“Tengo muchos proyectos para cuando salga”
Para muchos es un año más y para ellas es un año menos. La llegada de 2020 las encuentra llenas de ánimos, proyectos y ganas de salir adelante. Son mujeres que se encuentran privadas de su libertad y cumplen condena en el Cereso Femenil de Mérida. Te contamos sus anhelos para el año que viene:
Un deseo recurrente se deja oír dentro del Centro de Reinserción Social Femenil (Cereso) de Mérida: “Que el 2020 pase rápido”. A un día de terminar el año y de arrancar uno nuevo, visitamos a las 18 mujeres que hoy día son “PPL” (ni reclusas, ni presas: Personas Privadas de su Libertad) por diferentes motivos y cumplen aquí su condena. Sin embargo, como tú y como yo, proyectan, hacen balances y tienen muchos planes para el nuevo año.
Nos recibió la directora Anastasia Castillo, quien nos cuenta que estas mujeres de edades variadas cumplen condenas por robo a casa habitación, daño a propiedad ajena, violación equiparada y hasta homicidio. Las penas van de cuatro años y meses hasta cuatro décadas. Con ellas platicamos hoy y aquí te mostramos cómo se sienten y qué aprendieron en este camino que les toca transitar.
Teresita va para cuatro años privada de su libertad y le faltan nueve adentro. Cometió homicidio. Nos comparte que tanto el año que termina como el que ya arranca, los siente a los dos “positivos”. “He aprendido muchas cosas aquí adentro y quiero seguir aprendiendo. Aquí recibimos cursos y talleres que nos sirven mucho y acabo de terminar un pantalón de mezclilla que puede hacer sola y quedó perfecto. Espero que 2020 pase más rápido que 2019 y pueda ver más a mi familia. Tengo seis hijos pero el más chico de nueve años está en el DIF y quiero verlo este año dos veces por semana. También espero que me vengan a visitar para año nuevo”, augura.
Alicia es “Licha” y para ella este año que termina ha sido maravilloso, así lo define. “Ya está uno de mis hijos en Mérida, a quien no veía desde hacía 10 años. Soy de Guerrero pero hace 30 años que radico en Yucatán. Para mí al principio fue muy triste estar aquí adentro –hace 8 años y medio que está privada de su libertad- pero hoy día hay avances en mi caso jurídico y he recibido muchos milagros por parte del Señor. Para 2020 espero respuesta de mi apelación, estoy presa por corrupción y violación equiparada, de eso se me acusa. El tema es que yo no demandé al acusado. Espero en Dios que mi caso se resuelva y me reduzcan la sentencia”, cuenta.
Margaret tiene 25 años y es la más espiritual del grupo. Dice que en 2019 le fue bastante bien y se pudo encontrar y juzgar a sí misma. “Estoy aquí por daño a propiedad ajena e incendio y me dieron cuatro años y medio. Yo vivía perdida en las drogas y el alcohol y al principio fue un shock vivir encerrada, pero logré salir de las drogas y encontrarme a mí misma. Ahora tengo proyectos, trabajo, encontré el amor y me siento muy bien en el penal. En 2020 quiero seguir trabajando y estudiando porque eso me hace sentir plena, completa, limpia y sana. Quiero formar una familia y recuperar la que dejé. Cuando andas mal es como una capa que te pones encima, pero cuando ya te sientes mejor, dejas esa capa y floreces”, asegura, emocionada. También augura avances en su caso jurídico y espera la libertad condicional para este año.
Georgina hace 17 años que está en el Cereso y le quedan nueve adentro. Fue cómplice de homicidio y el año que viene hay posibilidades de que la vuelvan a juzgar y salga en libertad, nos cuenta. “En 2019 la verdad me fue bien, aquí urdo y vendo hamacas y trabajo la madera en el taller del Cereso de hombres, junto a mi pareja. Hacemos muebles, cuadros, de todo y eso me ayuda a juntar dinero y mandarle a mi hija. Espero que el año que viene pase rápido y que el juicio, que lleva como seis meses, sea a mi favor y me den la libertad. Siento habrá buenas noticias”, augura.
Shirley tiene 25 años y el 13 de diciembre del año que viene cumple su sentencia de siete años y seis meses y sale en libertad. “Voy a pasar Navidad de 2020 afuera y ahora tengo muchos proyectos para cuando salga. Voy a trabajar mucho en el urdido de hamacas como para hacer varias y juntar dinero para mi salida. Además soy cultora de belleza y aquí tomé varios talleres de uñas esculpidas, faciales y peinados. Eso me va a ayudar cuando esté fuera”, asegura.
Anastasia no está privada de su libertad pero, como directora del Cereso Femenil, pasa muchas horas adentro. Es licenciada en Derecho pero tiene una fuerte vocación de psicóloga, aunque no haya estudiado la carrera. Anastasia sabe escuchar y empatiza con las mujeres que viven en el penal.
“Venir a trabajar a mí me satisface y siempre me invento algo para convivir con ellas y darles ánimo. Para 2020 queremos seguir avanzando para que ellas estén bien, ofrecer nuevos talleres y continuar con las clases de primera, secundaria y asesorías de prepa. Esto no se detiene nunca”, concluye.- Cecilia García Olivieri.
(Por un tema de Derechos Humanos, las fotos de personas privadas de su libertad deben salir con los rostros pixeleados).