“Bronca”, lejos de la correción política y cerca del vacío existencial
Columna Sábado Sudaca
Por @LaFlacaDelAmor
Desde las primeras escenas, “Bronca” (Beef, en inglés) se te mete de lleno en el torrente sanguíneo y ¡Pum! Te estalla las neuronas. Con una tremenda e inteligente rapidez, el guion de esta serie de Netflix -que transita entre el thriller psicológico y la comedia negra- te deslumbra y no te deja abandonarla.
¿Se acuerdan de “Un Día de Furia” con un aburrido Michael Douglas que un día estalla contra todas y todos? Bueno, por ahí transita “Bronca” pero en estos tiempos, cuando dos personajes frustrados y atormentados tienen su día de furia en el estacionamiento de un supermercado en Los Ángeles y se vuelven protagonistas de una persecución y un conflicto sin fin.
Violencia, precariedad laboral, sueños truncos, traumas de la infancia, venganzas y las nuevas tecnologías que nos bombardean marcan este relato creado por el coreano Lee Sung Jin y actuada magníficamente y con profundidad por los protagonistas Steven Yeun (el “chino Glenn” de The Walking Dead para muchos) y Ali Wong, quien navega magníficamente bien entre la comedia y el drama más perturbador.
El único punto de encuentro entre los protagonistas es que son asiáticos nacidos en Estados Unidos y este no es un dato menor. Porque durante toda la serie vemos cómo fueron criados y cómo intentan avanzar en sus “sueños americanos” (¿Sus sueños o lo de sus padres migrantes?), permeados por sus orígenes que siempre están ahí, adheridos por los siglos de los siglos.
Sin embargo, Amy (Ali Wong) y Danny (Steven Yeun) son diametralmente opuestos en sus vidas diarias, o eso aparentan. Ella busca vender una empresa millonaria y vive un matrimonio aburrido y alejada de su hijita. Y él es un contratista frustrado, solitario, acaparador y siempre en problemas.
Los dos callan mucho, meten demasiada basura debajo de la alfombra y claro, un día estalla todo. La escalada de venganza después del primer encuentro en el supermercado se convierte en un conflicto perturbador con un previsible final trágico, a pesar del toque de comedia (negra). Pre-sientes, durante los 10 capítulos, que algo muy malo va a pasar, que todo va a terminar horrible.
Porque siempre los humanos podemos ser peores de lo que ni nos imaginamos. “Bronca” es descarnada en sentimientos, en momentos duros, en sincericidios y odios gritados en la cara. Porque cuando explotamos, explotamos y de eso no hay duda. Como relato sin piedad de la vida contemporánea, “Bronca” nos expone al vacío existencial que vivimos, los escapes que buscamos y que no nos llevan a ningún lado y la supervivencia a la que estamos expuestos, entre víctimas y victimarios, euforias y frustraciones.
El capítulo final es trepidante.
¿Lo mejor de Bronca? Que no es políticamente correcta, no viene con moraleja ni sermones progres. Véanla y me cuentan.