“La realidad es demasiado compleja para resumirla en cuatro párrafos”
“Periodista, vampira y lunar”, así se define ella. Y le podemos agregar: apasionada, meticulosa, empática, rigurosa en la información y de párrafos largos para mostrar la realidad. Se llama Adriana Varillas, es periodista y acaba de ganar con otros colegas el Premio Nacional de Periodismo 2020 por una investigación en desarrollos hoteleros en Quintana Roo donde hay crimen organizado y gente trabajadora desaparecida. Platicamos con ella y nos comparte su visión del periodismo actual, no se lo pierdan:
Entre las palmeras, los cócteles, la quietud del azul turquesa del mar, las chicas en bikini y esa sensación de que “todo está bien” y el disfrute se antepone a todo en los grandes centros turísticos hoteleros de Cancún, también pasan cosas. Y cosas tremendas.
¿Es posible tapar el sol con un dedo? Claro que no. Y un grupo de periodistas pusieron la lupa en un proyecto hotelero en el vecino estado de Quintana Roo y lo que visualizaron es terrible: gente que trabaja en las obras de hoteles es extorsionada por grupos delictivos organizados para vender droga y, sino lo hacen, los torturan o directamente los desaparecen.
“Obras negras: blanco del crimen organizado en Cancún” es una investigación hecha con mucho cerebro y corazón por los periodistas Adriana Varillas, Alejandro Castro, Cecilia Suárez y Éric Galindo y recientemente ellos recibieron el Premio Nacional de Periodismo 2020 por esta labor.
Tuvimos chance de platicar con Adriana Varillas –una de las integrantes del equipo y corresponsal de El Universal en Quintana Roo- y, más allá de hablar de trabajo realizado y del premio, Adri aborda con 21 años de experiencia, su mirada apasionada, meticulosa, noctámbula, rigurosa y de párrafos largos y explicativos y nos cuenta en rica plática qué es para ella el periodismo, cómo lo ve actualmente a nivel local y nacional y sobre todo nos da una visión empática y esperanzadora de que, a pesar de lo adverso de esta profesión, todavía vale la pena ponernos en los zapatos del otro para contar una historia y sumar, hacer bien.
“Obras negras: blanco del crimen organizado en Cancún” se puede leer en: https://www.connectas.org/especiales/obras-negras-blanco-del-crimen-organizado-en-cancun/, además de otros sitios como diario El Universal, revista Proceso, Aristegui Noticias y Novedades Quintana Roo. No te lo pierdas y comparte. Ahora te invitamos a que conozcas a Adri, vale la pena:
Defínete en pocas palabras como si fuera un tweet
Periodista, vampira y lunar. Soy periodista porque estudié y ejerzo el periodismo, vampira y lunar porque, como a muchos periodistas, me gusta la noche: es la hora en la que escribo, investigo, escucho música y leo. Es, además, mi tiempo y espacio de entrenamiento y dispersión.
¿Cómo es Adriana periodista?
Esencialmente soy reportera, me apasiona escuchar historias y tener la posibilidad de contarlas. Soy muy obsesiva en cuanto a la escritura, al rigor periodístico y siento que rompo con la premisa del periodista de ser concisa porque escribo mucho. Me gusta el detalle, la descripción y la explicación. No soy de notas cortas, nunca lo he sido en 21 años de carrera y ese siempre fue mi coco. No creo en las notitas de cuatro párrafos ni nunca creeré porque la realidad es demasiado compleja para resumirla en cuatro párrafos, por más precisa que seas. Y como lectora tampoco puedo con ese periodismo porque siento que es como ingerir comida chatarra: te llena, pero no te alimenta. Creo en el periodismo que explica y profundiza y creo que nos merecemos más de cuatro párrafos.
Si tuvieras que contarle a un adolescente o joven que comienza a interesarse por las noticias qué es el periodismo ¿Qué le dirías y por dónde lo guiarías para que aprenda y aprehenda información?
La información empodera y tiene que ver con uno de los derechos más importantes y trascendentales que tenemos las personas, que es la libertad. Y para ejercerla hay que consumir información de calidad para saber y conocer el contexto y tomar mejores decisiones que no sean viscerales. Eso te ayudará a saber desde qué quieres estudiar hasta cómo te relacionas con alguien, te da contexto para saber qué trabajo elegir, si compras un auto o si vas a un hospital que respeta los protocolos sanitarios. Consumir información de calidad abona a la libertad, pero para ejercerla hay que conocer y estar informado.
Hace como un año, periodistas de Quintana Roo fueron agredidos a balazos en una manifestación por el feminicidio de Alexis ¿Fuiste alguna vez víctima de violencia durante tu ejercicio periodístico?
He vivido violencia institucional durante el gobierno de Roberto Borge Angulo, de 2011 a 2016. Tuvo que ver con mi despido de un noticiario en Quintana Roo porque le resultaba incómodo a él y operó para que yo saliera de la radio. Durante la última fase de su gobierno me vetaron en los medios locales y no sólo a mí, sino a una buena parte de gente que hacía periodismo. Fue una época muy difícil para esta profesión en el estado con este señor, que está vinculado a proceso por varios delitos.
¿Qué periodismo crees que se hace en Quintana Roo? ¿Yen México?
Cada entidad tiene sus particularidades en el ejercicio periodístico y también hay coincidencias. Una de ellas es que el ejercicio de esta profesión está centrado en la Ciudad de México y se cree que sólo ahí se hace buen periodismo y eso hace que no se valore en justa dimensión el esfuerzo de colegas en otras entidades, ni tampoco se apoye. Es una visión arrogante que hay desde CDMX. Ahora recuerdo una plática que tuve con la colega Lydia Cacho hace 20 años. Le comenté que yo quería irme de Cancún porque ya había aprendido todo aquí y quería estar en “las grandes ligas”. Y ella me preguntó: “¿Y cuáles son las grandes ligas para ti?” y yo le respondí que era el periodismo que se hacía en CDMX. Ella se me quedó viendo y me dijo: “No sé por qué tienes esa idea. En realidad, el buen periodista hace periodismo donde sea necesario. Y si tu no encuentras aquí el periodismo de grandes ligas, empieza a hacerlo porque hace falta”. Eso me cimbró y ha hecho que me mantenga en Cancún todo este tiempo. Aquí se dan los mismos problemas que se dan a nivel nacional y sin duda en las entidades se hace buen periodismo.
También hay precariedad para ejercer la labor periodística. Las condiciones laborales son cada vez más adversas y hay colegas muy jóvenes a quienes cada vez se les hace más difícil ejercer la profesión. Y hay medios que no le apuestan al periodismo de investigación, con prácticas inadecuadas y una precarización laboral que es el inicio del golpe a la información, al derecho a la información de la sociedad. Porque si el periodista está inmerso en sobrevivir con dos o tres trabajos en medios diferentes, eso le impide hacer trabajo de investigación y sin duda es un golpe a la calidad de la información. Los medios no los impulsan, los contaminan, los censuran, no les publican las notas o les piden otras cosas. Esto no es privativo de las entidades, ocurre en todo el país.
Otra coincidencia es la inseguridad y los pocos recursos que se les dan a los reporteros. México es el segundo lugar más peligroso del mundo para ejercer el periodismo y las empresas ni siquiera cumplen con sus obligaciones laborales y prestaciones de ley. Tampoco cumplen con capacitar y proteger a sus reporteras y reporteros para hacer coberturas de alto riesgo.
Ganaste, en equipo con otros colegas, el Premio Nacional de Periodismo 2020 por el trabajo en equipo de “Obras Negras: Blanco del Crimen Organizado en Cancún”. Cuéntale a la gente de qué se trata la investigación y dónde pueden verla o leerla.
Trata de ilustrar todo un esquema desarrollado por grupos de delincuencia organizada para extorsionar en obras de construcción de hoteles: desde al dueño, pasando por la constructora, los encargados de la obra e incluso a los albañiles que ahí trabajan. Los obligan a vender droga y les cobran por esta actividad delictiva una cantidad semanal y si no están de acuerdo, los torturan y a los que se resisten, los desaparecen. La investigación nació orientada en el hotel Planet Hollywood en Isla Blanca (zona continental de Isla Mujeres, lugar de alta plusvalía), por reportes de familiares que empezaron a manifestarse por la desaparición de un albañil. Ahí nosotros nos fuimos interesando en la historia y comenzamos la investigación. Nos dimos cuenta que no era un caso aislado y que ya había sucedido en otros centros de hospedaje, controlados por grupos de delincuencia organizada que trabajan bajo este esquema. Es tremendo porque, además de la explotación laboral y las pésimas condiciones de trabajo que viven, los albañiles son extorsionados, torturados y desaparecidos. Casi al final de la investigación, nos cayó el 20 que este esquema que documentamos es como el de “trata de personas” en la modalidad del sicariato: los enganchan, los obligan a distribuir sustancias y además los utilizan como sicarios o halcones.
Dijiste en una entrevista: “Cuando se habla de turistas, es nota mundial; cuando se habla de los trabajadores que construyen estos destinos de fama internacional, a nadie le importa” ¿Cómo hacemos para que esto se voltee?
Híjole, La gran pregunta… la primeritito es tener empatía. Siempre pienso: “¿Y si fuera yo, si esto le hubiese pasado a mi esposo, hermano o a mi papá?” El hecho de guardar silencio o ser indiferente es como estamos en estos momentos en Quintana Roo. Muchas décadas se han callado los problemas que tienen los destinos turísticos para no afectar la imagen y eso también tiene su lógica, porque si se afecta el turismo, el ingreso, la economía y la prosperidad del estado. Pero eso tampoco significa que, en aras de preservar esa imagen, ignoremos qué sucede porque ese silencio, esa indiferencia complica directa o indirectamente todo. Todo lo que sucede ahora (como el asesinato de turistas en un restaurante en Tulum) es consecuencia de no resolver los problemas de fondo y apostarle al olvido. Alguien tiene que salir y decir esto que está pasando y no puede seguir sucediendo. La investigación que hicimos fue pensada también para acompañar a los familiares de las víctimas para que puedan contar esa historia en aras de que la autoridad los escuche y les haga caso y para que tengan acceso a la justicia y les den una explicación.
¿Qué significa para ti este premio?
Todavía estoy procesando la emoción. Me da mucha felicidad y orgullo por el equipo que hizo el trabajo y es un aliento para seguir trabajando, a pesar de las condiciones adversas. Y este premio es también un aumento de responsabilidad para hacer un mejor periodismo, porque sí vale la pena el esfuerzo, aunque no sea bien retribuido y existan las condiciones adversas para trabajar que mencioné antes. Siento que no hay que perder la fe ni el impulso para hacer buen periodismo.
Danos un mensaje.
Va especialmente para las nuevas generaciones de periodistas que me han dicho: “Adriana, ya no puedo seguir trabajando de esto, no me pagan, me censuran, me maltratan… Mejor me dedico a otra cosa”. Les digo que no se rindan, que apuesten a que se puede hacer buen periodismo y que, tarde o temprano, se abren las puertas. Un trabajo periodístico ético, correcto, pulcro y ligado a la sociedad, siempre va a generar satisfacciones, va a nutrir el espíritu y te va a abrir puertas. Quizás no te enriquezcas, pero sí sirve para tener la frente en alto y para poner tu granito de arena para defender esa libertad de la que hablábamos, la de expresarse para saber y decidir.- Cecilia García Olivieri.