¡Ya se fue!
Columna Butaca Alta
Por Roberto Acevedo
La ausencia de las pruebas médicas de cara al inicio de la temporada del Barcelona fue la señal que muchos estábamos esperando para confirmar que las intenciones de Leo Messi son las de irse del equipo catalán. Ahora la pregunta es ¿ Por la puerta grande o la de atrás?
A lo mejor eso ya no importa porque lo que en un principio fue tomado como una desgracia para el equipo barcelonés a la postre pudiera ser la ocasión -que tarde que temprano iba a llegar- de empezar una renovación que a todas luces es necesaria.
En estos momentos qué es lo más importante: el destino de la carrera de Messi o el futuro del equipo. Los románticos dirán que lo primero, los pragmáticos que lo segundo.
La realidad supera toda ficción, y aquí lo que es auténtico, es el término de un ciclo histórico lleno de éxitos donde un equipo top subió a lo más alto que se puede llegar de la mano de un jugador que rompió muchos paradigmas. Callado, sin protagonismos fuera de la cancha, un hombre de familia, que lo más importante es y será su legado en el campo de juego.
Las manchas en la exitosa carrera de Messi no son futbolísticas, son de otro orden, como el asunto de los impuestos ante las autoridades españolas. Fuera de eso lo suyo raya en lo impecable. Llevó a Argentina a una final de Copa de Mundo y al Barcelona a otro nivel.
Siempre se le ha acusado de su “falta de liderazgo en el vestidor y ante sus compañeros, de un pecho frío ” pero cuántas veces él fue el protagonista que resolvía partidos con la magia que salían de sus pies. Hay un Barcelona antes y después de Messi. A pesar de los ingratos.
Los desaciertos de la actual directiva del equipo, encabezada por Josep Maria Bartomeu, son los elementos que toda trama necesita, donde algunos son héroes y otros villanos. Sin duda el presidente del club Barcelona será señalado como uno de los factores para la partida de Messi, pero su responsabilidad no es total, sino parcial.
Traer a Ronald Koeman como entrenador para limpiar un vestidor y preparar la transición serán los aportes de Bartomeu al drama de la salida de Messi.
Messi ya se fue de Barcelona. Se mente y objetivos ya están en otro sitio. Y aunque para muchos aún falta resolver lo de la cláusula de recesión que oscila en los 700 millones de euros, la verdad es que sólo falta negociar para dar por terminada esta historia.
En el remoto caso de que por lo menos jugara un año más en tierras catalanas, por lo estipulado en su actual contrato que vence en el 2021, sólo sería prolongar una agonía de algo que es ya inevitable. Lo mejor es llegar a un acuerdo donde las dos partes salgan fortalecidas.
El destino de Messi está en otras tierras, muchos lo ponen en el Manchester City donde se reuniría con Guardiola, pero la realidad es que el objetivo del argentino es llegar a donde pueda conquistar otra “Champion League” y darle fin a su brillante carrera.
Si yo fuera un romántico, pediría que la siguiente estación en la carrera de Messi fuera en la ciudad de Rosario, Argentina. Vestido de rojinegro en un equipo llamado Newell’s Old Boys. Es un sueño pero ¿de qué otra cosa están hechas las ilusiones de los que asisten a los estadios?