“Yucatán no es seguro si no podemos dialogar de los desaparecidos en el estado”
Clara Gutiérrez lleva la cara de su hijo Héctor de Jesús sobre su pecho, tatuada en una playera blanca. Ella es una mamá buscadora que, en diciembre de 2023, encontró el cadáver de su hijo en Jalisco (donde había desaparecido) y pudo finalmente darle sepultura en su natal Halachó, luego de más de tres años de búsqueda. Hoy sábado 19 y mañana domingo 20, México realiza la Jornada Nacional de Búsqueda Humanitaria y desde Yucatán -donde hay 270 personas desaparecidas, informan- piden en manifestación pacífica desde el Parque Eulogio Rosado que el Gobierno del Estado visibilice y accione por las familias buscadoras. También te comparto la historia de Reyna, desaparecida desde 2008 en Hunucmá y la desesperación de su mamá María de Lourdes por encontrarla:
“Ahí lo veo, mamá”. Esas cuatro palabras fueron las últimas que María de Lourdes escuchó de la voz de su hija Reyna y nunca más la vio. Era el año 2008 y, cuando Reyna salió de la casa para trabajar, nunca regresó.
“Hicimos de todo, presentamos denuncias, dimos pruebas y nada… Y lo primero que te dicen es que ella se fue con el novio, pero ni novio tenía”, afirma esta mamá que llora, peina canas y viste un hipil blanco con flores amarillas. En sus manos tiene la foto de Reyna, muy guapa ella y hoy con 38 años de vida… Desaparecida. “Mi familia ya aceptó su ausencia, pero yo no puedo, no lo asimilo, yo quiero saber de ella y mientras tenga vida, quiero encontrarla”, dice entre lágrimas.
María de Lourdes es una de las mamitas que hoy se manifestó en el parque meridano Elogio Rosado, como parte de la Jornada Nacional de Búsqueda Humanitaria que 70 organizaciones y colectivos realizan en 26 estados del país.
En un manifiesto que leyeron hoy antes de salir a pegar carteles con las caras de las personas desaparecidas en Yucatán, las agrupaciones y colectivos “Familias Buscadoras de Yucatán”, “Más Fuertes que Nunca”, “Red Rahamim”, “Familiares en Búsqueda” y “Unificación Nacional de Familias Buscadoras” hicieron un llamado a las autoridades del Gobierno de Yucatán a cumplir con la Ley General en Materia de Desaparición Forzada, que generen medidas de prevención, investigaciones y acciones que permitan encontrar una forma pronta y expedita de hacer justicia y encontrar a las personas desaparecidas que, según hoy nos informaron, serían alrededor de 270 personas, más varones que mujeres, adultos y adultos mayores y en distintos municipios, pero más en Mérida.


También pidieron que se aumente el presupuesto para garantizar las búsquedas y que trabajen en forma coordinada desde Yucatán con distintas agrupaciones y dependencias del resto del país.
Asimismo, hicieron un llamado a la academia, sociedad civil en general y al periodismo para que sensibilice con la búsqueda de personas desaparecidas sin estigmatizar a sus familias. “Hacemos un llamado a la sociedad para que abrace nuestra búsqueda porque es de ustedes también”, manifestaron.
CLARA, ENTRE LA TRISTEZA, EL CONSUELO Y LA AYUDA A OTRAS MAMITAS
Clara Gutiérrez preside el colectivo Familias Buscadoras en Yucatán y su historia y la de su hijo Héctor de Jesús es de desaparición y hallazgo, de tremenda tristeza y consuelo y también de búsqueda que sigue por y para otras familias que buscan a sus seres queridos desaparecidos.
“Ya le di cristiana sepultura a Héctor de Jesús en Halachó en diciembre de 2023, lo traje de Jalisco donde me lo desaparecieron en 2020, cuando tenía mi hijo 24 años. Lo encontré tres años después por sus tatuajes, cuando fui a identificar su cuerpo”, nos relata con una tristeza infinita.
La historia de Clara es como la de muchos migrantes. “Somos de Halachó, yo me quise pasar para el otro lado (EU) pero no pude y me quedé en Jalisco y al tiempo llegó mi hijo con su familia y él buscó trabajo en un rancho”, nos comparte.
Y aunque Clara asegura que hablaba de todo con su hijo, lo empezó a notar raro, más introvertido y triste, como preocupado. “Yo con él no tenía secretos, pero estaba vez mi hijo no me dijo nada, , le preguntaba ¿qué tienes? Y él me respondía: No jefa, no tengo nada, pero estaba preocupado siempre y hasta se separó de mi nuera”, relata.





Un día de 2020, Clara cuenta que “lo levantaron” de su casa en Jalisco y que nunca más supo de él. Y como ella no sabía de la existencia de las mamás buscadoras, investigó y buscó por sus medios durante años hasta que un día subió una foto en redes sociales de su hijo y un grupo de mamás buscadoras de Jalisco la localizó. “Por los tatuajes de Héctor de Jesús lo localizaron y esta mamita buscadora me dijo que fuera para el Semefo porque él estaba ahí”, relata Clara.
Y ahí Clara se enteró que, al mes de desaparecido, lo mataron y lo pudieron identificar por sus tatuajes. “A mi hijo le faltaba un brazo, pero me da consuelo que lo tengo porque hay mamás que ni eso tienen”, dice entre lágrimas. En diciembre de 2023 finalmente pudo trasladar el cuerpo de Héctor de Jesús a Yucatán para enterrarlo en Halachó.
PEDIDO AL GOBERNADOR
Como presidenta del colectivo Familias Buscadoras de Yucatán, Clara nos explica que esperan que el gobernador Joaquín Díaz Mena los reciba para hablar de las desapariciones en el estado.
“Aquí en Yucatán hay mamitas que tienen a sus hijos e hijas desaparecidas y no cuentan con la prueba de ADN, ni con licenciado ni psicólogo. Y seguimos buscando respuestas de porqué desaparecieron estos seres queridos y dónde están”, remarca y asegura que no reciben ningún tipo de apoyo económico y que sólo operan con sus recursos.
“La Comisión de Búsqueda del Gobierno del Estado nos recibe y nos ayuda en lo que pueden, pero nosotros queremos hablar con el gobernador, queremos que nos reciba. Él dice que Yucatán es tranquilo, pero yo ya no siento seguro a Yucatán si no podemos dialogar con él de los desaparecidos en el estado”, explica Clara.
Hoy, el Registro Nacional de Desapariciones reporte 125 mil personas desaparecidas en todo el país. Mañana domingo, a las 11 am, se realizará la “Ceremonia Ecuménica por Nuestros Desaparecidos”, en la iglesia de la Candelaria (calle 64 x 67 Centro, Mérida). Estamos todas y todos invitados.-Cecilia García Olivieri.
