Cuándo y cómo se contagia el covid-19 en 10 respuestas
En diciembre pasado la palabra “coronavirus” surgió en oriente y desde entonces no hemos parado de escucharla en miles de versiones. En esta nota y gracias a meses de estudios, los científicos responden cuestionamientos claves sobre contagio, inmunidad y casos asintomáticos. Seguro que te hiciste estas preguntas así que aquí te dejamos las respuestas:
Un año hace ya desde que escuchamos la palabra ‘coronavirus‘ por primera vez. Mucho ha llovido desde entonces. Y, sin embargo, todavía surgen dudas acerca de cómo actúa este virus en nuestro cuerpo -¿cuándo corremos mayor riesgo de contagiar a otros?- y qué ocurre con las personas que ya han pasado la enfermedad y están inmunizadas, ¿pueden volver a infectarse pese a tener anticuerpos? ¿Y contagiar? ¿Por qué una prueba PCR sigue dando positivo a pesar de haber superado el virus? Incógnitas que tratamos de despejar con la ayuda de los expertos.
UNA PERSONA INFECTADA, ¿CUÁNDO CORRE MAYOR RIESGO DE CONTAGIAR A OTROS?
Una reciente revisión sistemática de 98 estudios sobre tres tipos de coronavirus humanos publicada en la revista The Lancet Microbe revela que, en el caso del SARS-CoV-2, las personas infectadas tienen más probabilidad de contagiar en los primeros cinco días desde la aparición de los síntomas.
“Nuestros hallazgos coinciden con los estudios de rastreo de contactos que sugieren que la mayoría de los eventos de transmisión viral ocurren muy temprano, y, especialmente, dentro de los primeros cinco días después de la aparición de los síntomas, lo que indica la importancia del autoaislamiento inmediatamente después del comienzo de los síntomas”, advertía el autor de la investigación, Muge Cevik, de la Universidad de St. Andrews, en Reino Unido.
El metaanálisis también apunta que, a pesar de que los pacientes contagiados pueden tener el material genético de este coronavirus en el tracto respiratorio superior hasta 83 días después de la infección, no se ha encontrado en ningún cultivo virus vivo tras el noveno día desde que se manifestaron los primeros síntomas y que, por tanto, pueda producir infección.
¿PUEDE UNA PERSONA CON INMUNIDAD VOLVERSE A INFECTAR Y CONTAGIAR A OTROS?
Una vez que una persona sana -sin patologías previas ni problemas inmunológicos- pasa la infección de forma natural, lo normal es que quede inmunizada. El último estudio al respecto, considerado el más completo hasta el momento y realizado por el Instituto de Inmunología de La Jolla (California) y la escuela de Medicina del Mont Sinai (Nueva York), señala que esta inmunidad puede durar años e, incluso, décadas.
No obstante, ¿es posible que estas personas puedan infectarse de nuevo (aunque su respuesta inmune impida que vuelvan a sufrir la enfermedad) y, por tanto, contagiar? José Antonio López Guerrero, neurovirólogo y director del Grupo de NeuroVirología de la Universidad Autónoma de Madrid (UAM), responde que lo más común es que “antes de que ese individuo sea infectocontagioso, la respuesta inmune -incluso la local, es decir, la IgA, que la tenemos en las mucosas y es específica- impide que el virus tenga cantidad suficiente para dispersarse“.
Eso sí, el experto añade que “aunque no se han descrito casos, no se descartaría, si el virus se replica en las vías respiratorias superiores y se produce en cantidad suficiente, que la persona pudiera ser infectocontagiosa. Quizás menos tiempo, puesto que lo normal es tener una respuesta inmune activa”.
¿CÓMO ES LA RESPUESTA INMUNOLÓGICA FRENTE AL VIRUS?
La inmunidad desarrollada por una persona tras la infección no se mide solo en anticuerpos (producidos por los linfocitos B). Aunque estos vayan bajando con el paso del tiempo, como suele ocurrir, el cuerpo puede seguir albergando otras células de memoria, como los linfocitos T, que son los que producen inmunidad celular. De esta forma, en caso de sufrir una reinfección, el organismo puede responder de forma rápida y contundente al virus.
“Esto es lo que se llama en inmunología un cambio de clase, es decir, la respuesta primaria (la que mantenemos durante la primera infección que tengamos) se modifica y da paso a una más concreta con células de memoria más específicas”, comenta López, quien insiste en que “por ello, tanto si la persona tiene anticuerpos todavía neutralizantes como si no, pero sí posee células de memoria activa, lo normal es que un segundo intento de reinfección sea abortivo o, en el peor de los casos, curse sin sintomatología”.
¿ES POSIBLE QUE HAYA REINFECCIÓN CON UNA CEPA DE CORONAVIRUS DIFERENTE A LA PRIMERA CASOS?
Sí, es posible. De hecho, tal y como afirma José Ramos Vivas, microbiólogo, “para que se considere ‘reinfección’ la cepa del virus que ataca la segunda vez debe ser ligeramente diferente a la primera porque, si no, podría tratarse del mismo virus que no se ha ido del todo”. Hace días, el Hospital Gregorio Marañón de Madrid publicó los detalles de un caso de reinfección por coronavirus de una mujer que, cuando volvió a contagiarse, la cepa del virus era diferente de la que causó la primera infección.
Ramos manifiesta que el segundo virus actúa exactamente igual que el primero: “Sabemos que no ha cambiado lo suficiente en ninguna parte del mundo como para generar una patología muy diferente a la que ya conocemos”.
Por su parte, López explica que la enfermedad en estos casos suele no manifestarse a través de síntomas y, además, el organismo debería eliminar el virus antes que otro cuerpo que no se ha infectado nunca. “Siempre hay inmunidad cruzada, por muy diferente que sea la nueva cepa, no es un virus distinto. Sigue siendo el SARS-CoV-2, así que lo más común es que se desarrolle una respuesta inmune efectiva”, indica el especialista.
¿QUÉ CAPACIDAD DE CONTAGIO TIENEN LOS ASINTOMÁTICOS?
Preguntarnos cuál es la capacidad de contagio de los presintomáticos o asintomáticos ha sido una de las cuestiones que han sonado con más fuerza desde el inicio de la pandemia. El pasado 8 de junio, Maria Van Kerkhove, doctora de la OMS, declaró en una rueda de prensa que la posibilidad de que este grupo de pacientes transmita el virus es muy rara.
Sin embargo, los últimos estudios llevados a cabo, incluida una revisión del Centro de Control y Prevención de Enfermedades, demuestran que las personas presintomáticas y asintomáticas pueden perfectamente contagiar el covid-19, por lo que es fundamental en estos casos reforzar las medidas de prevención frente al virus y evitar una mayor propagación.
Una teoría que respalda Ramos, quien señala que la capacidad de contagio de los pacientes sin síntomas “es más baja que la de los sintomáticos (porque no tosen ni estornudan), pero que, aún siendo menor, no hay que descartarlos como transmisores“. En este sentido, destaca que las personas asintomáticas pueden infectar a otras a través de, por ejemplo, una conversación en la que se produzca una cantidad suficiente de aerosoles que permita la transmisión del virus.
¿QUÉ FACTORES IMPIDEN QUE SE DESARROLLE MEMORIA INMUNOLÓGICA?
López advierte que la infección de covid-19 se complica en aquellos pacientes que, tras la enfermedad, no han generado memoria inmunológica al ser inmunodeficientes. El virus podría estar ahí de forma crónica y causar mayor daño. Por ello, si una persona está inmunocomprometida por algún motivo puntual, como recibir un tratamiento, los médicos deberían tenerlo en cuenta; si, en cambio, se trata de un problema más genérico y el paciente padece algún síndrome de inmunodeficiencia, la evolución de esta patología será más grave.
Hay otros factores que impiden este desarrollo. “Uno es la propia carga viral que induce la respuesta inmunitaria. A menor virus, menor es la respuesta que se genera. Por eso en asintomáticos o sintomáticos leves la respuesta inmunitaria (por ejemplo, de anticuerpos) es más baja que en personas que han pasado la enfermedad grave (donde el título de anticuerpos es muy alto)”, asegura Ramos. Además, el microbiólogo subraya que la edad también influye, pues, en general, la respuesta inmunitaria es menos fuerte en niños y adultos, “por eso sus vacunas podrían ser ligeramente diferentes a las del resto de la población, en forma o en dosis”.
¿POR QUÉ ALGUNAS PERSONAS DAN POSITIVO EN LOS TEST DESPUÉS DE HABER SUPERADO EL VIRUS?
Esta es una de las preguntas que menos polémica ha provocado en torno a las incógnitas que esconde este virus tan reciente debido al consenso general que hay por parte de la comunidad científica. La PCR puede salir positiva, incluso, semanas o varios meses después de haber superado la enfermedad. ¿Por qué? “Simplemente porque quedan restos del material genético del virus (ARN), y porque la PCR es muy sensible”, contesta Ramos. La OMS ya advirtió que los pacientes que dan positivo en una prueba diagnóstica tras haber pasado el coronavirus probablemente no sean infecciosos y, por consiguiente, no pueden transmitir el virus a otras personas.
¿CONTINUAR DANDO POSITIVO IMPLICA QUE SE PUEDE SEGUIR CONTAGIANDO?
Depende del tipo de prueba diagnóstica que se realice. Así, una PCR positiva no implica necesariamente que el paciente pueda contagiar. La función de esta prueba se basa en detectar el material genético del coronavirus, es decir, su ARN. La PCR puede salir positiva porque encuentra pequeñas cantidades de este material, restos que quedan tras superar la enfermedad, pero que no son suficientes para que el individuo pueda infectar.
Por su parte, “un test de antígenos indica que la persona tiene partes del virus, o virus enteros. Si está entero, el paciente podría transmitirlo”, expone Ramos, quien recuerda que “dar positivo en alguna prueba debería suponer, al menos, el aislamiento por precaución y para evitar contagios“.
¿TIENE SENTIDO IMPLANTAR UNA CARTILLA COVID PARA LOS QUE HAN PASADO LA ENFERMEDAD?
Los expertos coinciden: no tiene mucho sentido. La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso anunció hace unos meses la idea de una ‘cartilla Covid’ en la región que se implantará finalmente en “los próximos días”.
En este punto, Ramos detalla que “aunque se haya pasado la enfermedad, potencialmente se puede transmitir el covid-19 (aunque en menor medida). Incluso aunque una persona esté vacunada, seguramente haya un periodo inicial de tiempo en el que el virus podría conseguir multiplicarse ligeramente en la orofaringe o nasofaringe y, si se puede multiplicar ahí, también se puede transmitir. Esto no lo sabremos tras uno o dos meses de vacunaciones”.
López añade, además, que más allá de la perspectiva epidemiológica, este “pasaporte” puede conllevar a otros problemas de tipo ético: “Algunas personas pueden decidir dejarse infectar para obtener la cartilla y acceder así a sitios que sin ella sería imposible”.
¿ES IMPORTANTE QUE LAS PERSONAS CON INMUNIDAD MANTENGAN LAS MISMAS RESTRICCIONES?
De momento todo el mundo debe mantener las mismas restricciones. Hasta que no haya un número de personas inmunizadas suficiente para generar una inmunidad de grupo, no se debería eliminar ninguna medida de precaución en ninguna persona, inmunizada o no.
Ramos insiste en que “debemos esperar a ver cómo evoluciona la pandemia en los primeros meses de vacunaciones selectivas de la población. A medida que pasen los meses, iremos viendo si los contagios disminuyen, qué pasa exactamente con el virus y cuánto tiempo dura la protección. Cuando haya muy poco virus circulando, posiblemente podremos pensar en retomar nuestra vida normal”.
López también coincide en que en el momento en el que la gran mayoría de la población esté vacunada, habrá que tomar una decisión con el fin de volver a la normalidad. “Mientras tanto creo que no es descabellado que sigamos teniendo las mismas precauciones”, afirma.
(FUENTE: EL MUNDO)