Cuando el amor trasciende fronteras y se encuentra en la música
Si pensaron que el idioma, la cultura o la idioscincracia de una pareja debía ser la misma para entenderse, están equivocados. El guitarrista yucateco Cecilio Perera y la pianista y bailarina estonia Marina Razumobskaja nos muestran que amarse no tiene fronteras ni pasaportes…
Si Marina y Cecilio participaran en uno de esos concursos de parejas para ver cuánto se conocen y cuánto coinciden, seguramente se llevarían el premio mayor.
Porque aunque los separan culturas, idiomas, lugares de nacimiento y formas de vida, esta pareja tiene un punto de encuentro que trasciende fronteras y no tiene pasaporte: En la música es donde nació y prospera el amor y los dos se emocionan con tal sólo verbalizarlo.
El guitarrista yucateco Cecilio Perera regresó a Mérida luego de dos años de ausencia y vino a hacer lo que mejor le sale: música. Lo acompaña en el periplo Marina Razumovskaja, su esposa y compañera –música y bailarina- desde hace más de una década. Llegan a Mérida a visitar a los seres queridos y a dar dos conciertos: hoy a las 8 pm en el Palacio de la Música (actuarán los dos: Cecilio en la guitarra y Marina lo acompañará con castañuelas y a puro baile) y el viernes y domingo el guitarrista se presentará con la Orquesta Sinfónica de Yucatán (OSY) con un repertorio totalmente nacionalista.
Pero volvamos a la pareja y al amor… Nos encontramos a Marina y a Cecilio en la presentación de los conciertos de la OSY y no dudamos en entrevistarlos, eso sí, por separado. No es que fuera parte de la premisa de la nota, pero nos dio como resultado puras coincidencias entre los dos artistas y eso, además de emocionarlos a ellos, también nos emociona a nosotros porque el amor siempre hace mariposas en el estómago ¿O no?
Marina fue la primera en contestar las preguntas. Sentadita en las butacas del Peón Contreras, nos recibió con voz suave y dulce y una plática que fluctuaba entre el español y el inglés. La pianista y bailarina de 31 años nos cuenta que nació en Estonia y, a los 10 años, ya vivía con su familia en Alemania. A los 18 años fue a estudiar piano a Salzburgo, en Austria y allí conoció a Cecilio.
“Él estudiaba guitarra y yo piano y cuando nos conocimos, hace más de 10 años, fue un flechazo inmediato. Nos casamos hace un año y vivimos desde siempre en Salzburgo, que es nuestro hogar”, relata, siempre con una sonrisa.
¿Cómo es, como artista, vivir con otro artista? Le preguntamos. “Él me entiende a mí y yo lo entiendo a él y eso hace que sea muy fácil vivir juntos. Cuando él toca la guitarra, yo toco el piano o bailo. Amo bailar y que él me acompañe con su música”, nos comparte.
Le preguntamos si les gustaría tener hijos y Marina se emociona… “Sí, claro, más adelante vendrá un bebé”, nos confirma, con otra gran sonrisa y los ojos con lágrimas felices.
Cuando hablamos con Cecilio, todo fue pura coincidencia, como te contamos. El guitarrista le puso sus propias palabras al flechazo del que habla su esposa: “Para mí fue amor a primera vista y el ‘click’ se dio sin duda a través de la música”, relata.
Y para Cecilio la convivencia con un par artista también es fabulosa. “Nuestro punto de encuentro es la creatividad y existe un ambiente de inspiración mutuo entre nosotros porque yo aprendo de ella y ella de mí todo el tiempo”, remarca.
Y cuando el guitarrista hace música y su mujer baila, se genera un momento único para Cecilio. “Siento admiración por ella cuando la veo bailar. Es un vínculo energético muy fuerte que se genera en el escenario y el matiz que ella la da al baile a mí me hace admirarla”, relata, emocionado.
Cecilio también espera que llegue un bebé a la familia pero antes van a planearlo todo mejor. Le preguntamos qué instrumento elegiría el hijo/a: “Aunque en su casa habrá siempre un piano y una guitarra, tocará lo que él o ella quiera y nosotros lo vamos a apoyar siempre”, concluye.
Recuerda que hoy, en punto de las 8 pm, podrás ver y sentir la magia de esta pareja –“Marineshka” y “Cecilito”, como se dicen cariñosamente- arriba del escenario en el Palacio de la Música. La entrada es libre y gratuita.- Cecilia García Olivieri.