“Ya no te digo ‘puto’, pero el prejuicio de que eres diferente continúa”
Listo para una versión revisada y actualizada de su obra de periodismo cultural “Travestis, Transgéneros y Transexuales de Mérida: escenarios y pasarelas, espacios de expresión y represión de la diversidad genérica”, platicamos con el periodista y antropólogo Germán Pasos, quien nos da una mirada en el tiempo sobre estas comunidades en Yucatán. No te lo pierdas:
Germán Pasos Tzec está contento por partido doble. En el marco del 10° aniversario de su libro “Travestis, Transgéneros y Transexuales de Mérida: escenarios y pasarelas, espacios de expresión y represión de la diversidad genérica” -que recibió un premio del Ayuntamiento de Mérida en 2008- prepara una versión revisada y ampliada porque la investigación que hizo mantiene vigencia y actualidad. Y por otro lado, celebra el título que Repavih AC (Red de Personas Afectadas con VIH) le concedió como “Cronista de la Comunidad LGBTT” y eso es un honor para él, nos cuenta.
Platicador, de frases ocurrentes y de ir al grano como buen periodista de manera certera y sin vueltas, platicamos con Germán sobre su obra y sobre cómo, a 10 años de su edición, su mirada cambió -o no- sobre cómo viven hoy día las comunidades de travestis, transgéneros y transexuales en Yucatán. Aquí te dejamos la plática, rica y reflexiva:
Ayer presentaste el libro en Repavih y te nombraron cronista de la comunidad LGBTT. A 10 años de la publicación de “Travestis, Transgéneros y Transexuales de Mérida” y con una próxima revisión ampliada ¿Qué significa esta publicación en tu vida?
Es algo muy importante para mí porque no perdió vigencia y es muy actual el libro, que es un trabajo de periodismo cultural. Además el nombramiento de cronista por parte de Repavih AC me hace sentir muy honrado, realmente.
Cuéntame la primera vez que te disfrazaste como travesti y fuiste muy feliz
Fue en el concurso “Belleza Travesti”, que se realizó en forma clandestina en “Río Verde”, en Hunucmá, en 1977, yo tendría 18 o 19 años. Ese concurso se había prohibido en Mérida y en esa ocasión se realizó en forma secreta en Hunucmá. Mi familia sabía que yo era gay pero no que iba a participar en un concurso travesti. Así que me fui con mis amigos en camión y participé como “Señorita Turismo”. Vestí un traje de baño azul y peluca negra.
¿Cómo la pasaron?
Fue toda una fiesta… Ya no se hacen eventos así. El acceso era gratuito e iba mucha gente, sobre todo jóvenes (más chicos que chicas). Pero era algo realmente secreto y lo vivíamos con el peligro de que llegara la policía, hiciera una razzia y termináramos todos presos. Eso ha cambiado mucho hoy día.
¿Y qué no ha cambiado hoy día?
Ahora no te llevan preso pero la represión se está dando en el marco jurídico y moralista. Hoy día se reprime de forma más institucional y social y se prohíbe en derechos y desigualdades.
¿Cómo fue y es para ti ser periodista, antropólogo y homosexual en Yucatán?
Me ha ayudado mucho tener una formación profesional para vivir mi realidad como gay. Yo veo que muchos gayas que desafortunadamente no tuvieron escolaridad, es más fácil que caigan en circunstancias no deseadas como alcoholismo, drogas, trabajo sexual o terminen en la cocina de un restaurante o como estilistas. Yo sí tuve la oportunidad de que mi familia me mandara a la escuela y lo aproveché. Tengo una cédula profesional y años en el periodismo. Otro tema fundamental es el apoyo de la familia y yo lo tuve. Mi mamá me apoyaba mucho y mi papá al principio no tanto, pero años antes de morir comenzó a acercarse más a mí y venía a mi casa. No hablábamos de mi sexualidad pero sí buscaba un acercamiento, tener empatía conmigo. He tenido suerte en muchas cosas en la vida y me considero muy afortunado de verdad.
Los travestis, transgéneros y transexuales de Mérida ¿Son ahora más que antes? ¿O es más fácil hoy en día salir del clóset?
Yo creo que es más fácil salir del clóset ahora. Antiguamente eras más perseguido y señalado como gay. Hoy día hay un poco más de apertura pero todavía falta mucho. Las familias empiezan a aceptar a sus hijos pero sigue la cerrazón y hay que seguir informando en materia de sexualidad desde la infancia.
En el libro hablas del contexto de Mérida en cuanto a travestis, transgéneros y transexuales. ¿Y en Yucatán cómo andamos al respecto?
Existen, claro. Hay muchos travestis que viven en el campo y vienen a vivir a Mérida. En los municipios también se empezó a generar el gusto por los espectáculos travestis y su boom fue durante los años 80’s. Tixkokob, Umán o Hunucmá fueron de esas localidades, por ejemplo. Ahora hay espectáculos travestis en restaurantes de casi todos los municipios, hay mucha más permisividad.
¿Qué avances y retrocesos te parece que existe hoy día para incluir a travestis, transgéneros y transexuales desde lo social y artístico en la comunidad?
Se ha avanzado en posicionamiento o asimilación de la cultura con los nuevos conceptos de travestis, trangéneros, transexuales e intersexuales, que antes todos eran reconocidos como putos o homosexuales y eso es importante. Sin embargo, la sociedad yucateca no avanza en el prejuicio. Si eres travesti o transgénero, ya no te digo “puto” pero el prejuicio de que eres diferente o “algo malo” continúa en la sociedad. Tampoco se avanza en derechos y eso quedó expuesto en la Cumbre de los Premios Nobel de la Paz, cuando hubo laureados y personalidades que se pronunciaron a favor del matrimonio igualitario, que aquí está negado. Todavía nos falta.
¿Qué va a encontrar la gente que te lea y cómo consigue el libro?
El libro se enfoca en los orígenes de los espectáculos travestis en Mérida y en Yucatán. Son los primeros jóvenes que se atrevieron a subirse a un escenario caracterizados como artistas femeninas famosas y presentaron espectáculos que fueron muy aplaudidos. De allí salieron estrellas como “Francis”, que llegó con un grupo travesti de Acapulco y formó aquí mismo un grupo artístico. Luego se fue al Estado de México donde la ayudó Silvia Pinal y fue una estrella de Televisa. El libro recorre la parte cultural hasta 2008, aproximadamente. También se refiere a la demanda de atención de estos grupos. No todo es esplendor de lentejuelas, plumas y música, sino también se refiere a las demandas de atención por parte de las instituciones y la sociedad para con estos grupos que no tienen derechos como todos.
El libro se puede conseguir en versión eléctronica. Lo pueden solicitar al mail de Germán: [email protected] y él se lo comparte de regalo.- Cecilia García Olivieri.
(La imagen principal que ilustra la nota es de las “Funny Girls”, un grupo travesti yucateco de los 80’s).