“El feminismo no aborda la menopausia y ni siquiera aborda la vejez”
Y un día ¡Zas! ya no te baja más la menstruación. Puede ser que esto suceda de a poco (es lo normal) o puede ser de golpe (de forma quirúrgica) y todas las mujeres pasaremos por esta etapa de la vida que se llama menopausia, no importa dónde naciste, qué estudiaste, de qué trabajas o dónde vives ahora. Con el lema “Conectar para Entender”, el viernes 18 fue el Día Mundial de la Menopausia, sin duda la etapa de vida de la mujer más invisibilizada, ignorada y desestimada. En esta plática con Gina Villagómez, antropóloga, investigadora, activista, feminista y mujer menopáusica como yo, abordamos el tema. Pasen, lean y compartan:
“En casa de herrero, cuchillo de palo”, me digo a mí misma.
Porque desde hace tres meses vivo una menopausia quirúrgica que me tiene desde hace 90 días informándome y leyendo sobre el tema y, el viernes 18 pasado que es el Día Mundial de la Menopausia, me olvidé totalmente de la conmemoración.
En realidad me pasó igual que a la mayoria de ustedes, porque todas y todos padecemos una brutal ignorancia, invisibilización y desestimación del tema. “Cosas de viejas”, dirán algunos. Seguro escuchaste o dijiste alguna vez una frase así:
“Cumplió 50 y está re loca”, “Le dan calores, no duerme bien y tiene cambios de humor horribles”, “Se olvida todo”, “Se tapa porque tiene frío y se destapa al segundo porque está muerta de calor”, “Está seca”…
En realidad está en otra etapa de su vida como mujer que se llama menopausia y si fuéramos más empáticos y compasivos, entenderíamos que es parte de la vida y que no es una fase tan tremenda como parece…
La menopausia es el proceso biológico del final del ciclo reproductivo para la mujer y se puede presentar después de los 40 y hasta los 55 años, también antes. Los ovarios dejan de producir estrógeno y eso implica que la química de nuestro cuerpo cambia muchísimo. Pueden aparecer sofocos, insomnio, dolores articulares, falta de concentración y de memoria, cambios de humor y sequedad vaginal, entre otros ¿Todas las mujers sienten estos síntomas? No realmente, porque cada mujer es un mundo…
Hay otro tipo de menopausia que es la quirúrgica. Gina Villagómez, antropóloga, investigadora, activista y feminista fue operada a los 52 años de una histerectomía (le quitaron el útero y los ovarios porque tenía miomas) y entró, de golpe, en una menopausia quirúrgica. Hace tres meses yo, también con 52 años, viví el mismo proceso. Gina y yo somos dos mujeres menopáusicas.
…Y aunque se nos haya pasado el Día Mundial de la Menopausia -que este año tiene como lema “Conectar para entender”- siento que nunca es tarde para hablar del tema y hablar muchas veces, tantas como necesitemos. Seamos sororas también entre nosotras con este tema, por favor.
Ah, y aprendamos a ponernos como prioridad en esta etapa de la vida. Nadie lo hará por nosotras y eso sin duda nos salva.
Defínete en pocas palabras ¿Quién es Gina Villagómez?
Es una mujer afortunadamente muy feliz en la vejez. No es fácil, tuve muchos retos pero si algo puede definirme es que logré todas las metas que tenía claras desde mi adolescencia. Yo siempre diseñé un proyecto de vida, lo cumplí y lo tripliqué… Sin embargo, en lo que nunca pensé fue en la vejez ni en la de mis padres y eso sí me atropelló y me ha generado una crisis personal de la que estoy saliendo, siempre para adelante.
¿Qué es la menopausia y qué significó y significa en tu vida?
Significó honestamente liberarme de un problema médico que tenía de miomas en el útero, que me generaban una molestia mensual e incómoda y de entrada me liberó de eso. También me liberó de la posibilidad de tener cáncer de útero (por la histerectomía que le realizaron). Eso significó en mi vida.
Los tres cambios hormonales más grandes que tenemos las mujeres se dan en la pubertad, en el postparto y en la menopausia ¿Cuál sentiste más a flor de piel?
Honestamente tanto mis menstruaciones como mis cesáreas y pospartos nunca me generaron problemas. Tengo dos hijos –Jorge y Rodrigo-, quienes ya son cuarentones. Incluso los miomas hasta que me molestaron, porque me provocaban sangrados muy importantes. Realmente toda mi historia de salud reproductiva ha sido muy favorable. Quizás que la menopausia fue la que sentí más a flor de piel, pero no inmediatamente después de mi cirugía. Tuve bochornos, problemas de ansiedad y mal humor. Sin embargo, sentí mucha empatía por parte de mi esposo y mi entorno.
Con este cambio en nuestra vida que implica cuestiones físicas, químicas, hormonales y emocionales ¿Cómo te parece que nos percibe la sociedad como menopaúsicas?
Es todo un tema y tiene que ver con roles y estereotipos asignados a las mujeres. Generalmente la menstruación se asocia con algo negativo, con enfermedad, con la contaminación. Y se quita eso negativo con la maternidad, porque se considera que las mujeres dan hijos que se convierten en bendiciones pero… Cuando dejamos de dar estas bendiciones nos convertimos para la sociedad en una mujer seca, amargada, improductiva y vieja. Entonces estos estereotipos sí pegan.
Compártenos algo lindo y algo feo que te trajo la menopausia.
Algo lindo fue sentirme más libre sexualmente y sobre todo libre del miedo al cáncer de útero, aunque no tenía antecedentes era un miedo que me acompañaba de morirme y dejar a mis hijos solos, sobre todo porque me divorcié muy joven y luego mi ex esposo falleció. Algo feo de estar menopáusica no tengo, lo trabajé mucho y siempre vi el aspecto positivo y con una salud reproductiva muy sastisfactoria. Realmente siento que no tuve repercusiones graves.
Como activista y feminista ¿Sientes que el feminismo aborda la menopausia?
No, lamentablemente los aspectos que tienen que ver con el cuerpo y el autocuidado no los ve el feminismo. Excepto la salud reproductiva como el derecho a elegir los embarazos. Pero el feminismo ha dejado de lado algo muy importante que es la parte íntima y que tiene que ver con lo que callamos las mujeres. Y voy de nuevo: el origen es sentir y entender el significado de la menstruación, que después se magnifica en maternidad socialmente valorada y cuando llega la menopausia y ya no puedes tener hijos, pierdes tu valor como mujer. Entonces el feminismo habla de salud reproductiva, de elegir maternidad, pero no toca la menopausia. No aborda el feminismo la menopausia y ni siquiera aborda la vejez. Yo llevo más de 10 años en la academia analizando el envejecimiento con perspectiva de género y una de las áreas que tratamos de rescatar son estas representaciones, significados y mitos en torno a la vejez y uno de ellos tiene que ver con la menopausia.
Si todas llegamos a la edad menopaúsica ¿Por qué se invisibiliza tanto?
Vuelvo de nuevo a la relación con la menstruación: la vida íntima y reproductiva de las mujeres “debe” ser un secreto porque es un “pecado”. La virginidad, la pureza, mantenerte intacta son conductos sociales que van moldeando a las mujeres y sus valores. Entonces no es abordada la menopausia porque es algo penoso, que hay que ocultar, que significa pérdida y vejez. Por eso hay que trabajar en una vejez positiva porque no es la última etapa de la vida, es en realidad la de mayor libertad. No quieres quedar bien con nadie, no te importa lo que la gente diga, tu cuerpo sexualmente funciona, sabes lo que te gusta y lo que no te gusta y además lo dices.
¿Qué se te ocurre que podrían hacer los gobiernos, asociaciones, grupos feministas, empresas etc para llevar mejor la menopausia en nuestras vidas?
Desde el programa de salud reproductiva no sólo se deben centrar en decidir por el aborto o no y “mi cuerpo, mi decisión”, sino que se deben reivindicar también todos los cuerpos, sean grandes, pequeños, gordos, flacos, altos, bajos, jóvenes o viejos. Aceptarnos en plenitud implica una tarea de sensibilización que podría darse desde los gobiernos, la iniciativa privada, escuelas, sociedad, etc. Debemos incluir la menopausia en la salud reproductiva desde naturalizar la menstruación porque todo es tan normal y natural que todas lo vamos a vivir porque nos sucede a todas.
Danos un mensaje.
Lo más importante para las mujeres es vivir una vida libre de prejuicios y vernos a nosotras mismas desde nuestro cuerpo hasta nuestros sentimientos. Si nosotras estamos bien, vamos a estar bien con todo el mundo. Tenemos que amarnos más de lo que hacemos.- Cecilia García Olivieri.