Una nueva era
Butaca Alta
Por Roberto Acevedo Acosta
Tal vez nadie se dio cuenta, pero el mundo entró a una nueva era al finalizar el mercado de transferencia en este verano, post pandemia.
Y no fue el cambio de Messi al Paris Saint-Germain (PSG), ni el regreso de Cristiano Ronaldo al Manchester United, aunque fueron dos traspasos que movieron a la prensa deportiva a nivel internacional.
Es verdad que hubo muchos cambios interesantes que no lograron el impacto que causaron las dos máximas estrellas del fútbol mundial, por lo menos en los últimos 15 años.
Lo que cambió la óptica de las cosas fue la “no llegada” de Kylian Mbappé al Real Madrid, equipo que puso en la mesa 180 millones de euros para hacerse de sus servicios, pero la carta de la estrella francesa está tazada por el PSG en 200 millones de euros.
Esta negativa de venta puso de manifiesto el poder del PSG fuera de la cancha, decirle no al poderoso equipo español conllevó un asunto de que no importaba el dinero sino las formas, y así lo hizo sentir el equipo parisino.
Se sabe que el contrato de Mbappé expira en los próximos meses y el jugador ya rechazó cuatro ofrecimientos de renovación, lo que quiere decir que se quiere ir del PSG, pero algo pasó que de último minuto la gente de su actual equipo logró convencerlo de que recalculara su futuro.
Porque si el jugador se muestra a disgusto al interior del equipo, no hay poder ni dinero que logre retenerlo por más que se diga lo contrario.
Para los analistas el PSG dejó pasar una gran oportunidad de hacer dinero porque una vez concluido el contrato de Mbappé, éste se puede ir gratis adonde quiera.
Y aunque es inminente su salida, tal vez la llegada de Messi, el convencimiento de Neymar, lograron que el astro francés retrasara un poco su llegada a otro equipo.
El no irse causó un gran revuelo porque se abre a la posibilidad de jugar con dos históricos como Neymar y Messi, no mucha gente de 22 años puede presumir de eso y tal parece que sólo Kylian Mbappé lo puede hacer.
Sin embargo la no partida del francés puso en el ojo del debate el peso que tiene el dueño del PSG, el Emir de Qatar, Tamim bin Hamad Al-Thani, a quién no le importa perder millones de euros con tal de que las cosas se hagan a su manera.
El poco valor que tuvo la oferta del Real Madrid para el PSG abrió el debate sobre el futuro del fútbol, al existir lo que ahora se conoce cómo: equipos-estado, que no es otra cosa que la participación de gobiernos multimillonarios -especialmente de origen árabe- en el negocio del fútbol a través del manejo de equipos en las ligas más importantes del mundo.
Casualmente los equipos de fama mundial como Barcelona, Real Madrid, Juventus, Bayer Múnich y Manchester United, entre otros no pueden competir económicamente con los equipos-estados.
¿Y cuáles son estos equipos-estados que están cambiando la forma de hacer negocio en el fútbol?
Pues básicamente son dos los equipos que son conocidos bajo esta denominación. Por un lado está el PSG, que representa los intereses del Emir de Qatar, y el Manchester City a los Emiratos Árabes Unidos. Ambas escuadras se han gastado miles de millones de euros en la compra de jugadores con lo cual han inflado el mercado como nunca antes se había dado.
En plena crisis de la pandemia donde el modelo económico de muchos equipos de fútbol ha cambiado con tal de sobrevivir, tenemos a estos millonarios de origen árabe, que seguramente ven a sus equipos como una diversión en lugar de una inversión, que compran jugadores a placer, a precios de locura, armando equipos de ensueño, que pocos se atreven a desafiar, entre ellos la FIFA, con tal de que su dinero esté a disposición del negocio del fútbol.
Lo dicho: vivimos en una nueva era donde los equipos-estado han ido desplazando a sus adversarios de renombre, al calor del dinero constante y sonante, y no se ve que en el corto plazo está tendencia vaya a cambiar. Así que váyase acostumbrando.