“Nos hace falta en Yucatán más cultura de higiene y prevención”
Desde que arrancó la pandemia en Yucatán, Oscar Cruz Bautista se mudó a su consultorio en Ucú y desde ahí atiende las necesidades de la comunidad las 24 horas. Y por si fuera poco, visita a los pacientes en sus casas y no cobra un centavo por eso. Ah, y hace campaña preventiva, también. Él dice que es pura vocación lo suyo y nosotros hoy lo celebramos, en la previa del Día Nacional del Médico. Conócelo:
Oscar Cruz Bautista dice que no siente pasión por la medicina, que lo suyo es vocación. Y si lo dice él, así debe ser… Sin embargo hoy día uno no se encuentra a la vuelta de la esquina a un médico como Oscar. Y te vamos a contar porqué.
Hace 20 años, este hombre que ahora tiene 44 y egresó de la carrera de Medicna de la Unam, llegó a Yucatán a hacer su servicio social en Ucú, un municipio pequeño a 30 minutos de Mérida. En esta comunidad se sintió tan a gusto que no se fue más y hoy -dos décadas después y con una pandemia de por medio- esté médico cirujano general es una de las personas más queridas de Ucú, por su vocación de servicio en pleno brote de covid-19 y su empatía con los pacientes, a los que muchas veces ni les cobra por atención.
Oscar tiene una unidad médica en Ucú donde brinda atención general a niños, adultos y personas con enfermedades crónicas degenerativas. Desde que arrancó la pandemia, este profesional de la salud se mudó a su consultorio, donde vive las 24 horas y, durante el día, visita casa por casa y junto al enfermero Hugo Magaña, director de Salud Municipal, a pacientes sospechosos o con covid-19. Por esta labor no cobra un centavo.
Por eso, adelantándonos un día al Día Nacional del Médico, van nuestros aplausos y reconocimiento a Oscar por su chamba diaria y ojalá haya más profesionales como él. Te compartimos esta plática para que lo conozcas un poco más, no te la pierdas:
¿Qué querías ser cuando eras chico?
Siempre quise ser médico, no se me ocurría otra cosa. Cuando estaba en primer año de primaria, la maestra me preguntó qué quería ser de grande y le dije “médico” porque desde entonces ya lo sabía. Después me volvieron a preguntar en la universidad y me di cuenta que yo no quería cuidar a todo el mundo…. Yo quería prevenir enfermedades. Un buen médico no es el que cura, sino el que previene.
La medicina ¿Es un pasión en tu vida?
Más bien es una vocación. Hay personas que nacen con ese instinto y otros lo adquieren con el paso de los años o porque quizás vienen de una familia de médicos, que no es mi caso. Mi vocación es nata desde siempre.
Una pandemia se cruzó por la vida de todos nosotros ¿Cómo lo viviste y cómo lo vives ahora desde tu profesión?
Como ser humano, cuando inició todo en China, sabíamos que tarde o temprano iba a llegar la pandemia porque es una enfermedad muy contagiosa. Para marzo, cuando hubo los primeros brotes de covid-19, como persona me entró una situación como de miedo porque te enfrentas a algo que no conoces. Tenía miedo de no poder identificar como profesional si el caso era de covid o no, si era agudo o grave porque todo era nuevo y además estamos en un país tercermundista, donde faltan cosas y hay escasez de todo. Como médico cuando empezó la pandemia hubo muchos colegas que pidieron licencias en sus trabajos por padecer comorbilidades, pero yo hice un juramento de vida cuando me convertí en médico y aquí en mi comunidad, cuando cerró el centro de salud y los servicios del médico 24/7, nunca dejé de atender en pandemia. Tardaron en aparecer los primeros casos en Ucú y llegué a pensar que el virus no existía (se ríe), pero cuando se levantaron los filtros empecé a ver casos sospechosos e identificamos que todos venían de trabajadores de una empresa, con cuadros de dificultades respiratorias distintos a los que conocía y ahí empecé a agarrar experiencia.
¿Cómo manejaste la situación en Ucú?
Desde que comenzamos con contagios, me asesoré con epidemiólogos y neumonólogos y los casos más severos los derivamos al Hospital Regional de Alta Especialidad. Los que podían o pueden atenderse en las casas, los vemos con el enfermero Hugo Magaña, director de Salud Municipal. Hacemos recorridos por las casas hasta tres veces por día para atender a esos pacientes y evitamos la hospitalización si se puede.
Y también empezamos a hacer campaña en la comunidad porque, por falta de conocimento y miedo, se generó un estigma alrededor del covid-19. Así que le informamos a la gente cómo manejarse, sobre protocolos y también comenzamos a reunir despensas y ayuda para las familias más necesitadas y toda la comunidad colaboró y colabora.
No estás adentro de un covidario pero haces mucho por la gente con síntomas de covid o contagiada ¿Por qué te movió a hacer esto en Ucú y sin cobrar un centavo?
Es parte de mi educación, mis padres me enseñaron que si podía ayudar, ayudara. Y también me educaron para ser humilde y solidario, no es sólo por lo del covid. He tenido pacientes pequeños que necesitaban un estudio y los papás no podían costearlo y yo les proporcioné el dinero para descartar un diagnóstico. Si en mis manos está poder ayudar, lo haré. También si tengo medicinas, se las doy a los pacientes. Y puede ser que esta ayuda en algún momento sea recíproca, pero tampoco lo hago con esa intención.
¿Cómo ves la situación del nuevo coronavirus en Yucatán?
Este es un tema de educación para la salud. La sanitización, el uso del cubrebocas y el lavado de manos, no se debe imponer por un virus que llegó a modificar nuestras vidas, ya lo tendríamos que traer con nosotros. Si de niños nos hubiesen enseñado a lavarnos las manos, mucha enfermedades contagiosas se hubieran detenido como la conjuntivitis, influenza, enfermedades urinarias o intestinales. Nos hace falta en Yucatán más cultura en cuanto a la higiene, así como también cultura de prevención.
Por otro lado, vemos el rebrote en Europa y con la nueva normalidad que vivimos, la gente se olvida que el virus todavía está en el ambiente. Ahorita, por ejemplo, la influenza viene fuerte para niños y adolescentes por eso, como dice el dicho, “Si no tienes en cuenta la historia de tu vida o tu país y no has aprendido de ella, volverás a repetir los mismos errores”. Y eso puede pasar en México y también en Yucatán.
Si no fueras médico ¿Qué serías?
No sé (se ríe)… A lo mejor consejero matrimonial o psicólogo. En mi consulta veo a muchos pacientes que vienen con enfermedades y tienen problemas de tipo emocional y un médico tiene que ser integral, tiene que ver al paciente como un todo. Y a veces las emociones son las que generan enfermedades y yo como médico, si no estoy familiarizado con el entorno del paciente, podría no detectar la causa de la enfermedad.
Dale un mensaje a los chavos y chavas que piensan en estudiar medicina
Para mí la medicina fue algo muy fuerte, estuve muy metido y no existía otra cosa en mi vida. Es una carrera difícil, compleja, complicada y requiere muchos sacrificios. Pero dentro de la dificultad está la satisfacción cuando un paciente sale de mi consultorio y me da las gracias y una bendición… Eso te lo llevas en el alma y si ayudas, habrá siempre una persona que te tenga en sus oraciones. Me siento bendecido de que en mi comunidad la gente me quiera y no hay pago económico que pueda darte esa satisfacción.- Cecilia García Olivieri.