Relato de un padre que quiere sembrar una planta
Francisco Peña marchará el sábado próximo a favor del autocultivo de cannabis en Yucatán. Hoy, Día Internacional de la Marihuana, nos cuenta cómo es la vida de su hija Alondra, quien padece el síndrome de Lennox Gastaut y ha mejorado su calidad de vida gracias al THC del cannabis
Francisco quiere sembrar una planta. Así de simple. Porque sabe a ciencia cierta –y cuando decimos esto es porque se lo dicen los médicos- que una plantita de cannabis puede mejorar notoriamente la calidad de vida de su hija. Pero no puede, se lo prohíben.
Francisco Peña Herrera es papá de Alondra, una chica yucateca de 22 años que padece el síndrome de Lennox Gastaut. Esta enfermedad es un tipo de epilepsia refractaria de difícil control. La sufre desde niña, pero desde que se desarrolló, los ataques epilépticos llegaron a 50 por día. El sufrimiento de Alondra es familiar, la necesidad de que tenga una mejor calidad de vida urge.
Hoy el mundo celebra el Día Internacional de la Marihuana o Día Mundial del Cannabis o el famoso “420”. Millones de personas en todo el mundo piden la legalización de esta planta porque se sabe –“a ciencia cierta”, decimos otra vez- que su uso medicinal es vital para curar enfermedades y mejorar la vida de los pacientes que padecen distintos males.
Sin embargo, como sabemos, en México el uso del cannabis es todavía ilegal, al igual que el autocultivo. En el caso de pacientes con síndrome de Lennox Gastaut como Alondra, el THC que produce la planta es vital para mejorar su calidad de vida, la ayuda a controlar los ataques epilépticos y hasta se los quita. La mejora que ven sus padres, maestros, familiares y amigos es sumamente notoria. Cuando Alondra consume aceite de cannabis es otra persona. Es mejor persona.
Hoy día, Francisco nos cuenta que, a pesar de que el cannabis es ilegal en México, la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) autoriza que compren un medicamento en gotitas que se hace en México y que contiene menos del 1% de THC (componente del cannabis), que ayuda a Alondra.
“Alondra nació bien, era una bebé normal. Sin embargo, como a los dos años, notamos un retraso en psicomotriz y empezamos con terapias. Cuando se desarrolló (entre los 13 y 14 años) comenzó con ataques de epilepsia muy severos que necesitaban hospitalización”, explica Francisco.
En CDMX acudieron a la Fundación Por Grace, especializada en el síndrome que padece Alondra. El médico especialista Saúl Garza Morales les recomendó medicar a la niña con aceite de cannabidiol. Como no se produce en México, los papás fueron a autorizados a comprarlo en Estados Unidos. Cada frasco les costaba 499 dólares y era de 235 ml. Les duraba 23 días.
“Lo que ocurrió es que el aceite de cannabidiol dejó de hacer efecto en mi hija y esto se debe a que sólo tiene un cannabidiode de la planta. Desde hace como un año comenzamos a consumir otro aceite que se hace en México y que tiene THC en una medida menor al 1% y eso le está haciendo mucho mejor efecto. Por el porcentaje, la Cofepris autoriza su uso”, explicó Francisco.
El frasco de 30 ml les cuesta $500. Se consume en gotas sublinguales. Gracias a este producto, las crisis epilépticas redujeron en intensidad y cantidad y la calidad de vida de Alondra mejoró mucho.
El 4 de mayo próximo, del Monumento a la Bandera, partirá una marcha ciudadana pidiendo la legalización del autocultivo del cannabis y Francisco estará allí con su familia. No ve la hora de que en el país él pueda sembrar una planta para que su hija se sienta mejor.
“En el momento en que se legalice el altocultivo y la venta de productos del cannabis, la competencia va a aumentar y va a permitir que los precios sean menores. Lo que queremos es que nosotros podamos sembrar la planta, crear nuestro propio aceite y dárselo a nuestra hija para que ella esté mejor”, explica Francisco.
Hacer el aceite de cannabis es algo sencillo, rápido y natural, explica el papá de Alondra. Pero es ilegal. “Sé que hay gente que lo hace porque sus familiares no pueden esperar que las leyes los autoricen a tratar a sus hijos. Ellos obtienen sus extractos propios y sabes que son inocuos, los siembras tú mismo, cuidas tu planta y luego produces tu propio aceite. Sin duda todo esto es mejor que el mercado negro”, sentencia.
Francisco solicitará próximamente a Cofepris que lo autoricen el autocultivo. “Cuando rechacen el pedido, solicitaremos un amparo ante la Suprema Corte de Justicia y, como ya ha jurisprudencia al respecto, es muy factible que lo aprueben”, detalla.
Este padre quiere sembrar una planta y cuidar a su hija. Trabaja todo el día en una empresa de abarrotes y Lizbeth, su esposa, dedica su vida completa a cuidar a su hija Alondra. Sólo quieren lo mejor para ella y para todos los niños que pasan por la misma situación que su hija. Por eso el sábado próximo marcharán otra vez, como el año pasado, y hasta que el autocultivo y el consumo medicinal de cannabis sea un hecho.- Cecilia García Olivieri.