Trascender en los jóvenes
El Primer Ministro y Cónsul General de Corea visita Mérida para participar en una conferencia y un convivio de Fin de Año. Nuestro estado es el primer lugar en México donde hubo una migración tan importante y las tradiciones y costumbres siguen vivas. La premisa de los descendientes yucatecos es que los jóvenes se comprometan con seguir con el legado
Son yucatecos pero también un poquito coreanos. Traen en su sangre el orgullo de las dos tierras y no importa cuántas generaciones pasaron desde sus ancestros orientales, ellos hinchan el pecho cuando te cuentan que sus abuelos o bisabuelos llegaron a principios del siglo XX a Yucatán, que les encanta comer comida coreana, que admiran el espíritu disciplina y de lucha de los habitantes del país oriental y que ya conocen Corea o esperan ir muy pronto.
Y hoy se juntaron los descendientes yucatecos de coreanos en el Hotel Fiesta Americana para participar en la conferencia “La Unión de las dos Coreas” y de un convivio de Fin de Año, auspiciados por la Embajada de Corea en México. Y no es casual que el Cónsul General y Primer Ministro Jae Hoon Min haya elegido Yucatán para realizar este evento: Nuestro estado es el que mayor afluencia de migrantes coreanos recibió y donde las costumbres y tradiciones siguen vivas.
Antes del evento, Sumario Yucatán platicó con Juan Durán Cong, vocero de Koryuc AC, asociación que reúne aproximadamente a 800 yucatecos descendientes de coreanos en el estado.
“El 9 de noviembre fue el aniversario del derribamiento del Muro de Berlín y en Corea todavía tenemos un muro que no es precisamente físico. Pero existe la separación de las dos Coreas –Del Norte, capitalista y del Sur, comunista- que viven con tantas diferencias una de la otra”, nos anticipa Juan, como parte de la conferencia.
“Eligieron Yucatán para este evento por ser sede de la migración más significativa de Corea hacia América. En 1905 salen 1033 coreanos y llegan 1014 a trabajar el henequén. Tenían un contrato de trabajo pero en realidad los tomaron como esclavos. Imagínate vivir así en un país extraño donde seguro aprendieron a hablar primero maya y luego español. Aquí se quedaron y formaron sus familias hasta que Japón invade Corea y les surge el espíritu de ayudar a su madre tierra”, nos relata Juan.
Y nos cuenta que los coreanos en Yucatán juntaron dinero como podían para apoyar la liberación de Corea y hasta se entrenaron en un ejército para ir a defender su tierra, aunque eso nunca ocurrió.
“El gesto de recibir dinero de los coreanos en Yucatán fue muy apreciado por el movimiento de liberación en Corea. Y aunque nunca regresaron estos migrantes a su tierra porque hicieron aquí sus vidas, hasta el día de hoy es reconocido ese esfuerzo y cómo mantenemos las tradiciones y costumbres con tanto orgullo”, relata el vocero de Koryuc.
Juan también nos cuenta que su abuelo Ignacio Cong llegó en 1905 a Yucatán, cuando era un adolescente. Se casó con la yucateca Margarita Díaz y él vivió desde niño la idioscincracia de su segunda patria. “Conocí Corea en noviembre pasado por primera vez en mi vida y me pareció increíble el cariño que le tienen a nuestros abuelos. Nos trataron de maravilla, como si fuéramos personajes importantes y hasta nos invitaron al aniversario de los Juegos Olímpicos de Corea”, recuerda con nostalgia.
Para Juan el reto de Koryuc AC hoy día es que los jóvenes sigan con la tradición viva como hasta ahora. “El día a día te absorbe y es importante que las nuevas generaciones continúen con el legado. En eso trabaja Koryuc y tenemos muchos proyectos al respecto”, anticipa.
EL FUTURO DEL LEGADO
Sentados esperando la conferencia del Cónsul General Jae Hoon Min, encontramos a los hermanos Alondra y Manuel, de 22 y 23 años respectivamente y cuarta generación descendientes de coreanos.
“Crecimos con todo esto y nos damos cuenta de que conservamos las costumbres y tradiciones, sobre todo en la comida que prepara mi abuelita y eso hace que nada se pierda”, relata Manuel.
Por su parte, Alondra cree que viven con lo coreano y mexicano “Súper mezclado”, sin embargo ella admira como su hermano el espíritu de lucha y disciplina que tienen los coreanos y le gustaría ser como ellos en ese sentido.
“Es muy disciplinado el pueblo coreano, es lo que más nos gusta de ellos porque, por nuestra parte mexicana, no somos así. Admiramos ese espíritu y esperamos pronto conocer Corea”, corean los hermanos.- Cecilia García Olivieri.