En una equina antes del Mercado Lucas de Gálvez, “Ahí está ella”: pelando, cortando y vendiendo frutas. Se presenta como doña Ángela y hace años que nos ofrece a los transeúntes el siempre rico xec, una deliciosa mezcla de frutas locales que, además de sabrosa y refrescante, es una bendición para el cuerpo porque “hace bien”.

El xec es tan rico que, hasta los fieles difuntos vienen en noviembre a buscarlo y por eso muchas personas los ofrecen en sus altares de Día de Muertos. Por $25 hice una excelente inversión y le compré a doña Ángela mi xec recién pelado, cortado y guardado en una bolsa. Tiene jícamas, naranjas, toronjas y mandarinas y todo me encanta, con limón y sin chilito, porque sobre gustos no hay nada escrito.

Y la nutrióloga Kenny Luna Magaña, siempre colaborando con Sumario Yucatán, nos habla así del xec: “Es la mezcla maya justa de fibra, vitamina C, agua y por su puesto tradición. Piensen esto: Con una porción de dos naranjas china, dos mandarinas y una jícama pequeña, estaremos consumiendo el doble de vitamina C que nuestro cuerpo necesita. Además, está combinación es rica en agua y fibra”, nos comparte.

Y en esta época de cambio de clima y un poco más de fresco, la vitamina C de las frutas del xec participa como antioxidante en la producción de colágeno y ayuda a la absorción de hierro. Esta vitamina tiene un rol importante para el sistema inmunitario y el sistema respiratorio”, nos detalla Kenny. Consumamos xec, consumamos rica y buena tradición.- CGO.