“Le pedí a Dios: ‘Señor, haz que no se levante'”
Dice que no hay hombre que se sienta más solo que un boxeador cuando suena la campana. Él es Juan Herrera Marrufo, ex Campeón Mundial Peso Mosca y más yucateco que el chile habanero, asegura. Con él platicamos hoy, Día del Boxeador, sobre este deporte, arte y forma de vida. Aquí te contamos:
Juan Herrera Marrufo es un hombre que habla con la mirada. De ojos pequeños y afilados, tiene el don de que, cuando te cuenta algo, hace que los ojos se le agranden muchísimo. Es como si fueran “in crescendo” a medida que le mete emoción a lo que te cuenta. Y si está hablando de cómo ganó el Título Mundial Mosca en 1981 contra el panameño Luis Ibarra o cuando perdió un año después el cinturón contra el argentino Santos Laciar, ni te cuento…
Hoy, Día del Boxeador, encontramos a Juan en un convivio lleno de boxeadores y entrenadores. También había algunos enmascarados. Juan llegó con su sombrerito de ala corta y se paseó por todas las mesas, saludando y platicando con la mayoría. Con él hablamos de todo: del boxeo como deporte, arte y estilo de vida, de cómo lo vivió en la década de oro y de cómo lo vive ahora, como entrenador de cantera y de qué le dejó en su vida.
Aunque en la nota no lo puedas ver, ojalá te lo puedas imaginar, revoleando y agrandando los ojos chiquitos que tiene… Con ustedes, Juan Herrera:
El boxeo en los 70’s y 80’s y el boxeo ahora ¿Qué diferencias ves?
Hay una diferencia, claro. Antes había amor a la camiseta y existía eso de buscar la esgrima en el boxeo. Había mucho amor al deporte en sí. Y ahora no… Te dedicas un poco y hoy día los medios informativos te hacen campeón mundial. Antes teníamos que pelear con los mejores para llegar y ahorita eso no existe, no sientes que nadie te haga sombra. El Canelo es un ejemplo de eso. Son artistas de televisión a mi parecer.
¿Qué falta hoy día arriba del ring?
Ahora no hay tanta técnica ni estilo… Ojo que siempre hay sus excepciones. Cuando veo al Gallo Estrada me sale decirle: “Eres un chingón ¿No te das cuenta? Tienes esa esgrima de los buenos boxeadores”.
¿Qué necesita un buen boxeador?
Dicen que el boxeador es un pendejo, un bruto pero eso no es cierto. Yo comprobé con mi persona que el boxeador piensa y actúa rápido porque debe coordinar en milésimas de segundo. Hay que tener conciencia de cuidar el organismo para chingarte ahí arriba. Y también hay que tener conciencia de qué quieres hacer en el boxeo, además de “el maldito espejo”, donde está el arte que vas a hacer, la esgrima.
¿Cómo eras arriba del ring?
Yo fui un ratón de gimnasio. Entrenaba y luego me quedaba a ver a boxeadores como Guty Espadas… Eran boxeadorazos que hacían arte del deporte. No me catalogo yo, pero tengo recortes de periódicos donde dicen que yo tenía el arte de Guty Espadas y el boxeo de Miguel Canto. Realmente mi entrenador no me enseñó tantas cosas porque el boxeo es de vista y si tienes talento lo haces. Yo practicaba desde chavo porque mi papá era boxeador y lo que le transmito hoy día a los muchachos que entreno es que el boxeo es un arte para que lo vivan así y se pongan la camiseta.
¿Cómo fue prepararte y ganarle a Luis Ibarra para convertirte en el Campeón Mundial Mosca, en 1981?
Cuando le gané a la Pantera Ursúa en Chiapas, me dijeron que me traerían al campeón mundial panameño Luis Ibarra para pelear. Me mandaron a ver una película de él y verla era una idiotez porque lo que tú estás viendo no es lo mismo que estar ahí arriba del ring, cuando suena la campana. Te pueden dar estrategias, pero lo tienes que practicar. Y yo veía que Ibarra se movía de aquí para allá, parecía una araña en el vídeo. Igual no me dejó preocupado ver la filmación, sólo sentí un ligero temor pero no por lo que iba a pasar.
¿Y qué pasó?
Cuando suena la campana ves al huevón que tienes enfrente y sabes que tienes que hacerlo. Por eso digo que no hay hombre que se sienta más solo que un boxeador cuando suena la campana. Me habían entrenador para que agarre velocidad pero cuando salió Ibarra se paró y me estaba recibiendo para contrarrestarme. Yo parecía pajarito moviéndome de aquí para allá… Cuando me acercaba, me repelía. Y para colmo el locutor le ponía salsa a Ibarra y decía que yo estaba perdiendo…
¿Cambiaste la estrategia en algún momento?
Después del quinto round pensaba ¿Cómo le entro? Y mi entrenador Camargo me empezó a gritar: “Juan, Juan, entra y no lo sueltes”. Entonces le dije: “Me voy a romper la madre con él” y él me contestó: “Ok, vamos a darle”. Entonces entré y le tiré un jab abajo y no lo solté y empecé a golpear bam, bam, bam y este idiota no se caía… Volvía yo a salir y otra vez: bam, bam, bam hasta que cayó en el 11° round con un gancho al hígado. En ese momento sólo le pedí a Dios: “Señor, haz que no se levante” y se lo llevaron al hospital.
¿Cuántas veces lo defendiste al título y que pasó en la pelea contra Santos Laciar, en 1982?
Lo defendí contra Betulio González y con Santos Laciar se me zafó el brazo y aguanté seis rounds así… Siete veces se me zafó el brazo. Le tiré un golpe, me levantó el brazo con la cabeza y se me zafó. Ahí mismo me lo acomodé pero no me di cuenta, no sabía qué me había pasado. Cuando regresé al ring me volvió a pasar y en la esquina Camargo me dijo que se me zafó el brazo y me lo acomodó de nuevo. “No le tires con la derecha”, me dijo y volví a pelear. Peleé con un solo brazo y en el round 11 ya no pude más. Me operaron luego, mira, tengo una césarea (y nos muestra la enorme cicatriz). El doctor me dijo “¿Qué hicieron muchachos? ¿Por qué aguantaron tanto?” y yo le respondí: ¿Sabe usted qué estábamos peleando?”
¿Ganaste mucho dinero con el boxeo?
No, hice dos defensas y fueron hace muchos años y además lo que gané se lo llevó un licenciado que me estafó, no sólo a mí sino también a otros campeones… Era una rata.
¿Qué te dejo el boxeo?
Una gran satisfacción y me siento orgulloso de mi mismo, me siento el más grande. Y hoy día también me gusta entrenar a los muchachos y veo que lo hacen bien, se los digo, y me pone muy feliz. Si me hablan de boxeo, a mí me pelan los dientes.
¿Hay cantera en Yucatán?
Siempre ha habido cantera, somos buenos porque vienen de herencia. Hay muchachos con mucho talento a los que no tienes ni qué decirles. El tema es que se promocione más el box, eso es lo importante. El Ayuntamiento se está moviendo para eso porque se necesita que los muchachos se fogueen y peleen mucho.
¿Recomiendas el boxeo como deporte para hombres y mujeres?
El boxeo te da todo: disciplina, coordinación, aeróbico, cardio, resistencia y es totalmente recomendable para hombres como para mujeres.- Cecilia García Olivieri.
Te compartimos algunas imágenes del convivio del Día del Boxeador: