“Los creadores no llegan a pedirnos apoyos, llegan a negociar”
Hay dos palabras en boga en el mundo de las ideas y la creatividad y que hacen ruido para bien en Yucatán: es la famosa “Gestión Cultural” y ya es un hecho en nuestro estado. Tan es así que Sedeculta acaba de recibir un financiamiento de la Unesco por trabajar a favor de la economía naranja y en esta nota Ana Ceballos nos detalla de qué se trata y qué buenos caminos estamos tomando en materia de cultura en Yucatán. Entérate:
Hay un cambio de paradigma y no está a la vuelta de la esquina: ya lo estamos viviendo. La famosa “Economía Naranja” (si nunca escuchaste el término te contamos que se trata de las industrias creativas y culturales que, en su conjunto y de manera encadenada, permiten transformar ideas en bienes y servicios) ya desembarcó en Yucatán y el trabajo transversal para hacer gestión cultural ya es un hecho.
Y para muestra un botón: La Secretaría de la Cultura y las Artes de Yucatán (Sedeculta), resultó seleccionada para recibir el financiamiento del Fondo Internacional para la Diversidad Cultural (FIDC), un hito histórico para el sector en la entidad y la secretaría fue la única elegida no sólo en México, sino también en América del Norte.
Y decimos que hay un cambio de paradigma porque la relación institución-artista ya no es sólo apoyo del gobierno a creadores. Quizás que el modelo de austeridad que vivimos a nivel nacional propició que la gestión cultural se moviera para generar nuevas formas y espacios, pero también es un hecho que este modelo de ver las industrias creativas y culturales ya es boga en el mundo entero y nosotros no estamos ajenos a ellos.
Hoy quisimos platicar sobre el tema no sólo del fondo recibido por parte de Sedeculta, sino también de cómo Yucatán se posiciona en gestión cultural a nivel local, nacional y hasta mundial. Y este nuevo modelo de ver la cultura se basa primordialmente en el trabajo en equipo y transversal entre instituciones, habla de descentralización, de saber delegar y hacer mucha mancuerna.
Erica Millet, titular de Sedeculta, está feliz con este financiamiento otorgado por la Unesco y nos lo cuenta así: “Es tan importante este reconocimiento porque a través del proyecto que presentamos se visibiliza el trabajo en equipo en materia de gestión cultural, de manera diferente, profesional y nunca antes vista en esta institución”, detalla.
Y para hablar en detalle del proyecto, platicamos con Ana Ceballos, directora de Desarrollo Artístico y Gestión Cultural de Sedeculta, quien no sólo nos detalla sobre el proyecto presentado y el financiamiento recibido, sino que nos habla del cambio que ya vive Yucatán en gestión cultural y porqué vamos por buen camino.
Cuéntanos con tus palabras qué ganó Yucatán
Ganamos el proyecto Promoción de las Industrias Culturales y Creativas para el Estado de Yucatán. Lo postulamos en 2019 por parte de Sedeculta, el Instituto Yucateco de Emprendedores (IYEM) y la Universidad Tecnológica Metropolitana (UTM). Entramos en una bolsa de 480 proyectos a nivel mundial y en la primera fase el nuestro quedó seleccionado entre otros de México. En la fase final fuimos el único estado de México que ganó.
¿Qué presentaron? ¿Es la primera vez que se accede a un financiamiento de este tipo?
Este proyecto fomenta las industrias culturales y creativas que son todas estas acciones y disciplinas que están basadas en la creatividad y forman parte de una cadena de valor compuesta por la creación, producción, distribución, comercialización y consumo de productos servicios o bienes culturales, artísticos y patrimoniales. Esas son las industrias creativas.
Sin duda es la primera vez que se logra un proyecto de este tipo. Sedeculta hace un valor importante en fomentar la creación y la promoción, pero falta mucho para desarrollar y explorar la distribución y la comercialización y consumo del arte en Yucatán. Por esa razón nos movió el tema de postular este proyecto ante la Unesco.
¿Cómo funciona el proyecto y en qué plazos?
Tiene distintas fases. La primera será para identificar las industrias culturales –jarana, gastronomía, producción musical, vídeo juegos, danza, teatro, cine, artes visuales…-. Sabemos que hay mucho talento en Yucatán pero no hay documentos que establezcan cuáles son los que aportan al Producto Interno Bruto (PIB) de nuestro estado. Esta fase nos servirá para identificar además qué está más en boga en el interior del estado.
La segunda fase será para sacar una muestra de trabajo en 20 municipios y realizar capacitaciones. Nos interesa saber cuáles son las industrias más destacadas a fin de capacitar a los agentes culturales, empresarios, creadores y emprendedores.
La última será el cierre que trata de la evaluación y el monitoreo y la Unesco fue muy puntual en que este proyecto debe ser medido con indicadores constantemente y debemos comprobar que la metodología de capacitación y medición dio resultados para volver a concursar nuevamente.
¿De cuánto es el recurso, cuándo llega y en qué plazo se debe realizar el proyecto?
El recurso es de 78 mil dólares (casi 1 millón y medio de pesos mexicanos) y se suman otros recursos como humanos y de materiales que tienen las instituciones que participan y con las que trabajamos de forma transversal. El proyecto dura 18 meses, arrancamos en mayo con la fase de mapeo y seguimos con la capacitación y la incubación. El resultado estaría para mediados de 2021.
En época de ajustes y austeridad, en las que hay que ser más creativo para manejar recursos ¿Con qué herramientas cuentan para hacer gestión cultural?
Me siento muy contenta de que se pueda sentir que se trabaja desde esa vía, la de la gestión cultural. Erica Millet ha sido muy visionaria al momento de conformar su equipo de trabajo y los que encabezamos la secretaria en la mayoría somos gestores culturales. Yo estoy especializada en un posgrado en Gestión Cultural y eso me da otra visión de cómo implementar recursos, herramientas y desarrollar proyectos culturales que no necesariamente tienen que nacer de un presupuesto. Todos gestionamos proyectos desde cero y logramos que se conjuguen hasta el desarrollo del proyecto.
Hay un cambio de paradigma no sólo en México, sino en el mundo Se habla de la “Economía Naranja” (hacer economía a través de la cultura) ¿Cómo se trabaja en conjunto y transversalmente entre instituciones, empresas y creadores?
Ha sido una labor desde mi punto de vista de las más difíciles y complicadas, pero también de las más satisfactorias. Me gusta más decirle “economía creativa” que economía naranja, siento que es más general y abarca la disciplina como tal. Creo que la fórmula o la forma que hemos buscado es la de dialogar con la comunidad artística desde la honestidad y transparencia y contarles que la situación económica en el país ha sufrido recortes presupuestales de programas y que no por eso se acaba nuestra gestión cultural, sino que estamos explorando otras vías para, por ejemplo, editar libros, traer exposiciones, realizar obras de teatro, etc… Esto se gestiona a través de la capacitación y coordinación de las industrias culturales y creativas, por ejemplo. Y si una empresa quiere consolidarse como tal, los vinculamos con el IYEM en una mancuerna padrísima porque ellos tienen una metodología de incubación para esas empresas que quieren dar el paso a productos y servicios. El en caso de la UTM, nos apoyan con el diseño de la metodología a través de expertos, docentes e investigadoers, sobre todo para el tema del mapeo.
Entonces ¿Se puede o no se puede hacer gestión cultural en estos tiempos?
¡Claro que se puede! Y ya lo estamos viviendo… El diálogo ya es distinto y el paradigma está cambiando. Ahora cuando los creadores se acercan a nosotros, llegan con proyectos más armados, un presupuesto desarrollado, saben cuánto cuesta su obra y cuánto quieren cobrar. No llegan a pedirnos apoyos, llegan a negociar. Sedeculta funge como patrocinador y colaborador. Y los empresarios también tienen que entender que pueden invertir en la cultura. Las industrias culturales y creativas generan el 2,8 % del PIB nacional y se habla en realidad de un 8%, pero por cuestiones de informalidad, sólo se declara el 2,8. Si traspolamos esta información a Yucatán y con el bagaje cultural tan amplio que tenemos, nos vamos sorprender con los resultados del mapeo porque seguramente la cultura contribuye de manera importante al PIB del estado. Estas son políticas inéditas y hay que aprovecharlas.- Cecilia García Olivieri.