que también –como dice Juanita- estos adultos mayores “portaron” cultura viva a otro punto del mundo para compartir con sus seres queridos y eso, sin duda, no tiene precio.
Para más información sobre el programa “Cabecitas Blancas”, pueden entrar a la página web http://indemaya.yucatan.gob.mx/public/ o enviarle un mail a juanita a [email protected] Cecilia García Olivieri.