“Lo que pido, la Virgen me lo concede”
Desde temprano, los alrededores de la iglesia de San Cristóbal se va llenando de antorchistas que vienen de distintos lugares del Sureste y hasta del país a rendirle tributo a la Virgen de Guadalupe. Otro año más de devoción y muestra de fe tremenda
Ella está más que segura de lo que siente. Porque la Virgen de Guadalupe cumple lo que le pide y, en una muestra de fe y devoción, ella se lo agradece corriendo. No hay cansancio, pies lastimados, piernas entumecidas, dolor de espalda, hambre, sed o sueño que pueda vencerla. Todo sea por su Santa Patrona.
Diana tiene 23 años y es campechana y antorchista. Con el grupo “Seguidores de María”, celebra a la Virgen de Guadalupe cada año y por eso hace dos días que no para de correr. Y todavía falta.
De Campeche a Espita, recorriendo pueblitos al trote, anoche llegaron a Mérida. Son nueve hombres y tres mujeres que no descansan pero tampoco se les borra la sonrisa de la cara.
“Yo hago esto por fe y devoción. En lo personal, todo lo que pido, la Virgen me lo concede y ser antorchista es mi forma de agradecerle, así lo siento”, cuenta Diana.
Ahora descansan pero en un rato salen rumbo a Muna y de ahí a Hopelchén. Un compañero de Diana se lamenta del dolor de sus piernas: están entumecidas, como “agarrotadas”, se queja. Por eso se las vendó, aunque sabe que lo ideal sería que lo vea un médico.
“Pero no hay tiempo. Seguimos en la ruta y no podemos detenernos porque sino no llegaremos a cantarle las mañanitas a la Virgen en su día”, se apura a decir Diana. El dolor quedará para otro día.- CGO.