Cuidémonos
Columna Butaca Alta
Por Roberto Acevedo Acosta
La imagen fue impactante, aparentemente sin ninguna razón. El mediocampista danés Christian Ericksen se desplomó en pleno encuentro entre las selecciones de Dinamarca y Finlandia, encuentro de la “Eurocopa 2020”, el 12 de junio pasado.
Gracias a la oportuna intervención del cuerpo médico de la selección danesa, de Simón Kjaer, capitán del equipo y el apoyo incondicional de muchos jugadores en la cancha, se pudo salvar la vida del también elemento del Inter de Milan.
El parte médico arrojó que por unos instantes Ericksen estuvo muerto por el paro cardíaco que sufrió en el terreno de juego, sin embargo un factor decisivo para salvarle la vida fue la intervención de Simón Kjaer, quien en cuestión de segundos supo qué hacer.
Acomodó el cuerpo de Ericksen e hizo una maniobra en la boca del jugador que le ayudó a esperar a las asistencias médicas y así salvarle la vida.
Lo que le pasó al danés trajo el recuerdo de jugadores que lamentablemente han fallecido en el terreno de juego, muchos de ellos por problemas cardiacos.
Afortunadamente una rápida asistencia médica ayudó a revivir a Ericksen, quien inmediatamente fue trasladado a un hospital para practicarle diversos estudios.
El reporte médico determinó que una falla en el ritmo cardíaco provocó el paro que casi le cuesta la vida al danés. Los médicos le realizaron una cirugía en la que le colocaron un desfibrilador que le ayuda con cualquier arritmia que presente su corazón. Sin embargo bajo esta condición no puede volver a jugar fútbol.
Pasaron unos días y la condición médica de Ericksen mejoró, al grado que mandó un mensaje de agradecimiento a sus compañeros de la selección y a los aficionados en general.
Hay muchas enseñanzas que nos dejó lo que vivió Ericksen, tal vez lo más importante es que los jugadores deberían recibir cursos de primeros auxilios, como parte de su formación profesional, para que en un futuro se pueda reaccionar a tiempo como lo hizo Simón Kjaer.
Nunca va estar de más recibir los cursos necesarios para salvar una vida.
Pasando a otra cosa…
Los mexicanos que tanto alardean de que siempre están con su selección, se llevaron tremendo chasco cuando se hizo público el castigo que la FIFA le impuso a la Federación Mexicana de Fútbol por el insulto homofóbico que sus aficionados gritan cada vez que el portero rival hace un saque de meta.
Dos partidos sin público, de local, durante la eliminación a Qatar fue la medida disciplinaria que le aplicaron a los aztecas, además de una multa económica por 60 mil francos suizos, y la advertencia de que en caso de continuar con esos gritos homofóbicos se vendrían castigos más severos.
Estas acciones motivaron que en cuestión de horas saliera el Presidente de la Federación Mexicana de Fútbol, Yon de Luisa, junto con el entrenador nacional, Gerardo “Tata” Martínez, a pedirle a la afición que dejaran de gritar, porque una próxima sanción le quitaría puntos a la selección en el octagonal para ir a Qatar 2022.
Me parece que la sanción es la correcta porque más allá de los orígenes del grito, ésta clase de expresiones no tiene cabida en el contexto de la sociedades en las que vivimos actualmente.
Se espera que los aficionados hayan entendido el mensaje y ya no repitan el grito homofóbico, por el bien de la propia selección nacional de México. De lo contrario, ante la necedad de algunos, el castigo será para todos y en una de esas México no va al próximo mundial de fútbol, lo cual sería una desgracia para el bolsillo de muchos que saben el negocio que representa la participación de los aztecas.