No es confabulación, es inoperancia
Martes Sudaca
Por @LaFlacadelAmor
Está rota, desarmada y sin rumbo. Nadie la orienta, nadie le dice nada y ella sólo busca… ¿Qué? ¿A quién? A Brandon, su hijo de 13 años. La última vez que se comunicó con él y su esposo Rigoberto fue anoche por celular y le dijeron que estaban en Periférico, rumbo a la casa. Cinco minutos después ocurrió la tragedia, una grande y también anunciada.
Marisol Tapia es una mujer desesperada de 28 años. Anoche se comunicó con su esposo e hijo y a los pocos minutos vio en la tele la tragedia de la Línea 12 del metro de CDMX. Pasadas las 10 y media de la noche, el metro que avanzaba se desplomó porque la estructura que lo sostenía no aguantó más. Cayó sobre una avenida, sobre autos… Hasta ahora son 24 las personas fallecidas y casi 80 heridos. Y muchos desaparecidos, como Brandon. Su esposo Rigoberto apareció en un hospital, pero de su hijo no sabe nada todavía. Y Marisol sigue desesperada. NADIE LE DICE NADA.
Mientras espera junto a su mamá a 50 metros de la Estación Olivos, miles de cosas se le cruzan sin duda por la cabeza. Ella da señales de su hijo, muestra fotografías que busca en su celular, pero del otro lado hay una pared muda. Familiares ya fueron a buscarlo en el hospital, pero el chico no figura en la lista de lesionados.
En 2012 en Buenos Aires, Argentina, un tren que llegaba a la estación Once (el final del recorrido de la Línea Sarmiento) nunca frenó y colisionó con los paragolpes de contención. El tren se volvió un acordeón metálico de desesperación y muerte en la que perdieron la vida 52 personas –una de ellas estaba embarazada- y 789 resultaron heridas.
Pero hubo un muerto que dejó a un país en vilo durante días… Y hasta ahora, hasta hoy que me enteré de esta historia catastrófica, y bastante similar, en CDMX. Se llamaba Lucas Menghini Rey, tenía 20 años y fue la víctima número 51 de la tragedia ferroviaria. A Lucas lo vieron subir al tren por las cámaras de seguridad, pero nunca más supieron de él hasta dos días después, cuando los equipos de rescate localizaron –entre el tercer y cuarto vagón- el cuerpo sin vida de un joven de 20 años, la única persona que permanecía desaparecida. Su historia recorrió un país y hasta el mundo y sus familiares hasta hoy reclaman justicia.
Hubo gente presa por estos hechos, hubo juicios y hay, hasta hoy, falta de respuestas. Deseo con toda el alma que la historia de Brandon tenga un final de reencuentro y abrazos con su familia. Quiero que no esté lastimado ni muerto, quiero que aparezca lo antes posible.
Estas historias trágicas, estos siniestros viales no deberían existir en capitales del mundo ni en ningún otro lugar del planeta. La famosa “Línea Dorada”, inaugurada en 2012 –el mismo año de la tragedia de Once- durante el gobierno en CDMX de Marcelo Ebrard, trae mucha polémica en su historial…
Hay denuncias de fallas, mal funcionamiento, hubieron otros accidentes y hasta hoy no se hizo nada. Y ahora es tarde para hacer, porque la gente que viajaba y deseaba por fin llegar a su casa un lunes por la noche, hoy está muerta, internada o desaparecida. Como Brandon, como Lucas durante dos días… Y no hay explicación, peritaje, condolencias o perdón que tapen el agujero que le dejan a miles de familias… A un país entero. No, no es confabulación ni atentado en tiempos electorales, es inoperancia para que todo funcione como debe ser y para que la gente esté segura, viaje segura y no pierda la vida porque se cae o choca un tren.
Toda la luz y esperanza para Marisol y todas y todos los que buscan a sus seres queridos. Y que los culpables de estas catástrofes cumplan condena.
(En la imagen de portada, Marisol y su mamá reclaman por Brandon).
Qué tristeza y cuánta verdad.
Gracias por comentar, Carmen.
Ojalá que Brandon aparezca con vida… Estas catástrofes no deberían ocurrir.
Gracias por comentar, Rosa. Lamentablemente anoche lo encontraron finalmente sin vida, en un hospital de Iztapalapa. Muy triste todo.