“Entender que todos necesitamos de todos”
Por primera vez en la historia, Yucatán cuenta con una institución que trabaja por la discapacidad y la inclusión. Platicamos con Teresa Vázquez, la directora del Iipedey, quien nos da una mirada distinta y proactiva de estos temas y nos cuenta todo lo que se traen entre manos
Esta es la entrevista más difícil de escribir.
Porque si hablamos de discapacidad, inclusión y empatía, este texto “debe” llevar un “lenguaje inclusivo” ¿Por qué? Porque por el habla comienza la forma correcta de dirigirnos a las personas. No será tarea fácil y ojalá que broten las palabras correctas. Así de difícil está el tema de cómo abordamos la discapacidad: nos cuesta hablar “bien” de y sobre ella.
Por eso, desde ahora, las personas con discapacidad ya no son especiales ni tienen capacidades diferentes. Un ciego o invidente es una persona con discapacidad visual, un sordomudo es una persona sorda o con discapacidad auditiva, un paralítico o lisiado es un ser humano con discapacidad motriz y ya no se usan los adjetivos loco, trastornado ni enfermo mental para referirnos a las personas con discapacidad psicosocial. Empecemos por esto, no es tan difícil ¿No?
Por primera vez en la historia de Yucatán, el Gobierno del Estado creó una institución que trabaja en enseñarnos a hablar correctamente, a pensar distinto, a abrir nuestra cabeza y sobre todo a empatizar ¿Para qué? Para entender la discapacidad y dar nuestro granito de arena para ayudar al prójimo.
Decíamos que por primera vez y desde hace poco más de tres meses funciona en Yucatán el Instituto para la Inclusión de las Personas con Discapacidad (Iipedey). Es como el “bebé” del gobierno y está en pleno proceso de aprender a ponerse de pie y dar sus primeros pasos. Un equipo de 10 personas comprometidas y que no sienten su trabajo como una chamba, sino como un compromiso de vida, lo conforman.
Y una mujer lo coordina. Se llama María Teresa Vázquez Baqueiro -abogada y con maestría en Derechos Humanos- es la directora del Iipedey y sabe mucho sobre el tema. En Teresa encontramos años de dedicación, estudio, compromiso y una oportunidad única en su vida: hacer que la inclusión sea un hecho en Yucatán. Conózcanla.
Defínete en pocas palabras, como en un tweet
Comprometida, persistente, confiable, honesta y derechohumanista.
Define discapacidad para que lo entiendan todos
Son las barreras de actitud y de entorno que la sociedad le ponemos a las personas que tienen una deficiencia motriz, visual, auditiva o intelectual.
¿Tienes algún nexo de vida con la discapacidad? ¿Te toca de algún lado?
Mi nexo es más con las personas que históricamente han sufrido algún tipo de discriminación o han sido segregadas. En mi familia somos dos hijas y crecimos con mi abuelita, ella nos cuidaba porque mis papás trabajaban. Por un ACV, quedó postrada. Era una mujer tan fuerte que sacó adelante a sus hijos adolescentes luego de enviudar y, de golpe, estaba tan frágil… Con ella vivimos las dificultades para moverla, conseguir cuidados médicos a bajo costo, el maltrato de las instituciones y la falta de respuestas de las autoridades. Me siento comprometida con los grupos más violentados o discriminados de la sociedad, esos que no pueden acceder a servicios públicos y a una vida digna. Eso me hace trabajar de cerca con grupos de vulnerabilidad y desde hace 16 años me he rodeado de asociaciones que laboran con personas con discapacidad y tienen mucha incidencia a nivel estatal y nacional.
¿Qué discapacidades existen en Yucatán y cómo está el estado en la media nacional?
El 6.5 % de la población en Yucatán tiene alguna discapacidad. Esto nos ubica por arriba de la media nacional que es de 6%. No obstante, la Organización Mundial de la Salud establece que en México estamos en un 10 ó 12%. Esto se debe a que, en el último censo hace 10 años, muchas personas tuvieron pena de decir que tenían una discapacidad o directamente no la identificaron como tal.
¿Cuáles son?
La discapacidad motriz es la primera en Yucatán, con un 68% del 6,5% que mencionamos. Nos ubicamos en quinto lugar a nivel nacional. Las personas de edad avanzada son el principal motivo de esta discapacidad. La segunda es la discapacidad visual, con un 58.2%. En tercer lugar está la discapacidad intelectual, con un 36%. La sigue la discapacidad auditiva, con un 35,5%, va en cuarto lugar.
Vámonos a los extremos: ¿Cómo están los niños discapacitados en Yucatán? ¿Y las personas de la tercera edad?
En los niños nos hace ruido la educación inclusiva. Si le preguntas a los padres de un chico con discapacidad qué necesita, te dirá que su hijo pueda estar en una escuela regular con otros niños y que pueda tener todo el apoyo y las herramientas de la educación inclusiva. Existe en Yucatán la Unidad de Servicio de Apoyo a la Educación Regular (Usaer), que da atención en las escuelas regulares. Estas unidades están formadas por un grupo interdisciplinario (trabajador social, terapeuta y psicólogo) y todo el material que requiere para que el niño con discapacidad pueda estar aprendiendo en un salón regular, en convivencia con sus compañeros. La idea es no generar escuelas segregadoras y que puedan convivir con niños que no tienen discapacidad porque es un aprendizaje para ambos. Cada escuela debe tener una Usaer -actualmente no todas tienen y hay una unidad anclada que da servicio a las escuelas regulares-. La gran meta a seis años es que todas las escuelas tengan Usaer, un modelo de inclusión social que genera toda la estrategia para hacer de estos niños ciudadanos que contribuyan al desarrollo del estado.
¿Y las personas de la tercera edad?
Los adultos mayores son los que sufren el abandono y la falta de servicios médicos. La iniciativa creada en esta administración de “Médico a Domicilio” es para esas personas con discapacidad y problemas de movilidad. En este caso se cruzan dos situaciones: ser adulto mayor y tener una discapacidadd y esto te vuelve doblemente vulnerable. Por otro lado, se protege a un niño con discapacidad, pero cuando ese niño se vuelve adolescente o adulto, no existen estrategias y muchas veces son víctimas de violencia. No olvidemos que Yucatán está entre los primeros lugares de violencia familiar y siempre el que más sufre, es el más débil. En el estado existe un problema de abandono de los adultos mayores y tiene que ver con la violencia de la que hablamos y con la idea de una sociedad en la que todo gira en torno al “yo” del individualismo y dejo de lado a la familia y a quien requiera atención, cuidado y protección. El “yoísmo” nos hace dejar de la do a quienes tenemos que proteger.
¿Cómo ven los yucatecos a los discapacitados? Qué grado de empatía hay en la sociedad y las instituciones?
Tenemos una ventaja sobre los demás estados de la República: en Yucatán hay historia de organizaciones civiles de más de 50 años que trabajan para lograr la inclusión de sus hijos. Están “Pastoral del Amor” “Aypadem”, “Aprendamos Juntos”, la “Santiago Navarro Silva”… Todas han trabajado por las personas con discapacidad, sobre todo en el área educativa y son reconocidas a nivel nacional. Esto ha hecho que en Yucatán exista un trabajo previo y hace que no partamos de cero. Si existe el Iipedey es por estas organizaciones que han empoderado y generado un cambio.
Si antes no existía el instituto: ¿Quién manejaba el tema de la discapacidad?
Todo lo atendía el DIF pero no con visión de transversalizar la política púbica de inclusión. A partir del 1 de octubre desarrollamos el proyecto del instituto y desde el 1 de enero ya estamos funcionando como tal.
Nuestra misión es cambiar esta visión asistencial que se tiene de la discapacidad a una visión de inclusión plena. El presupuesto es chiquito y el reto es grande. Nos enfrentamos a años de discriminación y rezago, pero hay muchas voluntades comprometidas.
¿Cómo lo están haciendo a pocos meses de comenzar?
Acá no damos despensas, becas ni bastones, eso lo sigue haciendo el DIF. Sin embargo, la parte de “cambiar el chip” y transversalizar la política pública para volverla incluyente es nuestro trabajo con cada una de las dependencias de gobierno involucradas, a fin de que laboren con perspectiva de discapacidad.
Danos ejemplos
Obras Públicas no construye nada si no tiene accesibilidad universal, el Instituto de Movilidad y Desarrollo Urbano Territorial (Imdut) contempla la accesibilidad al transporte, trabajamos con la Segey en la educación inclusiva, con la Secretaria de Fomento Económico y Trabajo (Sefoet) en el tema de empleos a personas con discapacidad y con Salud en la prevención y servicios de salud, porque los seres humanos con discapacidad también sufren depresión, tienen derecho a una vida sexual y reproductiva, padecen adicciones o embarazos adolescentes.
La empresa de autopartes Leoni contrató a personas gente con discapacidad ¿Cómo están otras empresas en Yucatán al respecto?
En Leoni trabajan cuatro personas con discapacidad visual y cuatro con discapacidad auditiva. Tienen un monitor laboral que está pendiente del desarrollo del trabajo y ha sido un éxito. Son los empleados en sus áreas con mejor nivel de producción. Encontramos predisposición en otras empresas que visitamos y también le quieren entrar al reto de la inclusión.
¿Cuál es el punto para mejorar de tu gestión, donde más hay que trabajar?
Somos gente comprometida y vemos el tema de la inclusión como una filosofía de vida. Nos estamos consolidando como dependencia y mi reto es dejar los cimientos bien fuertes para los que vengan porque lo que estamos creando en el instituto es lo que va a permear en la sociedad. A este bebé que es el Iipedey hay que generarle una salud metal y visión suficiente.
¿Cuál es nuestro camino a seguir para lograr la inclusión?
Ponernos en el lugar del otro para entender que todos necesitamos de todos.
¿Cómo sigue el trabajo?
Mañana martes instalaremos el Consejo Consultivo del Iipedey formado por 10 personas de la sociedad civil -cinco por cada tipo de discapacidad-, dos especialistas en derechos de personas con discapacidad, dos universidades que trabajan el tema de forma comprobada y cinco dependencias de gobierno para la transversalidad. El camino ya está marcado.- Cecilia García Olivieri.