“Yo no soy filigranera, armo y engarzo y me encaaanta lo que hago”
… Me dice Yoly Castillo, mientras no le quita la vista de encima a unas cuentas de filigrana de fantasía chiquititas que pasa cuidadosamente y sin descanso por un hilo de metal. Esta mujer platica mientras arma un collar, el mismo que dentro de poco tiempo seguramente brille en el cuello de una niña o mujer vestida con hipil, mientras baila jarana en una vaquería.
Yoly y su esposo Eduardo son artesanos y hace 38 años trabajan en un puesto del Mercado Municipal Lucas de Gálvez. Rosarios, collares, aretes y otros adornos de fantasía te roban los ojos cuando pasas por su puesto “Bisutería Yoly”. Y “Ahí está ella”, entretenida con el engarzado que “me entetiene, me relaja y me produce ingresos también”, me cuenta, orgullosa.
A su lado, un hombre trabaja con tacto minucioso. Es su esposo Eduardo, orfebre, hacedor y reparador de joyas. Y me muestra anillos de bodas de oro y me asegura que la gente se sigue casando.
Ellos cumplen este año 50 años de estar juntos y casi 40 de compartir un oficio que les encaaanta, como dice Yoly. Vayan a visitarlos al local en el Lucas de Gálvez, los están esperando.- CGO.
Qué lindo Yucatán! Bravo por Yoly y su esposo!