Circuito gastronómico, una experiencia que vale la pena
En España es costumbre “ir de tapas”, que significa rolar de bar en bar, tomarte una caña (cerveza) u otra bebida, acompañando con una rica botana, que es un platillo chico pero elaborado. En San Sebastián probé las tapas más ricas de mi vida… Y hoy tuve el gusto de volver a vivir esta experiencia en Yucatán.
Porque como parte del Festival Gastronómico “Sabores de Yucatán” que arrancó el viernes y termina este domingo, puedes comprar pases para hacer tres opciones de Circuitos Gastronómicos. Yo elegí el “Circuito 55”, con ocho restaurantes, taquerías y bares todos muy cercanos unos de otros.
Y de 7 a 10 pm me lancé a recorrerlos. Arranqué por Holoch, que me robó el corazón con el cóctel “Boox”, de mezcal, chile ancho y cítricos con jarabe negro, hecho del mismísimo recado negro. Lo acompañé con el taco “Porc belly”, delicioso de pancita con longaniza de Valladolid.
De ahí me fui a Apoala, donde me sirvieron el cóctel “Chica”, de mezcal con piña, cilantro y jarabe. Vino con una tostada de aguachile blanco de pescado con coco y guacamole. Allí conocí a un grupo de chicas de Chihuahua que también estaban haciendo el recorrido y juntas fuimos a Rosa Sur 32°. Allí nos sirvieron el cóctel “Red Velvet” de ginebra, jugo de naranja, limón y Jamaica. Venía con una tostada con dorado, limón, aguacate, tomate cherry, hierbabuena y albahaca.
En Recova nos sirvieron Jamaica u horchata (esas eran las opciones), pero la comida tardó casi 30 minutos en llegar, así que nos fuimos. Yo seguí en la Taquería La Unión, donde probé la cerveza artesanal Yucatán Citrus –deliciosa- con una tostada con cochinita.
Terminé en Cartas a Frida, donde me sirvieron una margarita azul con blueberrys y un esquite con mezcla de elote baby y granos de pozole bañados en salda verde, con queso sopero y crema clásica. Ahí conocí a Paulina, de CDMX, quien también hacía el circuito y se enteró de su existencia por redes sociales.
No llegué a hacer todos los lugares por una decisión mía y te cuento que es una experiencia que realmente vale la pena. Probé sabores nuevos, cocteles que nunca había probado y me la pasé genial. Todos los lugares estaban bien concurridos con gente que, como yo, que hacía el circuito. Mañana es el último día para disfrutar de los circuitos y puedes conseguir tu pase en El Minaret. El precio bien vale la pena por la calidad, los sabores y el momento que vives.-CGO.