Hablemos de histerectomía… Yo te cuento la mía
Como cualquier vínculo amoroso, tuvimos nuestros momentos y no todo fue “color de rosa”. Nacimos juntos hace 52 años, aprendimos a vivir en el mismo cuerpo con altas y bajas, logramos que se formaran, vivieran y nacieran dos humanos dentro mío, y finalmente, hace unos días, nos despedimos. Mi útero y mis ovarios se fueron de mi cuerpo mediante una intervención quirúrgica que se llama “histerectomía”.
Consistió en un corte en mi panza en forma horizontal (a la altura de donde están mis dos cesáreas) y desde el viernes ya no tengo útero ni ovarios en mi anatomía. Estoy adolorida, pero de muy buen ánimo y sé que se vienen cosas mucho mejores que antes, sobre todo en calidad de vida. Mi cuerpo genera desde mi adolescencia endometriosis, miomas, pólipos y, a esta altura de mi vida, seguía con sangrados menstruales generados por miomatosis uterina.
Mi caso es uno más de miles y millones que hay en Yucatán, México y el mundo. Somos muchas las mujeres que deben recurrir a una histerectomía y en nuestro estado TODOS LOS DÍAS se hacen intervenciones quirúrgicas de este tipo en hospitales públicos y privados.
A pesar de que la histerectomía es una de las cirugías ginecológicas más comunes y frecuentes a nivel mundial, se habla muy poco de ella, hay muchos mitos y tabús flotando un OCÉANO DE DESINFORMACIÓN, desde el mismo sistema de salud y desde la sociedad en general. Las mujeres tampoco hablan del tema y en países machistas la situación se agrava mucho más.
Desde el viernes así estoy, como ves en la foto: vendada, medicada, con muchos cuidados y más liviana de cuerpo y mente, SE LOS JURO. No perdí nada, siento que gané mucho. Gracias totales a todas las personas amorosas que estuvieron pendientes de mi por las redes sociales, por whatsapp y por llamados telefónicos.
Gracias a Valeria y a Luciana quienes, desde Argentina, me comparten sus experiencias de histerectomías y me hacen sentir mucho mejor. Y sobre todo GRACIAS TOTALES al personal de salud (enfermeras y enfermeros, cirujano, médicas y médicos del Hospital O’ Horán) que me atendió con profesionalismo y cariño. Y a mis compañeras operadas también, abrazo enorme a ellas y pronta recuperación. Vamos a hablar más del tema, urge.- Cecilia García Olivieri.