Alma Cota y Héctor Hernández se conocieron bailando y se enamoraron. Llevan años de ballet, viajes, amor, paternidad y pilates juntos. En esta época de pandemia, ofrecen clases gratis en redes sociales que se han vuelto un “boom” por la empatía que generan con los alumnos. En el Día del Maestro los entrevistamos y aplaudimos fuerte por dar su granito de arena en esta contingencia:

Vivimos un loop que parece no tener punto final. En cuarentena por la inédita contingencia por el coronavirus, es difícil distinguir los días: “¿Es martes? ¿Pero qué número?”, nos preguntamos más de una vez. Sin embargo, en medio de la incertidumbre, el miedo al contagio del virus covid-19 y la monotonía de los días sin nombres, de repente se hacen oasis que no conocíamos hasta ahora y que nos permiten conectarnos con otras personas, aprender, aprehender y sentirnos bien.

Y hay gente que genera estas situaciones y sentimientos y hoy, en el Día del Maestro, les vamos a presentar a dos: ellos son Alma Rosa Cota Gámez y Héctor Hernández Sosa, bailarines, profes de pilates, esposos, papás de Braulio y personas que con toda la empatía del mundo, en tiempos de pandemia dan lo mejor de sí para hacernos sentir mejor física y anímicamente.

Alma y Héctor se “conectan” todos los días –en dos horarios: a las 12 pm y a las 7 pm- a través de las plataformas de Facebook Live e Instagram de “Corpus Pilates Studio” para ofrecer clases gratuitas de pilates. Los sintonizan más de 200 personas de varias partes de México y del mundo… Y lo increíble es que a muchos ni los conocen.

Entonces ¿Dónde está la magia? En el amor que le ponen como docentes a sus clases, así de simple y llano. Conózcanlos y síganlos, vale la pena:

¿Cómo se conocieron?

Alma: Uyyyy…. Desde la Escuela Nacional de Danza Clásica nos conocemos, tendríamos como 12 años. Recuerdo que Héctor se juntaba con otro niño y me llegaba debajo del hombro (se ríen los dos). Me acuerdo que eran medio revoltosos y corrían los dos de aquí para allá. Yo después me fui a estudiar ballet a San Petersburgo (Rusia) y no lo volví a ver.

Héctor: Alma es casi dos años mayor que yo y a esa edad los varones son más pequeños. A mí ella me encantaba desde chiquito…

¿Cuándo se reencontraron?

Alma: Nos reencontramos en la Compañía Nacional de Danza cuando ya éramos profesionales. Nos enamoramos y viajamos bailando por distintos lugares con la compañía.

Héctor: En ese entonces nos enamoramos y desde ese momento estamos juntos. Gracias al ballet, conocimos Sudamérica, Estados Unidos, Europa y recorrimos toda la República Mexicana. Tenemos un hijo de 14 años que se llama Braulio.

¿Cómo unieron la danza, el amor y la docencia?

Héctor: Son cosas que van de la mano. Cuando estás como ejecutante, tienes la conciencia de que algún día te convertirás en maestro, ese es el camino que lleva un artista. Nosotros siempre estuvimos muy conscientes de eso.

Alma: Y aquí lo padre es que los dos hablamos el mismo idioma y tenemos las mismas metas. Es mucho más fácil porque estamos en la misma sintonía.

Son de CDMX y llegaron a Mérida hace 14 años ¿Cuándo arrancó todo lo de pilates?

Alma: Nosotros nos certificamos en pilates en CDMX y ya dábamos clases allí. Cuando tomamos la decisión de vivir en Mérida, escogimos pilates en lugar de una academia de danza.

Héctor: Optamos por pilates porque ya había muchas academias de danza y no ocurría lo mismo con pilates y nosotros traíamos experiencia de más de 20 años en esta disciplina, por eso nos convenció más.

¿Qué es ser maestro para cada uno de ustedes?

Alma: Es una gran responsabilidad porque la gente pone sus cuerpos y su salud en nuestras manos en el caso de pilates. Llegan con una confianza de que enfrente de ellos tienen a alguien capacitado y afortunadamente nuestros alumnos están contentos con lo que obtienen.

Héctor: es un compromiso y, como dice Alma, una responsabilidad muy grande porque desde el momento que te paras enfrente de un grupo, tienes la responsabilidad ética de tener la preparación y conocimiento y de ser congruente con lo que haces y dices. Además ser maestro es muy satisfactorio.

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La relación maestro-alumno es de feedback ¿Qué obtienen ustedes de la docencia?

Alma: Hemos tenido la fortuna de que aquí la gente nos ha recibido muy bien y en esta situación de contingencia nos damos cuenta de que nuestros alumnos nos quieren por sus muestras de afecto y solidaridad.

Héctor: En cuestión de ballet, hemos tenido la oportunidad de ayudar a varias personas a que se desarrollen profesionalmente en la danza y para mí es una satisfacción esa retroalimentación al ver que mi trabajo ha rendido frutos. Eso para mí no tiene precio.

Hablemos de la pandemia. Tuvieron que suspender las clases presenciales en Corpus Pilates Studio ¿Por qué decidieron dar las clases online, sin cobrar?

Alma: Pasó la primera semana de la pandemia que para todos fue inesperada y estábamos como sacados de onda. Un día le dije a Héctor que mandáramos vídeos con rutinas y eso hicimos. Así algunos alumnos nos sugirieron que diéramos clases privadas por las plataformas y decidimos que fueran clases abiertas para que todos puedan tomarlas. Y ha sido increíble desde que arrancamos… Se conectan más de 200 personas de varios lugares de México y de otros países, es loquísimo todo.

Héctor: Tenemos alumnos hasta de Colombia, Argentina, Chile, Australia, Francia, Italia, República Dominicana… A muchos no los conocemos y nos mandan sus fotos haciendo las rutinas… Es maravilloso.

¿Ahora la academia está cerrada ¿Cómo viven?

Héctor: Nos decidimos por las clases abiertas porque habrá gente que pueda pagar pero gente que no y esta es una forma de apoyarnos entre todos. Hay alumnos que nos pagan, pero todos pueden estar en el grupo y tomar sus clases y nos dimos cuenta que, con esa actitud, tenemos muy buena respuesta y nos ha ayudado muchísimo.

Alma: Además de estas clases abiertas para todo público, algunos alumnos nos pidieron trabajar algunas partes específicas del cuerpo y ofrecemos esos vídeos tres o cuatro veces por semana, con cuota de recuperación. También, con otro grupo de profesionales, participamos en la plataforma de Instagram “De la mano por ti”, que es un grupo cerrado y donde se ofrecen clases de ballet en todos los niveles, yoga, acondicionamiento físico, pilates, danza contemporánea y conferencias. Estas clases también son con cuota de recuperación.

¿Por qué hacer pilates en época de pandemia? ¿Para qué sirve?

Héctor: De entrada pilates te ofrece romper con la rutina de una forma amena, saludable y divertida. Te ejercitas, trabajas distintas partes del cuerpo como la espalda y el abdomen y te fortaleces. Y está padre que nos vean ejercitarnos a nosotros, a quienes también “les duelen” determinados ejercicios (se ríen).

Alma: Pilates te permite quemar energías y liberar endorfinas. Además no estamos en la pose de “maestro-alumno”, hemos hecho una familia muy bonita con el grupo, donde la gente comenta, les contestamos, nos ven todo el tiempo… Se generó una empatía bien padre.

Un mensaje en su día

Héctor:  Felicitaciones a todos los maestros en su día, porque ellos son parte fundamental de nuestra sociedad. La docencia es un pilar porque lo que hacemos tiene que ver con la enseñanza. Además todos pasamos por maestros en distintas etapas de nuestras vidas y muchos nos han marcado para bien. Esa es nuestra gran responsabilidad.

Alma: Estamos en una época difícil en la que la cuestión emocional está a flor de piel. Yo invito a los maestros a que sean empáticos con los que hoy día están del otro lado de la pantalla y a dar lo mejor de cada uno al momento de dar su clase. Felicidades para todos.- Cecilia García Olivieri.

Alma y Héctor dan clases online las páginas de FB e IG: “Corpus Pilates Studio”. Allí encontrarán también la dirección y teléfonos para contactarlos).