Contar con trazos el regreso
Columna: Viernes Sudaca
Por @laflacadelamor
Muchos de ustedes seguramente ya conocen un poquito (o un chingo) cuál es mi historia y porqué estoy acá.
Para los que no se noticiaron, soy argentina, nací en Mercedes -una pequeña ciudad a 100 kms de Buenos Aires- hace más de 40 años (…Y no contemos más), pero viví más de la mitad de mi vida en la capital del país, una ciudad que amo pero con la que también tengo sentimientos encontrados porque te quiere, te odia, te mima y te fagocita. Todo a la vez.
Hace 18 años conocí por internet –cuando el mundo cibernético era de poco chat, cero selfies y nudes y más lectura- a un chavo mexicano que adoraba, como yo, al escritor Julio Cortázar.
Este chavo era meridano y vivía en ese entonces en Carolina del Norte, en Estados Unidos. Yo salía de una larga relación amorosa que terminó muy mal y este yucateco loco decidió, sin conocerme, cruzar el continente para venir a verme. Todavía estamos juntos, con tres mudanzas de países (Buenos Aires a Mérida, de Mérida a Buenos Aires y de regreso a Mérida hace poco más de un año y medio), un gato que no emigró con nosotros, dos hijos que nos acompañan en estas locuras, mucha intensidad, amor y compañerismo. Y ahí vamos.
O sea, nos fuimos dos humanos a México, regresamos tres a Argentina y volvimos cuatro a México. Vamos sumando gente en cada viaje, pero hasta acá llegamos: No me mudo más en mi vida.
Cuando vivía en Buenos Aires, escribí en dos blogs y en la revista Replicante las crónicas de Alejo Bayote, un yucateco en Argentina. Eran historias tragicómicas que le pasaban al #maridoyucateco en mi tierra. Las relaté durante años y él las ilustraba. Fue muy divertido trabajar de a dos y todavía sueño con editarlas en un libro.
De regreso, muchos me pidieron que continuara con las crónicas pero desde acá, contando las andanzas del yucateco de vuelta a su tierra, pero ya me dio hueva, para qué mentirles.
Sin embargo, hoy arranca en este espacio otro capítulo de esta historia con las ilustraciones del yucateco que regresó a Yucatán. Le damos el espacio a él para que nos cuente –trazo mediante- qué siente, qué vive y qué le pasa por esa gran cabezota que tiene con todo lo que significa el regreso.
Lo contará con trazos, eso sí. Y no es que sea corto de palabras, sino que le sale lindo así.
En esta entrega ya nos deja mal y nos presenta el último dibujo que hizo pero en Buenos Aires, antes de partir de nuevo para México. Se llama “Vientos” y dice que para él es importante porque simbolizaba, en ese momento, todo lo que venía. Ahora ya está dibujando en modo “local”, en unos días lo subimos.