“No me siento a llorar con ellos, me siento a ayudarlos porque no están solos”
Ella es Silvia Puga Trujeque, y también es Chivis. Ella tuvo y tiene la fortuna en la vida de trabajar de lo que le gusta y lo hace maravillosamente bien. Hace 24 años Chivis se convirtió en trabajadora social de área de Oncología Pediátrica del Hospital O’Horán y, desde entonces, no se detiene ni para tomar impulso en su chamba diaria de ayudar a nenés con cáncer y a sus familiares. Pasen y lean esta entrevista amorosa, empática y sobre todo que enseña mucho sobre compasión:
“El cáncer ahorita no es tabú, es de todos los días, está en todos lados, es de niños como de adultos”, me dice con voz amorosa Silvia Puga Trujeque. Y por un lado me duele lo que escucho y hasta se me pone la piel de pollo… Pero también entiendo que si normalizamos esta enfermedad, podemos entenderla más y, sobre todo ayudar y apoyar a quienes la padecen.
Y Silvia sabe muchísimo de esto y hoy, Día Nacional del Trabajador y Trabajadora Social, esta yucateca que hace 24 años labora en el área de Oncología Pediátrica del Hospital O’Horán, es la persona indicada para platicarnos del tema. Silvia es “Chivis” para los médicos, enfermeras, pacientitas y pacientitos con cáncer y para sus familiares. La chamba de Chivis hace casi un cuarto de siglo es hacer que la internación y el tratamiento de los nenés y su entorno sea lo mejor posible, duela menos, sea un camino libre de piedritas para sanar.
Y aunque duele escuchar algunas cosas que nos cuenta, también da emoción sentirla vibrar tan bien con su trabajo. Chivis ama lo que hace y no para un segundo. Las familias en situación de vulnerabilidad con un nené con cáncer encuentran un apoyo real en esta mujer quien, además, hace red con asociaciones como Amanc o Sueños de Ángel para ayudar. Pasen, lean y contagiémonos de Chivis porque todos podemos ayudar:
Defínete en pocas palabras ¿Quién es Silvia o Chivis?
Es una persona trabajadora, amiga, platicadora y sobre todo muy responsable. Siempre apoyo a las personas, sobre todo como trabajadora social del área de Oncología Pediátrica en el Hospital O’Horán, donde laboro hace ya 24 años. Cuando sucede la pérdida de salud de un hijo, los padres se angustian, se desesperan porque siempre queremos ver bien a nuestros hijos y ahí entro yo a apoyarlos en todo lo que necesiten durante la internación o el tratamiento de su nené.
¿Qué haces como trabajadora social?
En mi caso en el área de salud, busco los apoyos necesarios para los pacientes durante la internación o tratamiento. Ayudo al entorno familiar con trámites, para conseguir sangre para transfusiones, medicamentos, etc. También me apoyo mucho en asociaciones como Amanc Yucatán y Sueños de Ángel, que brindan atención integral a los niños con cáncer y a sus familias. Con Atenea Evia, presidenta de Sueños de Ángel, hasta vamos a las comunidades donde viven los pacientes y los apoyamos con despensas o lo que necesiten estas familias que están en una situación de vulnerabilidad.
¿Cómo es trabajar con chicos con cáncer?
Muchos dicen que es muy triste, pero para mí no se trata de eso. Desde mi trabajo yo ayudo al paciente y a la familia, porque todos están involucrados en la enfermedad. Mi labor implica buscar las redes de apoyo necesarias para que el niño y su entorno estén bien.
¿Te involucras con los casos?
Me involucro porque son muchas las necesidades que tienen los pacientes y su entorno familiar y uno siente el dolor que tienen, pero no me siento a llorar con ellos. Mi trabajo consiste en darles todo el apoyo para que estén mejor y sientan menos dolor y menos necesidades. No me siento a llorar con ellos, me siento a ayudarlos, a apoyarlos porque no están solos.
¿Cómo es trabajar con el entorno de los chicos con cáncer?
Toda la familia se involucra con la enfermedad. La mamá es la que abandona el hogar para acompañar a su hija o hijo en la internación o tratamiento y quizás que también tuvo que dejar su trabajo por esto y a otros hijos en el hogar. Los padres están angustiados, estresados y agotados porque, además de la enfermedad, surgen problemas económicos y esto afecta todo. Ahí es donde entro a ayudarlos y con el apoyo de las asociaciones también apoyamos al entorno.
¿Cómo crees que te ven los chicos con cáncer y sus familias?
Doy gracias a Dios y me siento muy agradecida por el trabajo que tengo porque siento que vale la pena. Porque a pesar del dolor tan grande que una mamá o un papá tienen si pierden a un hijo por el cáncer, siempre me abrazan y me dan las gracias por haber estado con ellos y yo me siento tan agradecida por estas muestras de cariño, me siento súper agradecida.
Cuéntanos alguna historia
Tengo muchísimas historias pero ahorita me viene a la mente una muy reciente, de una niña de 13 años que acaba de irse al cielo. Ella sufrió mucho y era hija única y su mamá siente que perdió todo… Esas cosas me movilizan, pero no me puedo ponerme a llorar con ella, entonces le doy muestras de apoyo, le platico, le digo que Dios y el tiempo la van a ayudar a sobrellevar la situación, aunque ahora suene tan difícil escucharlo.
¿Cómo ves la situación ahora de la pediatría oncológica en Yucatán comparado con hace años? ¿Hay más información sobre el cáncer en los chicos?
Definitivamente hay más información que antes y hay más diagnósticos oportunos para detectar la enfermedad. Los médicos de primer contacto están más capacitados para derivar a los niños para que los especialistas en oncología puedan confirmar o no el diagnóstico. Siento que se ha avanzado en esto.
¿Qué te parece que podemos aportar como sociedad en general gobiernos, instituciones, para crear conciencia sobre el cáncer pediátrico para que deje además de ser un tabú?
Que los oncólogos sigan capacitando a médicos en el interior del estado y que haya más difusión sobre la detección oportuna. El cáncer ahorita no es un tabú, es de todos los días, está en todos lados y en niños como en adultos.
Danos un mensaje
Apoyen a alguien con cáncer porque son personas que pasan por una situación muy difícil y no sólo el paciente, también su entorno familiar. El cáncer te cambia toda tu vida así que apoyemos en todo lo que podamos con nuestro granito de arena, seguro haremos mucho, de verdad.- Cecilia García Olivieri.
(En la portada, Chivis con el pacientito Uriel).