“Con frío, cuando pega un Norte uno sale y siempre pesca”
¿Sientes frío en estos días en Yucatán? Sin duda sí, sobre todo por las mañanas y las noches. Hay trabajos que son imprescindibles para mover la reactivación económica en Yucatán y uno de ellos lo hacen nuestros hombres y mujeres de mar. Hoy te contamos la historia de Chucho Flores, quien con temperatura por debajo de los 10°, se interna en las aguas de Celestún para traer la sardina que servirá de carnada y que sin ella no se podría pescar, entérate:
Un frío que cala los huesos y el viento marítimo que pega en toda la anatomía y no ayuda. Pero la adrenalina de internarse en el mar y traer sardina es más fuerte para Jesús Martín Pech Flores, conocido como “Chucho Flores”, quien, con 23 años es un pescador de ley de Celestún y sale en estos días de frente frío a pescar con su papá Wilberth y sin ellos y muchos otros pescadores, no tendríamos carnada.
Muchos sentimos frío pero estamos cómodos en nuestros hogares o salimos a la calle abrigados y ya. Pero estos hombres de mar le tienen que poner el pecho al FRÍO-FRÍO (así, con mayúsculas) y la sensación térmica del gélido puerto, el viento del mar cuando se internan a tirar la red, el agua que salpica y no está calientita, no ayudan demasiado a acostumbrarse, pero ahí están, firmes al timón.
Hoy nos contactamos con Chucho y le pedimos detalle de la chamba para compartirte. El pescado nos cuenta que, después de días de Norte, recién ayer pudieron salir a altamar. Partieron a tirar la red –de 500 metros- a seis millas náuticas de la costa y a las 5 pm. Y aunque ya es tardecita y regresan cuando no hay sol, la peor hora de frío es cuando salen a levantar la red.
“El fresco se siente a las 3 am, cuando llegamos al puerto para internarnos en el mar. La temperatura es de menos de 10° y se siente el frío, realmente. Sin embargo, cuando nos vamos internando en el mar, la temperatura cambia y aunque pringa el agua, ya estamos más aclimatados en 13 o 14°”, detalla Chucho.
Y la adrenalina de ponerse en movimiento les quita el resto de la heladez. “Cuando estás en el mar levantando la red, el cuerpo se adapta al clima porque te estás moviendo y sólo volvemos a sentir el fresco cuando llegamos al puerto”, relata.
Y hoy llegaron contentos, con una tonelada de sardina para vender. “Los Nortes benefician porque dejan el agua turbia y revuelta y la sardina no ve la red y ahí queda. Con frío, cuando pega un norte uno sale y siempre pesca”, asegura.
Chucho viene de una familia de pescadores y, aunque le gusta su oficio, espera no dedicarse a esto toda la vida. “Es un trabajo que te deja, pero con el tiempo te das cuenta que, año tras año, cada vez somos más gente y hay menos pesca. Hace seis años salíamos 25 lanchas y hoy son como 60”, relata, mientras se prepara para otra tardecita fresca para tirar la red y una noche más fría pero con augurios de mucha, mucha sardina para traer de vuelta.- Cecilia García Olivieri.
Wilberth, papá de Chucho, con la pesca del día 🙂
(En la imagen de portada, Chucho en la lancha).