“Estoy haciendo la transición a una vida bucólica”
Adán Tatewarí Hernández Medellín vino hoy a Mérida a recibir los 50 mil pesos del Premio Nacional de Cuento “Beatriz Espejo” por su relato “Tiburones” y Sumario Yucatán lo sometió -bajo su consentimiento- a un ping-pong de preguntas y respuestas. Conócelo:
Los veranos transcurridos desde que tiene uso de razón en Veracruz -de donde proviene parte de su familia- los tiene marcados a fuego en su corazón. Por eso, Adán Tatewarí Hernández Medellín escribió el cuento “Tiburones”, que relata una historia de violencia e inseguridad en ese estado. Lo hace con nostalgia ante todo y también “con una angustia y tensión sostenida, a través de un relato impecable”, cuentan los que ya lo leyeron (la obra es inédita y no está publicada aún).
Por “Tiburones”, Adán vino hoy desde CDMX a Mérida a recibir el Premio Nacional de Cuento “Beatriz Espejo” y está feliz, con una sonrisa radiante. De 37 años, el escritor es también periodista –labora en la revista Playboy- y Sumario Yucatán jugó con él a un ping-pong de 19 preguntas (eran 20 pero me salteé una…) con la finalidad de que lo conozcamos mejor y, de paso, nos despierte la inquietud de leerlo, para los que todavía no lo hicimos.
Acá van las preguntas y respuestas:
¿Qué significa tu segundo nombre Tatewarí?
“El primero que trajo luz y calor al mundo”. Es un nombre huichol.
Cuéntanos un recuerdo de tu infancia y la lectura.
Recuerdo el estudio de mi abuelo, en una biblioteca muy linda, en Ixtapalapa, Ciudad de México. Ahí escuché de su voz mis primeros cuentos y creo que tendría seis o siete años. Recuerdo uno que él escribió y era sobre un niño que iba a la playa a jugar fútbol y estaba basado en unas vacaciones que tuvimos juntos en Oaxaca. Mi abuelo se llamaba Felino Medellín, fue profesor y escritor, pero no publicó. Gracias a él tengo inyectado este amor por la literatura.
Un poema de tu adolescencia.
Romancero Gitano de Federico García Lorca… “Y yo que me la llevé al río, creyendo que era mozuela…”
Una noticia bien contada que te haya impactado en la juventud.
Soy muy aficionado al fútbol y debió ser en su momento alguna crónica que leí cuando el Atlas –el equipo al que yo le voy- había perdido la final contra el Toluca en el 99, yo tenía 17 años. Y hablaba de una sequía larguísima desde 1951 y yo dije: “Esto tiene que terminar pronto”… Y no ha terminado.
Ganar un premio de literatura significa: ¿Mucho, poquito o nada?
Significa muchísimo porque un premio literario de alguna forma te enfrenta a varias circunstancias. Por un lado, la calidad de tu trabajo, los jurados y también te enfrentas a una dosis de fortuna. Y a veces para que todas esas cosas se pongan en armonía, hace falta cierta alineación de los astros y afortunadamente sucedió.
¿Sentiste alguna vez que te ahogabas?
Sí, claro… En el agua. Me pasó en las temporadas en las que íbamos a las playas de Veracruz. Era maravilloso estar en el mar, pero también me ha dado varias revolcadas.
¿Dónde ves belleza?
En la palabra, en la arquitectura, la naturaleza, en una buena conversación, en mi esposa y en la gente que quiero.
¿Qué opinas del sorteo del avión presidencial?
Me parece una dinámica digna de un cuento fantástico mexicano.
¿Coleccionas algo?
Sí, tengo muchos libros y vinilos porque me gusta muchísimo la música.
¿Vida citadina o vida bucólica?
Estoy haciendo la transición a una vida bucólica. Mudarme de CDMX a un pequeño pueblito semidesértico en Tamaulipas.
¿Alguna vez te fuiste a los puños con alguien?
Más a las patadas… Pero entrené boxeo un tiempo y parte del entrenamiento era ir a darse trompadas con los compañeros.
¿A favor o en contra del aborto?
Es una pregunta polémica. Yo diría que más a favor.
¿A favor o en contra del matrimonio igualitario?
A favor, todos nos amamos.
¿Cuál es tu deporte favorito?
El fútbol por encima de todas las cosas, pero tengo un lugarcito para otros deportes como el fútbol americano, el básquetbol y el béisbol.
¿Le debes dinero a alguien?
Afortunadamente creo que ya no.
El odio no sostenido ¿Es odio?
El odio exige una constancia, un trabajo y un estado espiritual que debe mantenerse largo tiempo. Si no es sostenido, es más bien coraje.
¿Con qué escritor vivo o muerto te gustaría irte de copas?
Uf… Uno sería Juan Carlos Onetti, escritor uruguayo maravilloso que además tenía una larga tradición de beber whisky en su cama. Creo que sería una larguísima borrachera y además muy cómoda.
¿Qué es la literatura mexicana?
Es un instante de realidad y de poesía.
¿Qué vas a hacer con los 50 mil pesos que ganaste?
Posiblemente invertirlos en la mudanza para mi vida bucólica.- Cecilia García Olivieri.