“Beforeigners”: De vikingos, crisis migratoria y un crimen por resolver
Columna Domingo Sudaca
Por @LaFlacaDelAmor
Imagínate que un día como hoy, de un cenote yucateco, brotan personas de las profundidades del agua. Están desesperados, confundidos, no pueden respirar bien, sienten que se ahogan… Y hablan raro, distinto, piden auxilio de una forma diferente a como nosotros hablamos. Imagínate que esas personas son mayas de la antigüedad, personas de la Edad de Piedra y yucatecos del siglo XIX…. Y que ahora tendrán que convivir con nosotros, en pleno siglo XXI.
No, no estoy loca, no me fumé nada…. Esto que te cuento es una forma aterrizada de hacerte el intro a esta columna sudaca y dominguera que trata de la serie noruega “Beforeigners” (“Los visitantes”, en español), una maravilla creativa que puedes ver por HBO y seguramente ya la subieron a algunas plataformas para disfrutarla de forma gratuita.
La idea de la serie en su primera temporada y de tan solo seis episodios es tremendamente buena y fluye como pez en el agua: De las heladas aguas de los fiordos de Oslo emanan vikingos, personajes de la prehistoria y también gente del siglo XIX que habían vivido allí mismo, pero en sus propios tiempos.
La serie es actual o transcurre en un futuro cercano y no se clava en viajes en el tiempo –por lo menos en esta temporada-, y te muestra cómo estos personajes de la antigüedad se tienen que adaptar a este mundo y los actuales a ellos. De una forma diferente, ingeniosa, con una vuelta de tuerca creativa, Beforeigners aborda el tema de la crisis migratoria, el choque de culturas y las dificultades de integración… Todo con un toque por momentos delirante y una subtrama policial que te enganchará de una vez y rogarás al cielo que no se terminen nunca los capítulos… Pero “siempre sí”.
Tore Hund, el matarreyes Un hombe de la Edad de Piedra Vikingas en el siglo XXI
Todo arranca cuando aparecen los primeros “migrantes” del agua helada y el policía Lars Haaland está feliz estrenando casa para su familia. De ahí pasamos a “unos años después” cuando el detective ya está solo y es adicto a unas codiciadas gotas oculares, su esposa e hija viven con un caballero del siglo XIX que fuma en pipa y recita poesía de los románticos, y cada día se aventura por las calles de Oslo donde cohabitan prehistóricos, románticos del siglo XIX que crían cabras y cultivan huertos, vikingos con trajes de piel y otros que hacen delivery agitadores en contra de la tecnología que los ha hecho esclavos ¿De qué?
Y en el medio hay un crimen, claro. Y de una migrante o “visitante”. Y al detective Lars le asignan una compañera: Alfhildr Enginsdottir, que resulta ser la primera inmigrante vikinga sumada a las fuerzas policiales, pieza clave de las políticas de inclusión que intenta la “moderna Oslo”.
Y paralelamente y para la segunda temporada, Beforeigners seguirá la apasionante historia de Tore Hund, un caudillo vikingo de la Edad Media que ahora es repartidor de pizzas y que en su tiempo mató al rey Olaf y lo convirtió en santo patrono de la iglesia católica. Esto se va a poner muy bueno.
Hay una frase que Lars escucha en la radio mientras conduce su auto que todavía me hace ruido. Trataré de decirla lo más textual posible. Dice la locutora: “No deberíamos llamarlos con la letra “V” (vikingos). Deberíamos llamarlos “nuestros ascendientes nórdicos”.
Y siento que esto resume también mucho de la serie y nos aterriza en esa “corrección política” para llamar a las cosas por su nombre pero sin sentirlas, realmente ¿La gente de Oslo está feliz con los ascendientes nórdicos que tomaron sus calles? ¿Pueden convivir las culturas tan diversas en tiempo y espacio? ¿Cómo se entienden? ¿Se podrán integrar?
Muchas preguntas que sin duda quedan para una temporada dos, altamente esperada por muchos y en todo el mundo. Beforeigners transcendió fronteras y parece que ya están grabando lo que vendrá y se espera para fines de este año o principios de 2022.
Qué emoción.