“Si hay tristeza o un pleito en casa, su concentración y su ánimo no es el mismo”
Hace exactamente tres meses hoy comenzaba el ciclo escolar 2020-2021 y nuestros niños no pueden ir a la escuela. Las clases, ahora, son “en línea” y en estos 90 días la maestra Patricia Lama –de cuarto grado de una primaria- nos cuenta cómo se siente, cómo ve a los chicos, cómo logra interactuar con ellos y nos platica también porqué es necesario volver a las clases presenciales, no te lo pierdas:
Encerrados en nuestros hogares hace más de ocho meses por la pandemia del covid-19, los niños comenzaron las clases del nuevo ciclo escolar 2020-2021 hace hoy exactamente tres meses. En este primer trimestre, seguramente como mamá o papá, puedes hacer un balance de cómo funciona todo desde tu casa, de cómo ves a tus hijos tomando las clases y tendrás tus propias conclusiones, sin duda. La situación no es fácil, aprender a través de una pantalla es tan inédito para ti como padre como para tu hijo/a.
Expertos en el tema opinan que las clases en línea provocan en los chicos ansiedad, frustración, algunas veces aburrimiento y una rutina inédita a la que, de a poco, nos vamos acostumbrando todos. En algunos países y en plena pandemia, los gobiernos decidieron volver a las clases presenciales siguiendo todos los protocolos de salud. México tiene dos estados –Chiapas y Campeche- con semáforo epidemiológico en verde, pero los niños no vuelven a la escuela.
Sin duda los menores de edad son uno de los sectores más invisibilizados en la pandemia, en confinamiento casi total hace más de ocho meses. Hoy y con el primer trimestre de clases cumplido, platicamos con la maestra de primaria –cuarto grado- Patricia Lama Sosa, una mujer con 19 años de experiencia en la docencia, proactiva y comprometida con su chamba, quien nos habla de los logros, retos y desafíos de esta nueva enseñanza en línea y nos platica, también, porque es necesario volver a la escuela. No te lo pierdas:
Hoy se cumplen tres meses de inicio de ciclo escolar 2020-2021, con clases online en plena pandemia ¿Cómo estás, cómo te sientes?
Un poco más relajada porque los niños han aprendido a manejar también esta situación junto a sus padres. Los noto más tranquilos.
¿Cuánto cambió un día en tu vida laboral de antes de la pandemia a estos tiempos inéditos? ¿Cómo es ahora una jornada tuya de trabajo?
Cambió muchísimo a como era antes mi vida laboral, con clases presenciales. Ahora trabajamos mucho más. No son sólo las clases y las planeaciones, sino ver todo el tiempo la manera de hacer las actividades atractivas para que el niño conecte y aprenda. Arranco a las 7 am con clases en línea hasta la 1:30 pm. Luego aprovecho a hacer planeaciones y armar diapositivas. Después preparo la comida y almorzar con mis hijos. Por la tarde preparo todo para la clase del día siguiente y trabajo en las planeaciones que se mandan a la escuela y aprovecho para armar información para los niños en diapositivas, vídeos e imágenes, todo para hacerlo más atractivo para ellos en las clases en línea.
Terminando el primer trimestre de clases ¿Cómo ves a los niños?
Puedo hablarte desde mi experiencia y en estos casos depende mucho de cada maestro y de cómo quieres hacer sentir al niño que está del otro lado de la pantalla. Yo lo que hago es ponerme en el lugar del alumno y algunas veces veo que se sienten frustrados y te dicen “Maestra, no entiendo” y ahí veo de qué manera ese mismo concepto que no comprenden, puedo hacérselos entender con otra imagen, otra diapositiva, con otros ejemplos.
¿Cómo planteas el desafío de trabajar a través de una pantalla comparado a las clases presenciales?
Es un desafío completo comparado a cómo trabajábamos antes, porque el niño no sólo es visual, también es auditivo y hay quienes son kinestésicos y ahora no podemos acercarnos a ellos, abrazarlos o decirles frente a frente “Mi amor, no te preocupes, lo vamos a lograr de otra manera”. La pantalla es a veces una distancia que no me permite acercarme un poco más a ellos. Incluso, cuando llegan a la mañana, veo sus caritas y les pregunto cómo se sienten. En forma presencial esto es totalmente distinto porque puedes conectar con ellos de otra forma y, si necesitan hablar, los llevas a un lado y platicas con ellos. Me importa mucho cómo se sienten para que puedan tomar bien su clase. Si hay tristeza o un pleito en casa, su concentración y su ánimo no es el mismo y no rinden como deberían.
¿Qué actitudes en línea son claves para mantener la atención en la clase?
Que ellos puedan percibir que yo estoy contenta y para ayudarles, que ellos puedan sentir la confianza de preguntar y que, si se equivocan, sientan que los vamos a ayudar. La actitud nuestra como maestros es fundamental para el trato con los niños y para que, al otro día, tengan la motivación para entrar otra vez a la clase en línea.
¿Cuáles son las actividades que notas que los chicos prefieren? ¿Y las que no?
Les gusta mucho participar, escribir dentro de la misma presentación o diapositiva (es como si lo hicieran en la pizarra), dibujar y hacer tarea en línea, porque saben que les quedará la tarde libre. No les gusta mucho el dictado y les cuesta mucho trabajo copiar. Esto sucede muchas veces porque las conexiones a internet no son todas iguales y algunos dejan de escuchar por momentos y es muy estresante porque son limitantes. También les gusta mucho compartir cosas de su vida. Ayer, por ejemplo, un niño nos mostró a través de su pantalla que ya habían armado el arbolito de navidad y ese fue un tema de plática en la clase.
En las clases presenciales los papás no están, pero en las clases en línea, muchos escuchan las clases, dan instrucciones a sus hijos, están pendientes de todo ¿Qué opinas al respecto?
A mí en lo personal no me afecta que los papás estén conectados con sus hijos a las clases. Hay maestras a las que no les gusta, sobre todo cuando hay mamitas que quieren dar la clase como a ellas les gustaría. A mi no me afecta, yo doy la clase independientemente que estén los papás o no. Sin embargo entiendo a mis colegas también.
¿Qué cambia cuando están los papás presentes en las clases en línea con respecto al niño?
En las clases presenciales los niños prestan más atención porque son los únicos que tienen que resolver la situación de la clase junto con la maestra. En cambio, cuando está la mamá en línea, puede ocurrir que el niño se relaje porque “Si no lo entiendo, mi mamá me lo explica”. En este caso, claro, dependerá de cómo lo maneje cada familia.
Recientemente un profesor universitario en Perú renunció antes sus alumnos en una clase de Zoom y adujo que los chicos no se comprometen, no estudian, se participan y que él estaba harto ¿Qué piensas sobre este docente?
Que este profesor ha terminado su amor por la docencia. He conocido a colegas que les ha ocurrido lo mismo, que han llegado a su límite y es como terminar un ciclo. A mí me gusta lo que hago y no me canso, a pesar de la pandemia y de esta nueva forma de dar clases.
¿Es necesario para ti regresar a las clases presenciales? ¿Por qué?
Sí, es necesario. Porque avanzamos mucho más y hay un contacto con el alumno. Las clases en línea limitan y en forma presencial puedes descubrir mejor las grandes habilidades que tiene cada niño y trabajar en cada caso específico.
Danos un mensaje
Ha sido y es un reto esta nueva forma de dar clases para todos los docentes, sobre todo para aquellos que saben que sus alumnos no cuentan con buen equipo para trabajar en línea y no pueden “llegar” a sus niños porque no tienen todos las mismas posibilidades. Esta ansiedad que a los adultos nos mueve y nos come en pandemia, a los niños los afecta más aún porque ellos siguen encerrados. Por otra parte y en muchos casos, la escuela presencial es como una casa para los niños y allí se sienten más a gusto a veces que en su propio hogar. Como docentes debemos trabajar este reto de hace sentir bien y contentos a nuestros alumnos y sin esa ansiedad de trabajar en línea. Es difícil para todos esta pandemia que nos toca vivir, pero para algunos niños es aún más.- Cecilia García Olivieri.