“Mi trabajo es que queden con un rostro de calma y paz”
MUJER EMPRENDEDORA : Arregladora y maquilladora de muertos
Brenda Ramírez tiene uno de los trabajos más poco comunes del mundo: ella arregla y maquilla a personas fallecidas antes de que sus familiares se despidan para siempre. Aquí nos cuenta cómo lo hace y las satisfacciones que le da su chamba diaria
No exageramos si decimos que el amor la llevó a elegir uno de los trabajos más poco comunes del mundo. Y es que Brenda Ramírez labora desde hace tres años dándole calma y luz a familias que despiden a un ser querido ¿Cómo? Preparando el cuerpo antes de ser velado, lavándolo, vistiéndolo y, sobre todo, maquillándolo.
Algunos caratulan su trabajo como “maquilladora de muertos” o “naturalizadora post mortem”. Esta mujer joven y emprendedora que mañana cumple 26 años y es mamá de dos niños, prefiere que la llamemos “Arregladora y maquilladora de cuerpos”. Disponible las 24 horas, cada día va contenta a su chamba sabiendo que los familiares le agradecerán y hasta le regalarán un abrazo por devolverles el cuerpo de su ser querido fallecido con un aspecto de calma y paz. Eso, para ella, no tiene precio.
Brenda no llegó al oficio de maquilladora de muertos por herencia ni por necesidad, cómo decíamos el amor tuvo mucho que ver con todo esto. Es que ella se enamoró de Gustavo Nieves, dueño con su familia de la Funeraria Nieves. Comenzó a ayudarlo con los trámites del trabajo cada vez que fallecía una persona hasta que se empezó a interiorizar en el arreglo de los cuerpos. Ahí solita le pidió a Gustavo que lo dejara ayudarle y cada día pone más empeño para hacer su chamba mejor.
“Soy muy tranquila, lucho por mis ideales, me considero una mujer emprendedora que nunca se da por vencida y sale adelante por sus hijos, ellos me dan toda la fuerza”, se presenta. Aquí te dejamos la plática que tuvimos con ella, no tiene pierde:
¿Qué haces en la funeraria?
Soy la arregladora y maquilladora de cuerpos. Cuando traen a la persona fallecida, la bañamos, vestimos, peinamos y yo me encargo de maquillarla para que sus familiares puedan ver el cuerpo por última vez lo más calmo y con aspecto de dormido antes de despedirse para siempre. Mi trabajo es lograr que tengan una expresión de paz en el rostro y las familias siempre me lo agradecen. Eso es muy gratificante para mí.
¿En qué consiste específicamente el trabajo? ¿Cómo lo haces?
Luego de bañar el cuerpo, lo vestimos con la ropa que la familia eligió. Algunos te traen trajes o vestidos de novia y otros la ropa preferida de la persona fallecida o con la que ellos quieren verlo por última vez. Normalmente son prendas representativas. A veces, cuando la familia es muy pobre y no traen nada, nosotros les damos prendas de vestir que tenemos en la funeraria para estas ocasiones y siempre nos agradecen. Siempre quedan perfectamente vestidos y hasta se ven guapos y guapas.
Mi trabajo específico es peinarlos y maquillarlos. Primero les coloco tapones en la nariz, boca y oídos para que no salgan fluidos y después les pongo una capa muy leve de base en el rostro. Si la familia quiere, les pongo un poco de rubor y en el caso de las mujeres y si lo piden los seres queridos, también les coloco sombra en los párpados, les delineo las cejas y les pongo brillo labial.
¿Cuánto de maquillaje y cuánto de arte hay en tu trabajo? ¿Te consideras una artista?
Sí, la verdad que sí porque cuando ellos llegan (las personas fallecidas) traen el rostro dibujado como fallecieron y les quedan expresiones de dolor, tristeza, asombro o hasta enojo. Mi trabajo es cambiar esas expresiones para que queden con un rostro de calma y paz. Y siempre lo logro.
¿Hablas con los muertos?
Sí, claro que sí. Es inevitable no platicarles. Apenas los traen yo averiguo el nombre y cómo falleció, esa es una forma de entender y hacer mejor mi trabajo. Cuando llegan, lo primero que hago es pedirles permiso para arreglarlos y les explico que voy a hacer lo mejor posible. Es increíble, pero hay personas fallecidas que llegan totalmente rígidas y medida que los preparamos y les empiezo a hablar, siento como se van suavizando y eso permite hacer mejor mi trabajo. También les explico que quiero dejarlos bien para que sus familiares puedan despedirse de ellos y te juro que hasta siento un alivio en sus rostros cuando termino mi trabajo.
¿Nunca sentiste miedo?
No, nunca siento miedo. Desde chiquita me criaron con la mente muy abierta e ir a un funeral no lo vivía como algo anormal. Luego empecé a estudiar medicina y ahí también estuve en contacto con muertos. Quizás me dan más miedo las leyendas que me puedan contar, pero en la funeraria nunca pasaron cosas extrañas.
¿Qué es para ti la muerte?
Es un paso más. Todos vamos para allá, es inevitable y hay que afrontarlo lo mejor que se pueda. A mí me enseñaron que hay algo después de morir y por eso no siento que sea el final del camino. No sé qué sigue, pero vamos todos para allá.
¿Cómo llamas a los muertos mientras los arreglas y platicas con ellos?
Por el nombre siempre. Mientras trabajo y si murieron de una larga enfermedad, les digo “Ya descansas en paz, ya no estás sufriendo”. Si fue un accidente, les explico “No fue tu culpa, Dios decide hasta cuando estamos en este mundo” y cosas así.
¿Cuáles son los peores momentos laborales en este oficio?
La muerte de bebés, no puedo hacerlo y se encarga Gustavo. Me afecta mucho y puede ser porque tengo hijos, no lo sé. Hace poco recibimos a una bebita de siete meses y me partió el corazón, no se me hace justo. Sin embargo entiendo que son angelitos al final del día.
¿Qué satisfacciones te da tu chamba?
Entregarle a los familiares el cuerpo de su ser querido como si estuviera dormido, tranquilo, en paz y hasta con una leve sonrisa. Nunca es con el semblante con el que llegan. Y lo mejor de todo es cuando la familia te lo agradece y hasta te dan un abrazo. Esa es la parte más gratificante.
¿Con qué creencias de otras religiones o de la cultura maya te enfrentas a diario en tu chamba? ¿Cómo se convive con ellas?
Con varias creencias. Hay familiares que te piden que dejes a los difuntos sin ropa, tapados con una tela blanca y sin zapatos, porque quedan retenidos en este mundo y no pueden seguir su camino al más allá. Otros te piden que no les entrelaces las manos porque los amarras al mundo terrenal. Y si tienen prendas con botones, algunos te piden que no los abroches porque no los dejas subir al cielo.
¿Cómo te gustaría que te maquillen a ti cuando mueras?
Muy sencilla porque normalmente no me maquillo mucho. Que me pongan un poco de base, que me pinten las cejas y un poco de brillo labial. Eso sí, sin sombra en los párpados.
La página de Facebook de la funeraria es: Funeraria Nieves y el teléfono disponible las 24 horas es 9992 25 3002.- Cecilia García Olivieri.
Y dónde se encuentran ubicados?
En la página de Facebook “Funeraria Nieves” tienes la ubicación, Mary.