“Mi profesión cambió desde que me detectaron cáncer de mama”
Hoy fue un día de cuidarnos y te lo compartimos para que sepas de qué se trata. En el Mes de la Lucha contra el Cáncer de mama, vivimos en carne propia una mastrografía y no tuvimos mejor radióloga que Karina Amaro, quien no sólo nos atendió de maravillas, nos cuidó y apapachó durante el estudio -que duele un poco y es molesto, digamos todo-, sino que también nos compartió su historia de vida, a punto de combatir el cáncer de mama. Entérate:
Karina Amaro no es una licenciada en Radiología e Imagenología cualquiera, es una muy especial. Y ya te das cuenta cuando entras a la Unidad Móvil de Mastografía del Ayuntamiento de Mérida –desde esta semana ubicada en el Parque Madre Teresa de Calcuta, en Ciudad Caucel, donde puedes hacerte este estudio de forma gratuita-, porque hay algo maravilloso en el tono de su voz, en su proceder, en la forma de examinarte, de cuidarte, de aconsejarte.
Y decimos que Karina es una radióloga especial y la más indicada para hacerte una mastografía porque a ella “no se la cuentan”. Esta profesional de la salud vivió y todavía vive en carne propia el cáncer de mama. Así que esta mujer inteligente, luchona y empoderada, además de atenderte magníficamente mientras te hace el estudio, sabe qué decirte y cómo decírtelo para que tomes conciencia y te cuides. Porque el cáncer de mama mata y detectarlo a tiempo con este estudio radiológico es la mejor manera de cuidarte y salvar tu vida.
En el marco del mes de la Lucha contra el Cáncer de Mama, el Ayuntamiento de Mérida te brinda en octubre la mastografía de forma totalmente gratuita. Y hoy vivimos en carne propia este estudio para contarte de qué se trata, cómo se hace, qué implica y que lo más importante del mundo es salvar tu vida.
Con todo el cuidado del mundo, nos entregamos a las manos de Karina para hacernos el estudio y nos sentimos tremendamente cuidadas. “Mi profesión cambió desde que me detectaron cáncer de mama. Ahora cada vez que hago una mastografía me esmero más para darle la máxima calidad al estudio y platico mucho con las pacientes para que hagan conciencia de la importancia de cuidarse. Si este estudio se realiza a tiempo, salva vidas”, nos dice y ella es fe viviente de eso.
EN CARNE PROPIA
A Kari le detectaron cáncer de mama hace cuatro años, cuando tenía 38. “De joven siempre tuve quistes mamarios, que son comunes en adolescentes y jóvenes. Me extrajeron el primero a los 15 años y el segundo a los 23 o 24 años y eran todos benignos”, nos detalla. También nos cuenta que se realizaba ultrasonidos mamarios cada seis meses.
Sin embargo, hace cuatro años y al mes de realizarse mediante cirugía otra extracción de un quiste, Karina notó algo raro en uno de sus pechos.
“Sentí un hundimiento en el cuadrante superior de uno de mis pechos. Era como si tocara algo gelatinoso, pasaba mi dedo y se hundía y eso me preocupó mucho”, no cuenta.
Así fue como le pidió a una compañera que le hiciera un ultrasonido mamario. “Ella vio algo que no estaba bien e inmediatamente me hicieron una mastografía”, relata Karina.
Y el resultado no tardó en llegar y no era bueno. “Era un código 4, que es cáncer pero sin metástasis. La noticia fue muy fuerte para mí e inmediatamente me programaron una biopsia”, nos comparte.
Si hasta el momento todo había pasado rápido, esperar el resultado de la biopsia fue terrible para Kari. “Es lo que más tarda –entre 15 y 20 días- y fueron tiempos muy estresantes para mí. El resultado me lo dio el médico un 11 de mayo (ya lo tenía el 10, pero esperó un día más para no inquietarme el Día de la Madre) y cuando me llamó fue muy concreto. Me dijo: “Necesito que vengas a patología porque es positivo y hay que empezar el tratamiento”, relata.
Y ahí fue Kari y se reunió en junta médica, donde se decidió que tomaría ocho sesiones de quimioterapia y luego de eso le harían una cirugía.
“El tumor era grande pero no se había extendido a otros órganos, así que me lo quitaron junto con una cuarta parte de la mama. Luego siguieron cuatro sesiones de radioterapia y hoy día sigo en tratamiento, con estudios de laboratorio, ultrasonidos mamarios y mastografías cada tres y seis meses. También me hacen ultrasonidos en hígado y riñones para confirmar que no hay metástasis”, detalla. En un año y como estamos seguros que todo saldrá bien, Karina tendrá el alta médica.
“Desde mi experiencia y como personal de salud, les digo a todas las mujeres que se hagan la mastrografía. Es un estudio de rayos X que nos ayuda a detectar un tumor en sus comienzos, hasta cuando el médico no lo ha visto y hasta cuando nosotras no lo podemos palpar. Es muy efectivo y si se detecta un tumor a tiempo, se puede combatir. Yo estoy aquí para acompañarlas y ayudarles a crear conciencia”, concluye.- Cecilia García Olivieri.