“Las mujeres somos complicadas y más en situación de encierro”
En el Día Internacional de la Mujer, Sumario Yucatán visitó a las internas del Cereso Femenil de Mérida y platicó con ellas sobre cómo se sienten, cómo viven el encierro y con qué sueñan… Nos recibió la directora Anastasia Castillo, una mujer que sabe ponerse en los zapatos de los demás para hacer mejor su chamba
Es chiquita, de pelo negro ensortijado y ojos inquietos. Viste un short de mezclilla y una playera sin mangas que dejan ver su anatomía pequeña. Tiene 25 años pero parece más chica.
Se llama Shirley y hoy, 8 de marzo, no puede participar en la variada cantidad de eventos que se ofrecen en Mérida en el marco del Día Internacional de la Mujer. Shirley tiene muchos derechos como mujer en su día, pero le falta uno fundamental: su libertad.
Desde los 19 años está presa. “Robo a casa habitación”, dice su expediente. En diciembre del año que viene, Shirley recuperará ese derecho tan fundamental y se reencontrará con su familia. Eso es lo que más anhela ahorita mismo.
En el Día Internacional de la Mujer, Sumario Yucatán decidió no asistir a todos los eventos, pláticas y talleres que se dan en la ciudad en el marco de esta celebración. Vinimos al Cereso Femenil de Mérida a darle voz a las internas para que nos cuenten qué sienten, cómo viven este día y, sobre todo, qué esperan de sus vidas.
“Estar encerrada no es grato para ninguna persona. Padeces económica y físicamente porque te genera mucho desgaste y stress toda la situación que vives. Y te caen enfermedades que dices ‘Guau, yo nunca tuve esto…’ Padeces ansiedades y hasta hay gente que se enferma de hipertensión o diabetes”, cuenta Shirley.
El compañerismo con las otras internas es un tema que a veces no se vuelve fácil, nos cuenta la mujer pequeña de ojos inquietos. “Es fuerte la presión que vives porque no te puedes llevar con todas. Es importante saber poner límites en tus amistades y más en estos lugares, porque todas somos diferentes y tenemos distintas formas de ser. Sin embargo, yo creo que sí hay compañerismo y se nota cuando alguna de nosotras está triste porque se le enfermó o murió un familiar. Ahí estamos todas para apoyarnos, aunque sea con una palabra de aliento”, señala.
Para Shirley, diciembre de 2020 no está tan lejos. “Lo primero que voy a hacer cuando salga es estar con mi familia. Me sirvió estar acá y tomé cursos de cultora de belleza y aprendí a urdir hamacas y a realizar manualidades. No sé exactamente qué voy a hacer, pero igual me siento preparada”, explica.
Leonora dice que no celebra el Día de la Mujer porque a ella le gustaría hacerlo con sus hijas y su mamá. Sin embargo, sabe que falta poco para ese abrazo soñado: el 20 de mayo cumple su condena y sale libre.
“Hace dos años y dos meses que estoy acá por… Lesiones (no especifica). No puedo manejar mi ansiedad porque no tengo paciencia y tomo medicación para eso ¿Qué voy a hacer cuando salga? No lo sé, realmente… Hasta que no pise la calle de nuevo no tengo ni idea. Lo único que te puedo decir es que quiero estar con mis hijas y mi mamá. Y espero no regresar más porque me lastima y desespera estar lejos de mi familia”, enfatiza.
Cuando salga, es muy probable que Leonor arme un negocio de uñas acrílicas. Tomó un curso en el Cereso y dice que en un día podría hacer tres o cuatro clientas a $200 o $300 cada una.
Olga tiene 36 años y dice que hace un buen rato -que ya son años- que está presa. No especifica el tiempo ni los motivos. Esta mujer es la más positiva y empoderada del grupo y así lo demuestra: “El Día Internacional de la Mujer no es sólo hoy… Siempre nos debemos sentir orgullosas de nosotras, no importa las circunstancias que estemos viviendo. Somos mujeres, somos capaces y valiosas y merecemos todo el respeto del mundo”, remarca.
Esta mujer cree en la reinserción social. “Tengo mucha fe en eso porque cuando tienes la disposición, todo se puede lograr. Hay que aprovechar las oportunidades que se nos brindan y acá realmente tenemos muchas”, indica.
Para Olga también es importante que las autoridades les otorguen tantas oportunidades a las internas mujeres como, según ella, les dan a los internos hombres. “A ellos se les brindan más herramientas para desarrollarse en el penal, en cambio con las mujeres tienen la idea cuadrada de que aprendemos cosas simples y eso no es así. Podemos hacer tanto como ellos”, enfatiza.
Otra que levanta la voz es Georgina, que está presa hace 17 años por homicidio. “Es importante que, en los procesos judiciales, a las mujeres se les tenga más consideración y se las defienda mejor, sobre todo cuando son manipuladas por los hombres para cometer un delito. Hay casos también de mujeres golpeadas o abusadas que se defendieron y reciben condenas muy altas. Por eso es importante que se hable de esto y se analicen mejor los casos”, solicita. Georgina está presa por cómplice de homicidio que fue cometido, nos cuenta, por un hombre que como ella está preso, pero ambos con la misma cantidad de años de condena. Su proceso fue retomado hace poco.
Yazmín no está presa pero convive a diario con las internas. Ella es jefa de seguridad desde hace años y su chamba, asegura, no es nada fácil. “Ser custodia es difícil porque somos mujeres que cuidamos mujeres y es complicado sobre todo lidiar con las emociones que las internas sienten ¿Cómo celebro el Día Internacional de la Mujer? Cuidando mujeres necesitadas de atención por errores de la vida. Y nosotros no somos nadie para juzgarlas”, concluye.
POSITIVA SIEMPRE
El cine y las series de televisión nos impusieron un prototipo de director y directora de penal que es muy difícil de sacarse de la cabeza. La mayoría son malos, corruptos, abusadores en todo sentido y odiosos. Anastasia Castillo, directora del Cereso Femenil de Mérida lo sabe, pero dice que ella no mira series ni películas porque no tiene tiempo, su trabajo y sus hijos son primero.
Y seamos francos, Anastasia es la antísesis de ese prototipo que nos impuso Hollywood y les contamos porqué. Esta licenciada en Derecho de 51 años –llamada cariñosamente por las internas como “Direc” o “Jefa”- comenzó su carrera en el Ministerio Público cuando todavía estudiaba.
“Fui agente investigador muchos años y mi trabajo era realizar investigaciones de los hechos delictivos, siempre me apasionó mi trabajo”, cuenta.
Pero recién en 2013, cuando abrieron vacante para la dirección del nuevo Cereso para Mujeres, Anastasia presentó su currículum. “Estaba segura que no iba entrar porque nunca estuve en política ni tenía contactos, pero un día me llamaron para una entrevista, vine y me quedé”, explica, orgullosa.
Aunque estaba acostumbrada a laborar con personas que habían infringido la ley, para Anastasia su trabajo es un reto diario. “Las mujeres somos complicadas y en una situación de encierro es más aún. Todas son diferentes y por eso debemos entender cada historia a fondo para saber cómo tratarlas. Hay que tener mucho tacto para resolver a diario situaciones que se presentan, tanto con las reclusas como con el personal, que en su mayoría está compuesto por mujeres también”, detalla la directora.
Anastasia dice que nunca iría a un psicólogo pero ella en cierta forma hace el papel de terapeuta en muchas oportunidades. “Hay que conocer la historia de cada una y ser muy respetuosa. Cuando ellas llegan nunca les preguntamos ‘Qué hiciste’ porque están a la defensiva y tratamos de dejar que se desenvuelvan por sí mismas. Estas mujeres están en una situación de encierro muy diferente a la nuestra que podemos salir, ir al cine, abrazar a nuestra familia… Nunca hay que perder esto de vista”, recalca.
Hoy día en el penal hay 14 mujeres sentenciadas. Todas son yucatecas, excepto una que es de Ciudad del Carmen. Los condenan que cumplen son por homicidio la mayoría, narcomenudeo y robo. Las penas van de dos a casi 30 años. Las historias son tremendamente tristes y crudas, no sólo por los delitos que cometieron, sino por la vida que llevaron estas mujeres antes de entrar al penal.
Anastasia cree en la reinserción social, sobre todo porque en Yucatán la situación de los penales no es tan complicada como en otras partes del país. “Ellas aquí aprenden variadas actividades, tienen pláticas y talleres con personal especializado y asisten también a los programas de gobierno para que cuando salgan puedan llevar una mejor vida a través de los servicios pospenales, que las ayudan a trabajar cuando están en libertad”, afirma.
Para Anastasia no sólo escuchar las historias de las internas le sirve para ayudarlas, también trata siempre de ponerse en el lugar de ellas. “Si no lograra empatizar con ellas, entenderlas, no estaría aquí. Me hubiera dicho a mí misma adiós de este lugar”, remarca.
Le pedimos a Anastasia un mensaje para las internas en este día: “La situación de cárcel es transitoria, hay que entender eso. Siempre les digo ´No hay plazo que no se cumpla’, tú vas a salir de aquí, debes luchar por lo que quieres y ten la certeza de que siempre es posible empezar de nuevo”, expresa.
Hoy las mujeres del penal celebraron su día con un convivio por la tarde que contó con la participación de la poeta Cecilia Silveyra, la cantante Ivana Canto y también hubo un show unipersonal a cargo del travesti Rafael Peraza.- Cecilia García Olivieri.
Felicidades Licda. Tasha. Tu labor es encomiable. Mi respeto y admiración. Recibe un fuerte abrazo fraterno.
Gracias por leernos!!!
Lo que viven estas mujeres, tanto las reclusas como quienes trabajan ahí , no la tienen nada fácil y como mujeres, menos. Muy completo y con mucha sensibilidad, excelente entrega Ceci.
Un millón de Gracias, Abril. Gracias totales por estar siempre.
Me encantó conocerte Ceci..!
Igualmente, Anastasia. Sigamos trabajando juntas!!! 😀
Gracias Gaspar, va de vuelta el abrazo!