“Cuando terminas una, quieres probar otra y otra…”
Josefa García, mujer emprendedora: Nievera
De Miahuatlán de Porfirio Díaz a Mérida y todo el país… Las nieves de Josefa García llegan de Oaxaca con todo el sabor y una técnica artesanal que se mantiene desde hace años. Como mujer emprendedora, nos cuenta cómo creció en el negocio y espera que su legado continúe a puro sabor artesanal
Dice que se dedica a hacer nieves “Desde mis antepasados”. Primero fueron sus abuelos -en su natal Miahuatlán de Porfirio Díaz, en Oaxaca-; después sus papás y hoy día Josefa García, con 53 años, dos hijos, yernos y nietos, recorre el país con la feria “Oaxaca y la Guelaguetza” haciendo las nieves más ricas que hayas probado y ahora ya están en Mérida, hasta el 2 de febrero, en el Parque de la Paz.
Josefa viste traje regional amarillo, rojo y naranja, dos trenzas negras amarradas con cinta del mismo color y una sonrisa pintada de rosa fuerte. Esta mujer emprendedora dedica su vida desde pequeña a aprender el oficio de nievera, heladera o sorbetera de sus abuelos y papás y hoy se suman sus hijos al emprendimiento de “Nieves oaxaqueñas Doña Jose”, todas totalmente artesanales, naturales, sin conservantes y que te vuelan la cabeza de sabor apenas las pruebas.
“Mis abuelos empezaron con un sabor: de limón rallado. Luego agregaron ellos y mis papás leche quemada y sorbete y nosotros ya innovamos con otras mezclas como la nieve de ‘Besos de Ángel’, ‘Besos Zapotecos’ y de ‘Pétalos de Rosa’. A la gente le encantan”, asegura.
Y estira la mano y nos alcanza una nieve rosa chillona de “Beso de Ángel”. Tiene sabor a cereza y un toquecito de licor (Kalhúa) que se mezcla con las nueces. No hay conservantes, hay que comerla rápido y eso da gusto. Queda un sabor delicioso en las pupilas gustativas y muchas ganas de repetir.
“Con el tiempo fuimos cambiando y nos animamos a probar nuevos sabores con distintas frutas naturales como maracuyá, cerezas, frutas hidratadas y hasta flores. Tenemos una nieve que se llama “Pétalos de Rosa” y es el puro sabor a la flor, acompañada de almendras”, nos cuenta.
A pesar de las innovaciones, parece que el tiempo no pasa en otros aspectos ya que, como en la época de sus abuelos, Josefa y su familia no usan ningún tipo de máquina para hacer las nieves.
“Para realizar la de limón rallado, se pasan por un rallador artesanal 100 limones para obtener 10 litros de jugo, con mucho cuidado de no tocar la parte blanca de la fruta porque es amarga. Antes se usaba el barril de madera y el único cambio que pusimos en la técnica, es que forramos el fondo del barril con fibra de vidrio. Ahí ponemos el hielo y la sal como siempre y en la garrafa de acero inoxidable los ingredientes y luego a darle vueltas y vueltas durante dos horas y media o tres hasta que esté preparada la nieve. Es todo mano de obra”, detalla Josefa.
Y la mujer emprendedora está segura de que esta es la única forma de que las nieves no pierdan su esencia y sabor y sigan siendo elegidas por gente no sólo de Oaxaca, sino de todo el país y el mundo.
“Un producto tan artesanal como estas nieves no te empalaga y cuando terminas una, quieres tomar otra y otra… Las nieves de mi tierra son las más famosas de México y trabajamos constantemente para seguir con la tradición y mostrársela a todo el país. Ojalá que mis nietos sigan con este emprendimiento”, concluye.- Cecilia García Olivieri.