“El sistema capitalista viola los derechos indígenas”
Como un espacio de reflexión y sobre todo de actualización luego de más de dos años de pandemia, colectivos y activistas de comunidades mayas de la Península de Yucatán se reunieron ayer en un foro que trató sobre desarrollo comunitario, diversidad y derechos humanos. También participó Greenpeace e Indignación. Compartieron hoy una declaración sobre lo que trataron y aunque este documento no está dirigido a ninguna institución en particular, piden que las autoridades “asuman sus responsabilidades”
Como nos pasó a todos, a ellas y ellos la pandemia también los alejó, pero ayer volvieron a juntarse. Son agrupaciones, colectivos y activistas de comunidades mayas de la Península de Yucatán quienes -junto con Greenpeace e Indignación- participaron en el foro “Desarrollo Comunitario, Biodiversidad y Derechos Humanos en la Península de Yucatán”, como un primer paso –dicen- para continuar luchando por sus comunidades y reflexionar a favor del medio ambiente, la protección a la biodiversidad, el cuidado del agua, las agroindustrias, los desarrollos inmobiliarios y el “turismo depredador”, expresan. Exhortan a las autoridades a asumir sus responsabilidades.
Hoy, en rueda de prensa, las y los integrantes del foro nos compartieron su declaración y, como habitantes de comunidades que consideran afectadas por granjas porcícolas (en Homún, específicamente), deforestaciones, compras de tierras para proyectos de bienes raíces (en Kinchil, específicamente) y turismo que va en contra de la biodiversidad, exigen que se respete la voluntad de los habitantes de las comunidades, aseguran que están unidos en esta lucha y que tienen el derecho de decidir y defender lo que es de ellas y ellos.
“No pueden decidir un desarrollo donde no estamos presentes”, dijo Leydi Pech, de Hopelchén y aseguró que “el sistema capitalista viola los derechos indígenas”.
Por su parte, Alberto Rodríguez, de Celestún, habló sobre la crisis ambiental y el trabajo de los lancheros de su municipio por preservar la biodiversidad. “En Yucatán la naturaleza está viva y pide nuestra ayuda, no tenemos otra casa”, aseveró. Para el activista los lancheros “trabajan solos”, sin apoyo del gobierno y piden que se acerquen a las comunidades para ayudarlos a conservar el territorio.
Les transcribo la declaración que hicieron:
- No aceptamos el concepto del desarrollo impuesto y construido sobre un racismo estructural y sistémico. Para nosotras el desarrollo es la garantía del trabajo libre y la aplicación de sus conocimientos ancestrales, aprovechando nuestros recursos de manera sustentable cuya defensa se hace desde la colectividad.
- Se deben garantizar las condiciones que respeten nuestros modos y medios de vida y los servicios básicos en las comunidades; si nuestras necesidades están cubiertas, entonces podremos luchar contra esta devastación.
- Somos las comunidades quienes debemos estar al centro de la lucha. Los pueblos organizados deciden cómo manejar y aprovechar sus bienes naturales, las comunidades debemos decidir el desarrollo que queremos. Valoramos y reconocemos la cosmovisión ancestral que nos permiten resolver nuestros problemas locales sin una visión externa
- Nos regimos por la autogestión y la autodeterminación de los pueblos, no podemos ser ignoradas e ignorados por los gobiernos de paso. La clase política debe mandar obedeciendo. Exigimos al Estado el cumplimiento de sus obligaciones.
- El territorio no es un terreno que pueda venderse, ¡Es donde transcurre nuestra vida! La agenda territorial y de desarrollo debe ser un plan de vida. Este modelo debe contemplar la biodiversidad.
- Urge terminar con la colusión entre gobiernos y empresas y regular a las industrias que se benefician destruyendo los bienes comunes. Vivimos en un sistema mercantil que siempre busca explotar, se ha apropiado de la salud, de la educación, del transporte público, de la vivienda, del agua, de las semillas, de nuestra tierra, etcétera.
- Las inmobiliarias se aprovechan de la corrupción para crecer sin ninguna clase de regulación y están excediendo la capacidad de carga de las regiones. Regulemos y sancionemos los intereses de las inmobiliarias que se ciernen sobre nuestros territorios.
- Llamamos a una nueva visión de la educación, hoy en día ésta prepara para servir al capital, y no al pensamiento crítico y su comunidad. Se nos enseña una visión única de la realidad sin sensibilidad por la naturaleza. Fomentamos la educación ambiental y el amor por el territorio.
- Promovemos el conocimiento de la flora y fauna que existe en la zona del pueblo maya para protegerlas. Somos las comunidades quienes ya producimos nuestro propio alimento en autonomía, decidiendo qué queremos sembrar y qué queremos comer. El gobierno debe facilitar las oportunidades para lograrlo.
- Reconocemos a los otros y a las otras que también luchan por el territorio, porque sabemos que es la única forma de luchar en unión contra los grandes intereses que hoy devastan la Península de Yucatán.
- Fortalecemos las alianzas comunitarias avanzando a nuestro tiempo que es diferente al del capitalismo. Nos organizamos comunitariamente para fortalecer la lucha con otras personas académicas, ambientalistas, con organizaciones para formar un frente común. Llevaremos las reflexiones del foro a nuestras casas, a nuestras comunidades, a nuestros barrios.
- Hagamos milpa, sin transgénicos, sin plaguicidas que envenenan nuestras tierras, nuestra agua y nuestros cuerpos. Promovemos la milpa agroecológica y la medicina tradicional porque ellas, en su conjunto, significan alimentos y vidas sanas para la gente y para el planeta.
- Sin las abejas no hay vida. Reconocemos su papel en la protección de la biodiversidad y nuestra calidad de vida; durante miles de años hemos vivido en equilibrio con ellas, alimentándonos gracias a ellas y agradeciendo el beneficio que le dan a la flora y la fauna.
- Nuestro territorio no debe ser considerado una fábrica de carne para otros países a costa de nuestra agua. Detengamos las granjas porcícolas que contaminan nuestro territorio.
- Combatiremos el turismo depredador, ese que no respeta lo local y privatiza el territorio beneficiando al capital extranjero y cuyo fin es obtener ganancias económicas a nuestra costa, nuestra selva, nuestros mangles, nuestros humedales, nuestros cenotes, nuestra agua, y del buen vivir.
- No puede haber desarrollo con desigualdad y con la riqueza concentrada en unas cuantas manos. No hay desarrollo en la Península de Yucatán si no es para todos y todas. Buscamos un buen vivir que ponga freno a la industria y sus actividades extractivistas.
- No aceptamos la continua violación de nuestros derechos humanos al agua; al medio ambiente; a la tierra y el territorio; a nuestra libre determinación y autonomía.
- Luchamos contra la resignación, las cosas sí pueden cambiar y deben hacerlo.
Les pregunté si presentarían esta declaración a autoridades, si se reunirían con ellos o si participarían juntos todos en un foro, y sólo Rodríguez dijo que están en el tema con Semarnat.
La declaración completa y el detalle de los participantes la pueden leer en y que pueden leer también en https://www.greenpeace.org/mexico/publicacion/51284/posicionamiento-del-foro-desarrollo-comunitario-biodiversidad-y-derechos-humanos-en-la-peninsula-de-yucatan/ .- CGO.
(En la imagen de portada, en primer plano, Karen Hudlet, de la Universidad de Clark).