Amor sin precio pero con sed de victoria
Columna: Viernes Sudaca
Por @laflacadelamor
Entre los cuatro y los seis años, es probable que un niño yucateco le haga a su papá una pregunta trascendental para su vida:
“Papi ¿De qué equipo de fútbol somos?”
En el caso de que el progenitor conteste, voz en cuello, “De los Venados FC, hijo mío”, deberá saber que, de acuerdo al entusiasmo que le haya puesto a la respuesta, es 99% seguro que su hijo le copie la afición. De esta forma los Ciervos de Yucatán tendrán un nuevo seguidor en su manada.
Ahora bien, con cuatro o seis años un niño no entiende nada de “Liga de Ascenso”, Primera, Segunda o Tercera División. Al hijo lo que le gusta es patear la pelota, el yogo bonito, el estadio lleno de gente y los colores del equipo. Y está bien, así debe ser.
El niño crecerá, inevitablemente. Los botines de fútbol le quedarán chicos, se decidirá por ser portero, jugar en media cancha, defensa o ataque. Soñará que revienta la red con goles de penales en mundiales donde México es campeón y todas esas cosas lindas con las que nos ilusionamos.
Y soñará dormido y despierto con que su equipo de fútbol Venados FC se convierte en campeón, claro. El niño se imagina a los astados dando la vuelta olímpica con la copa sobre los hombros porque ¿Quién no quiere esto para su equipo de fútbol? Por eso va cada vez que su papá lo lleva al Estadio Carlos Iturralde Rivero, el chiquito vibra con la afición porque ama el fútbol y tiene los colores pintados en el corazón.
Pero el niño bambi no es iluso y algo le hará ruido en la cabeza y vendrá la pregunta inevitable al progenitor:
“Papi, ¿Por qué los Venados no ascienden? ¿Cuándo vamos a estar en Primera División?
Y ahí al papá se le puede complicar la vida. Para salir del paso puede responder un simple: “Pronto” –atemporal y perdido en el espacio- pero si el niño es insistente, el progenitor se las va a ver negras.
Porque, francamente ¿Cómo se hace para ser hincha (seguidor, aficionado, fan) de un equipo que no asciende? ¿Quién no sueña con llevar la camiseta de un equipo que juegue en Primera División y que pelee copas? ¿Quién no quiere sentir en las venas la adrenalina de una final de la Liga Mx con su equipo jugándose en cuerpo y alma en la cancha?
Los Venados no pueden ascender a Primera División hoy día. Necesitan la certificación de la Federación Mexicana de Fútbol que le pide ciertos requisitos para pasar de la Liga de Ascenso –donde están ahora- a Primera División.
Esta certificación incluye condiciones como tener fuerzas básicas, reservas, Sub 15, 17 y 20, categoría femenil, lana para demostrar solvencia y un estadio con más capacidad e infraestructura, mejor acondicionado para más afición.
¿Se puede? Sí se puede. Rodolfo Rosas Cantillo, yucateco él, es el dueño del equipo. Si puede y quiere reunir estos requisitos y certificar, ya la hicimos.
¿Será fácil o complicado? No lo sabemos, pero hay un punto a favor importante y para que el dueño de Venados tenga muy en cuenta: En el partido de ida de la Semifinal de la Liga de Ascenso contra el Atlético San Luis Potosí, 15 mil almas coparon el Estadio Iturralde y vibraron con el empate. Mientras tanto, en otro estado de México, los Dorados –equipo dirigido por Maradona y con grandes posibilidades de pasar a la final y saltar a Primera División- reunió más o menos la misma cantidad de gente. Aquí somos muchos y sobra amor por la camiseta. Se nota.
Si en Yucatán el béisbol es el “Rey de los Deportes”, es interesante remarcar que los yucatecos se identifican fuertemente y en gran número con el fútbol. La afición no miente, no se compra, pone el pecho, tiene sed de competencia y de triunfo.
Faltan detalles que seguramente no son menores como jugadores, infraestructura y para eso se necesita dinero. Mucho.
Ahora vamos el sábado por el partido de vuelta en San Luis Potosí. Tanto el Altético como los Dorados tienen chance de salir del “inframundo” de Segunda y pasar al “Glamour” de Primera. Si Venados gana, no tendrá posibilidades inmediatas, pero siempre hay chance porque lo último que se pierden son las esperanzas.
El equipo yucateco jugó bien, ganó los últimos cinco o seis puntos para llegar a la Liguilla y ahora está en semifinales. Se merecen más, mucho más. Y su afición también.
Si ahora ganan y no saltan sin red a Primera División ¿Cuándo sería esto posible? En el Próximo Torneo de Apertura y Clausura, me dicen quienes saben más que yo de estos temas. Si el dueño de Venados puede meter la documentación para certificarse ante la Federación Mexicana de Fútbol, tendríamos chance jugar y ganar para ser un equipo de “primera”.
Yo no tengo dudas de que ese chiquito preguntón que eligió a los Venados como su equipo de fútbol estaría feliz y saltaría en una pata. Y su papá también. El fútbol es el segundo deporte más importante en Yucatán y los Venados ya se instalaron en el corazón de su afición y ese amor no tiene precio, pero sí sed de victoria.