“Tengo siempre la cabeza en el deseo de hacer lo próximo”
Segurísimo, Hericko Delfín afirma que a él lo despierta la continuidad de la búsqueda y por eso no se ve nunca descansando. Detrás de unos lentes oscuros, se distinguen unos ojos que no pierden la capacidad de asombro y por eso, en el marco de sus 25 años en el expresionismo abracto, el artista se presta a una entrevista bien rica y comparte novedades que se vienen en este aniversario. Pasen y lean:
Detrás de esos lentes oscuros, una actitud un tanto recia y coqueta a la vez –como de chico malo- hay un hombre talentoso, disciplinado y al que la felicidad no le importa demasiado. Prefiere estar tranquilo con lo logrado y poner todo el foco en sus próximas creaciones. Se llama Hericko Delfín, es artista plástico, el expresionismo abstracto es lo suyo y este año celebra un cuarto de siglo de carrera.
Hericko es veracruzano y por elección yucateco. Aquí se formó, creció como artista y no tiene techo. Y además de ser un artista talentoso, este hombre que casi no tutea “por respeto”, escribe en mayúsculas y se considera un enojón, tiene un empuje increíble para crear y es muy agradecido con todo lo que ha logrado hasta ahora, y no puede parar de darle rienda suelta a la cabeza.
La obra de Hericko es, además, marca del tequila “Círculo”, con una serie de caballos salvajes que lo remiten a su propia infancia de una forma natural… Y también agradecida, sobre todo con su mamá Enriqueta, impulsora del arte en su vida. En esta entrevista, el artista nos adelanta la muestra pictórica que se celebrará, a mitad de año, en Aguro Art Gallery, con motivo del 25 aniversario de su carrera que, además, vendrá con valor agregado: un libro conmemorativo imperdible y un catálogo de primera. Pasen y lean:
Defínete en pocas palabras, como si fuera un tweet ¿Quién es Hericko?
Es un artista plástico egresado de Arquitectura (UADY), formado, preparado y educado aquí en Yucatán, que nunca dejó de pensar que el éxito estaba dentro de la pintura abstracta.
Recuerda algún episodio de tu niñez que te haya acercado al dibujo, la pintura… Al arte al fin.
A mi mamá Enriqueta Delfín nunca le llamó demasiado la atención que yo supiera, por ejemplo, multiplicar. Sin embargo, ella siempre estuvo pendiente de que yo tuviera una formación creativa, dentro de las limitantes sociales y de las condiciones de donde vivíamos, en Coatzalcoalcos, Veracruz. Soy el más chico de tres hermanos y el único al que le interesó el arte. Como me gustaba dibujar y se me daba bien, mi mamá me llevaba a festivales, concursos de dibujo y presentaciones. Desde niño, todos los días me ilusionaba pensar que esa semana habría un concurso de dibujo donde yo iba a participar. Para ese entonces tendría como seis u ocho años…
¿Y un recuerdo concreto de aquel entonces?
En el comedor de casa había un óleo de unos caballos salvajes corriendo, me llamaban mucho la atención y me encantaba verlos. Y yo ya tenía la idea de ‘cómo soltar la mano’ para dibujar y ganaba concursos… Recuerdo que una vez, el director de la primaria donde iba, puso en duda mi trabajo y mandó a llamar a mi mamá para preguntarle si ella me ayudaba a dibujar. Como mi mamá lo negó, me ‘probaron´ encerrándome en la oficina de Dirección para que dibujara en el momento. Lo hice en automático y gané el premio. Fue un costal enorme de juguetes y mi mamá me permitió quedarme con uno, así que elegí una máscara. Los demás me los hizo regalar a mis compañeros de la escuela.
De todas las expresiones artísticas ¿Por qué la pintura?
Para mi la pintura era querer mostrar lo común y la forma era rebasando la imaginación. Siempre quise pintar abstracto, hasta cuando no sabía todavía qué era. Yo pensaba: ‘Se me antoja un trazo fuerte y un detalle acentuado con un tono distinto’ y fue hasta que viajé a Mérida, entré a Arquitectura en la UADY, comencé a visitar museos, a conocer artistas y comencé a sentir qué quería y que no quería de mi mano. “El expresionismo abstracto es lo que yo quiero”, sentía.
¿Quién te llamó la atención como artista en esa época de formación?
Manuel Felguerez me movió mucho por lo fuerte de su trazo y lo constante de la humanidad en su obra. Me puso muy atento para crear, tanto Manuel como Marc Rothko, con ese atrevimiento de poder hacer obras por expresiones inmediatas. También (Jackson) Pollock y (Kazimir) Malevich, artistas que eran castigantes para la sociedad porque no era lo bello, lo correcto y lo pulcro que podías contar en una obra.
¿Y te considerabas que no eras bello, correcto y pulcro en tu obra?
Yo era atrevido y eso se notó mucho en mi carrera. Para mí la arquitectura fue el pretexto perfecto para estar aquí ahora.
¿Qué sensaciones te provoca pintar?
Soy muy exigente conmigo. Es la disciplina la que me gobierna y me pone en un grado de aislamiento en el que nada puede existir porque yo estoy en el fin de lograr lo más arriba de lo que hice hasta ahora. Me despierta la continuidad de la búsqueda, no me veo nunca descansando. Todo el tiempo estoy pensando en qué más hacer para abarcar a más gente que se interese en algo que sorprenda para ser más admirable de lo anterior. Tengo siempre la cabeza en el deseo de hacer lo próximo.
Hay un estereotipo de pintor torturado y sufrido ¿Duele pintar o es una catarsis para ser feliz?
La felicidad no es una palabra que esté en mí. Yo prefiero “lo conforme o lo satisfecho”. Digo conforme y me refiero a haber logrado esta parte, que tú estés aquí entrevistándome y cumplir 25 años de trayectoria. Eso no me da felicidad, me da tranquilidad, me pone en orden. Puedo bajar las revoluciones, pero nunca pararme. No me considero un pintor torturado, soy un estudioso constante en la disciplina de la búsqueda y el estudio.
¿Extrañas algo de tus primeras épocas de pintor? ¿Algo que sientas que perdiste?
No, al contrario. Agradezco todo lo que me ha pasado y son cosas increíbles. No extraño nada porque, gracias a Dios, he aprendido más.
¿Una autocrítica?
Soy muy preocupón, con mi obra y con mi gente. Tengo un carácter de mierda, realmente, pero lo canalizo en el arte y también soy muy atento. Con respecto a mi pintura, siento que tengo más fácil el desarrollo de la lectura gráfica, lo que tengo en mente lo puedo plasmar más rápido. Me cuesta por caprichos de materiales, pero también te puedo decir que ya tengo mis dos próximas series en la mente.
Con respecto al color, cuando veo tu obra siento que, donde pones el ojo, pones la bala ¿Cómo sientes tu que te manejas con el color?
Yo te puedo encontrar a ti una composición inmediata de color y la reinterpreto al expresionismo para controlar la distancia del color en el formato y soy muy cuidadosos con eso. Además, pinto horizontal, no pinto en un caballete.
Te saliste del lienzo con tu obra y hoy estás en la marca de Tequila Círculo ¿Cómo se logra eso?
Presenté una propuesta a Círculo de una serie de caballos y me dijeron que les encantó. Somos cinco artistas, pero mi colección es privada. El tequila no se presenta si yo no estoy presente. Y cuando yo me presento, tiene que estar el tequila siempre. Hace como tres años Círculo seleccionó para las tres clases de tequila que tienen y yo soy el único que participa con seis obras. Cuando vi por primera vez mi obra en la botella de tequila, me recordó los caballos del cuadro que estaba en el comedor de casa… Entonces la llamé a mi mamá y le conté porque ella siempre me ha apoyado en esto.
¿Qué es lo que más y lo que menos te gusta de tu obra artística?
Todo me encanta.
¿Cómo es el gremio de artistas? ¿Trabajan en equipo o hay mucha soledad?
(Se ríe) No me importa lo que mis compañeros hagan, yo los apoyo. Es respetable, más no aceptable. Tenemos que continuar mostrando el buen nivel de obras y cada quien tiene su ego y su estrategia, pero tienes que saber lo que vas a mostrar. Si tanto vas a estar levantando tu plumaje, bueno dime qué tanto vuelas, cabrón. Hay envidia, sí sucede. Yo sé lo que presumo porque lo tengo, sino para qué voy a estar haciéndome el sabroso…
El tango dice que “20 años no es nada” ¿Qué son para ti 25 años de carrera artística?
Nada también, porque no sé cuándo esto va a parar, nunca le veo fin y todo el tiempo lo disfruto. Me levanto, voy a mi taller, veo mis obras y me sigo enamorando. Acá lo importante es qué tanto aportes, qué queda de tu obra.
¿Cómo vas a celebrar este cuarto de siglo?
Voy a presentar mi serie “Sovrio 025”, con 18 piezas por primera vez en Aguro Art Gallery (Prolongación Paseo Montejo N° 485, en Mérida). Seré el primer artista yucateco con una muestra aquí. Lo vamos a celebrar con un libro conmemorativo, además de un catálogo impreso de la exposición. También habrá otros eventos, pero más adelante les cuento…
¿Qué le dirías a una chava o a un chavo que quiere pintar?
A un niño le diría que haga lo que le despierte el pensar que lo hará perfecto. Y a alguien más grande, con la intención de dedicarse a la pintura, le diría que se prepare. Que tenga la seguridad de que la pintura es una disciplina que te mueve porque sabes que para eso naces. No hay mayor dificultad que el temor de uno mismo.- Cecilia García Olivieri.