“Como nunca recibimos niñas de 13 y 14 años embarazadas, cuando antes la mayoría eran adultas”
La maternidad debe ser deseada, pero no ocurre siempre así. Y aunque nos cueste imaginarlo, hay en Yucatán niñas de 13 años que ya son mamás. Hoy visibilizamos el trabajo de VIFAC Yucatán, una asociación civil que brinda atención integral y capacita a mujeres y adolescentes en estado de vulnerabilidad que están embarazadas para que ellas y sus bebés tengan una mejor vida. En La previa del Día de las Madres, platiqué con su presidenta Melba Abraham y nos habla sobre la realidad que vivimos
El lema de VIFAC Yucatán es “Celebramos la vida”. Porque si estás sola, en situación de vulnerabilidad y transitas un embarazado no deseado o no programado, esta asociación civil “a favor de la vida”, cuenta con un modelo de atención integral para que las futuras mamás en situación de vulnerabilidad puedan contar con un hogar donde vivir, alimentarse, recibir atención médica y psicológica y capacitarse para tener ellas y sus futuros bebés una mejor vida.
VIFAC Yucatán es también un espejo de lo que sucede hoy en nuestro estado. Esta asociación que existe desde 2001 y siempre atendió a más mujeres adultas que adolescentes embarazadas, hoy viven una realidad inversa. Y su presidenta y presentante legal Rosa Abraham Achach lo dice así, sin medias tintas: “Como nunca estamos recibiendo a niñas de 13 y 14 años embarazadas cuando antes la mayoría eran adultas y había uno o dos casos de menores embarazadas. Ahorita te puedo decir que tengo muchas niñas y una o dos mayores de edad”.
El ideal para Melba es que VIFAC Yucatán no tenga ni un caso de mujeres embarazadas en situación de vulnerabilidad y mucho menos que sean niñas o adolescentes. La realidad es otra y nos toca a todas y todos: como sociedad, gobiernos, instituciones, escuelas, mamás y papás, entorno familiar, de amigos… A TODOS. Hoy, en la previa del Día de las Madres, visibilicemos y hablemos también de estas futuras mamás tan reales como tu y yo.
Cuéntanos quién eres
Me llamo Melba Rosa Abraham Achach de Medina y soy presidenta del Patronato y representante legal de VIFAC Yucatán desde hace un año y medio.
¿Qué es VIFAC?
Es una asociación civil que ayuda a toda mujer embarazada. VIFAC Nacional tiene 36 años de existencia y en Mérida estamos desde 2001. Empezamos en una casita y nos agrandamos a este espacio desde 2014. Aquí brindamos atención integral a las mujeres embarazadas en situación de vulnerabilidad con asilo, atención psicológica y médica y cursos de capacitación. Trabajamos en mancuerna con la Procuraduría de Protección de Niñas, Niños y Adolescentes (Prodennay) y atendemos con todo el cariño a niñas menores de edad embarazadas si desde la institución nos las derivan. No importa cuántos años tengan, si están embarazadas y necesitan ayuda, pueden acudir con nosotros.
Danos detalles de qué hacen en VIFAC
La atención integral es de asilo (para 27 embarazadas), alimentos, atención médica y psicológica. Nuestra premisa es que las chicas se sientan empoderadas cuando regresen con sus bebés a sus casas. Durante el tiempo que están con nosotros reciben capacitaciones a través de talleres de corte y confección, maquillaje, cultora de belleza, computación… También damos cursos de cocina internacional, repostería con horno y sin horno, todo para que ellas puedan trabajar en sus hogares con sus hijos y así puedan superarse. Todas las chicas toman además un curso obligatorio psicoprofiláctico para que conozcan sus cuerpos y están preparadas para el nacimiento con toda la información necesaria para este proceso natural. También trabajan mucho con ellas las psicólogas y consultoras para que tengan un plan de vida y ayudarlas así a empoderarlas. Muchas de estas niñas vienen de familias violentas y sus mamás y abuelas también vivieron esa violencia. Aquí trabajamos con ellas para que se conviertan en el parteaguas y rompan así esos patrones de conducta con amor y de una manera positiva.
¿De dónde vienen las chicas que están en VIFAC?
De todos lados. Hay más de Mérida y no tanto de municipios muy alejados. Hay dependencias de DIF municipales que nos transfieren casos y nosotros aquí las atendemos. También trabajamos con mujeres embarazadas indocumentadas, que nos derivan del Instituto Nacional de Migración. Esto no es nuevo, aunque ahora tenemos más casos. Están aquí en calidad de resguardo y les damos atención integral como a todas. También recibimos casos de menores de edad embarazadas que nos derivan de Prodennay, cuando las retiran de hogares violentos.
¿Cómo estamos hoy día en casos de embarazos en adolescentes?
Seguimos teniendo muchos casos de embarazos inesperados, no deseados. Tristemente tengo que decirlo: como nunca estamos recibiendo a niñas de 13 y 14 años embarazadas cuando antes la mayoría eran adultas y había uno o dos casos de menores embarazadas. Ahorita te puedo decir que tengo muchas niñas y una o dos mayores de edad.
¿Qué pasa?
Hay una normalización de la vida sexual sin hacernos conscientes de las consecuencias a las que nos puede llevar. Tener un bebé es durísimo para una chica de 13 años y tuvimos hasta un caso de una menor de 11 años. Cuando vamos a dar pláticas a las escuelas no les decimos “no tengan relaciones sexuales”, sino que los concientizamos de lo que puede suceder cuando se tiene una relación sexual. Por otro lado, aquí recibimos casos de niñas víctimas de violencia y violaciones en el entorno familiar, que a su vez han vivido sus mamás y abuelas… Son casos muy tremendos y complicados y son parte también de nuestra realidad.
La encuesta en Yucatán a adolescentes de 14 municipios de Planet Youth arrojó que sólo el 24% de los adolescentes confían en mamá y papá para hablar con ellos cuando se sienten deprimidos, ansiosos, estresados o tienen problemas ¿Qué estamos haciendo las mamás y papás?
No estamos haciendo nada como adultos, no estamos cuidando a nuestros hijos y cada quien está dedicado a sus cosas. Ahora los chicos tienen el celular en la mano con acceso a todo y me aterra pensar que las mamás y papás somos los que tenemos la custodia de nuestros hijos para cuidarlos y protegerlos y no podemos decir “me cansé”, porque ellos son nuestra responsabilidad. Como padres hay que estar, hay que permitir que confíen en nosotros y que nos puedan contar lo que sea sin asustarnos ni juzgarlos “¿Cómo te puedo ayudar?”, esa es la clave para que sientan seguridad en sus hogares.
¿Cómo están con el tema de las adopciones en VIFAC?
Aunque se habla más del tema de las adopciones, tristemente existe en Yucatán esa cultura de que si la mamá da a un bebé en adopción es una persona señalada, mala y se dice la famosa frase: “Ni los perros regalan a sus hijos”. Aquí en VIFAC no somos una casa de adopción, sin embargo les damos a las chicas la oportunidad de que si, por diferentes razones, no pueden tener a sus bebés, existe una red y derivamos el caso a Prodennay. En VIFAC Mérida no tenemos un caso de adopción de Yucatán (sí hemos atendido casos de otros estados como Quintana Roo) desde hace cuatro años.
Danos un mensaje
Lo ideal sería que en VIFAC no haya casos de niñas embarazadas porque lo ideal es que un embarazo sea deseado y planificado, pero esta no es nuestra realidad. Por eso trabajamos para convertir esa realidad en algo positivo porque ellas llegan a nosotros de una realidad negativa y con un desgano increíble, pero quieren igual tener a su bebé, optaron por la vida. Por eso hacemos que valga la pena la decisión que tomaron porque se puede salir adelante. Claro que será difícil, pero siempre con esfuerzo, trabajo y emprendimiento se puede.
¿Cómo podemos ayudar a VIFAC?
Vivimos de las donaciones de la gente, tenemos la tienda Outlet VIFAC, donde comercializamos cosas que nos donan y siempre hacemos eventos para recaudar fondos. Por cierto, el 28 de mayo los invitamos a la quinta edición (y la primera después de la pandemia) de la “Carrera Caminata y Convivencia Súper Familias VIFAC”. Pueden contactarnos para donaciones a través de nuestra página web
http://www.vifac.org/ , redes sociales @vifacyucatan, al teléfono
999 927 1414 o en nuestra casa en la calle Calle 1C #70 por 2b y 4 Col. Montecristo, aquí en Mérida. – Cecilia García Olivieri.